La
Seccional de Profesores Jubilados de la Asociación de Profesores de la
Universidad de Los Andes convocó a los integrantes de los gremios universitarios,
y a los estudiantes, los días 20 y 21 de junio del presente año, para un
análisis histórico de la Reforma Universitaria de Córdoba, sus consecuencias en
los cien años transcurridos, su futuro, y recomendaciones a la luz de los nuevos
retos que el mundo actual le presenta a la institución universitaria.
Los
universitarios reunidos en los distintos gremios, estamos conscientes que la
Reforma Universitaria de Córdoba, de hace cien años, abrió caminos aún
inacabados, para una profunda reforma política y jurídica de las universidades
y para una alianza con la sociedad contra los residuos monásticos y monárquicos
que prevalecían. Hoy tanto la sociedad como las universidades venezolanas
padecen nuevos autoritarismos externos y pasividades internas equivalentes a
los que provocaron esa reforma, expresados por otras personas, ambientes y tiempos.
Creemos
que pensar la Reforma de Córdoba con visión futurista es poner en evidencia la
actualidad de sus postulados, analizarlos y entenderlos y recuperar de ella su
extraordinaria vitalidad. En este sentido, la
Reforma
Universitaria no es una meta sino una larga marcha iniciada en 1918 que, con
sus altibajos, retrocesos y desvíos, va de la mano de la transformación social
y liberadora que Latinoamérica y Venezuela necesita. Es necesario llenar hoy de
contenido el grito juvenil de indignación de aquel entonces y poner la Reforma
al día.
Las
universidades venezolanas han cumplido funciones sumamente valiosas para el
progreso nacional y de los venezolanos; sin embargo, últimamente los postulados
cordobeses sobre una universidad autónoma, democrática, inclusiva y vinculada
política y académicamente con la sociedad, que traspase sus muros hacia la
nación y el mundo globalizado, han tenido un proceso de deterioro paulatino porque
el gobierno nacional las ha sometido a continuas agresiones para inhabilitarlas
con el acoso político, el presupuesto crónicamente insuficiente y los salarios
indignos, a la vez que las autoridades universitarias, por su pasividad salvo
lo declarativo, la han sometido a un aislamiento tanto de la sociedad como de
la propia comunidad universitaria que se sienten inermes, desprotegidas y en
orfandad.
La
Reforma Universitaria de Córdoba, iniciada en 1918, basó los radicales cambios
políticos y jurídicos de la institución en el sufragio universal para
instaurar, además de un clima de convivencia y confraternidad, la elección de
un cogobierno responsable, participativo y periódico, que en este momento se ha
convertido en una expectativa para los distintos gremios que agrupan a
profesores, estudiantes, personal administrativo, técnico y de servicio y
obreros.
En
Venezuela, el Gobierno Nacional promulgó la Ley Orgánica de Educación, en el
2009, dicha ley nació viciada de nulidad por ser inconstitucional en varios de
sus artículos, lo que obligó a las universidades autónomas a introducir un
recurso de nulidad ante el Tribunal Supremo de Justicia, organismo que nunca
decidió sobre el fondo de la materia, manteniendo así una situación que ha saltado
por los aires sin termino de tiempo por una responsabilidad del gobierno nacional.
Por su parte, la actitud pasiva de las autoridades universitarias, salvo los
reclamos judiciales que no se responderán, han paralizado las elecciones
universitarias sin fecha, provocando de manera inerte, un deterioro paulatino
del ejercicio de la autoridad, una ausencia del claustro universitario como
asiento de la soberanía universitaria y una esclerosis institucional, lo que ha
conducido por un camino desafortunado al deterioro de la “comunidad de
intereses espirituales que reúne a profesores y estudiantes en la tarea de buscar
la verdad”. A esto se agregó el desánimo general provocado por el deterioro de
las condiciones de vida acelerado por el gobierno nacional, que ha inducido la
migración profesoral, estudiantil y laboral por no disponer de posibilidades
socio económicas ni intelectuales dignas y vivir en el desconcierto en que está
el país y la universidad, lo que afecta también a los que no se marchan.
Observamos
con gran preocupación la inmensa cantidad de Profesores, Empleados, Estudiantes
y trabajadores en general, quienes se han visto obligados a abandonar las aulas
y laboratorios de nuestra Universidad, buscando condiciones para vivir y mantener
a sus familias. Hasta el presente, las estimaciones más conservadoras señalan
en miles los profesores, estudiantes y trabajadores que han emigrado, lo que representa
la nómina total de cualquiera de nuestras universidades intermedias. Ante esa
terrible realidad, quienes gobiernan esta institución han respondido equivocadamente,
condenándoles y abriéndoles expedientes, sin reparar en el necesario vínculo
que debiera mantenerse con ese personal, que tanto costó a la universidad
formar en las mejores instituciones académicas del mundo. Es bien sabido que quien
se marcha de la institución y el país, lo hace por la imperiosa necesidad de
sobrevivir y su mayor anhelo es regresar, de allí que profesores, estudiantes y
trabajadores en general nos rebelamos ante esa injusta actitud de las autoridades,
quienes pretenden, por la vía inquisitoria, resolver un problema que afecta
toda la nación, y causa mucho daño a esta bicentenaria institución. Más
aún, cuando en tiempos pasados los países del sur del continente sufrieron este
mismo fenómeno y abrieron causes de distintas naturaleza para mantener el
vínculo y permitir el regreso en las mismas condiciones, una vez que las causas
de la diáspora desaparecieron. Mecanismos que aspiran los gremios que la universidad
formule, para no perder definitivamente ese capital humano.
No
se puede analizar la problemática ni plantear las soluciones basados en el
dilema de si primero debe cambiar el gobierno para luego hacerlo la
universidad. Este dilema se presentó para los dirigentes de la Reforma
Universitaria de Córdoba, y la experiencia demostró la conveniencia de actuar
sobre los dos escenarios de manera simultánea y sistemática, aun con grandes
sacrificios, incluida la muerte de estudiantes, el cierre de instituciones y la
persecución.
Al
igual que los jóvenes que impulsaron la Reforma de Córdoba, “creemos no
equivocarnos al llamar las cosas por el nombre que tienen”, y vamos al rescate
universitario porque no hay otra alternativa a la mano ya que las autoridades
nacionales y los gobiernos universitarios, estos últimos por su pasividad, han
prolongado más allá de lo tolerable esta situación.
La
Reforma Universitaria de Córdoba creó un “pueblo universitario”, el Claustro
plenamente soberano conformado por profesores, estudiantes y egresados. Los
avances históricos, institucionales, humanos y democráticos, hacen conveniente
que al Claustro Universitario sea consultado sobre la ampliación de su integración
con representantes del personal administrativo, técnico y obreros de la
institución, con plenos derechos tanto en el Claustro como en el cogobierno, y
no con una simple representación gremial.
.
A
fin de destrabar la situación inerte e inconveniente en que están las universidades
autónomas venezolanas, y como una forma de dar respuesta clara y decidida
frente al gobierno nacional y a la dirigencia universitaria deslegitimada en su
ejercicio, proponemos que los miembros de sus comunidades analicen la
posibilidad de convocar o auto convocar al Claustro Universitario, asiento de
la soberanía universitaria para que analice y decida la suerte de la
institución, que es también la de sus integrantes y del país, para que consulte
sobre su reestructuración, elabore y apruebe en tiempo perentorio un Reglamento
Electoral, designe una Comisión Electoral Extraordinaria y Temporal y convoque
a elecciones de los integrantes del Consejo Universitario, todo fundamentado en
una concatenación del artículo 109 de la CRBV, la Ley Orgánica de Educación y
la vigente Ley de Universidades.
Creemos
firmemente, que dado que estos problemas son similares en todas las
universidades autónomas, y que sus soluciones deben ser mancomunadas, saludamos
con beneplácito la incorporación de universidades hermanas a esta lucha que
ahora se inicia. Un esfuerzo unitario sería la mayor contribución que se
pudiera dar a la universidad a cien años de la gesta de Córdoba.
Córdoba
fue una ruptura contra quienes violaban entonces los valores fundamentales de
libertad, justicia y democracia, de tal manera que desde esta ciudad de Mérida
denunciamos a quienes actualmente atentan y continúan violando esos valores,
que inequívocamente son consubstanciales con la universidad.
Las
universidades del siglo XXI deben buscar formas para modernizar los postulados
cordobeses de hace cien años: proteger la autonomía de factores externos e
internos, para el logro de una auto regeneración, la dignificación de la vida
académica, el fortalecimiento ético, la preservación de la libertad del
pensamiento y la protección de los universitarios, la garantía de trasparencia,
el compromiso social y la acreditación externa. Representar la conciencia crítica
de la sociedad y conectar la formación de los jóvenes con las nuevas realidades
del trabajo de hoy y del futuro, en un entorno digital más exigente, desafiante
y demandante, conviviendo con la inteligencia artificial y la necesidad de un
desarrollo social, económico y ambientalmente sustentable, que propicie la
igualdad de los ciudadanos.
Por
ello, a cien años de la Reforma de Córdoba y a sesenta de la Ley de Universidades,
su continuación gira en torno a la modernización política de la Universidad,
que deben propiciar los universitarios venezolanos, ya que las experiencias
externas han fracasado. A este fin proponemos la designación, en cada
universidad autónoma, de una Comisión de Profesores, Estudiantes, Egresados y
Personal ATO, que propicie la elaboración de un anteproyecto de Ley Marco,
tomando en consideración propuestas ya hechas, en el que se fijen los criterios
políticos y estratégicos para las Universidades, y se delegue su funcionamiento
en Estatutos Orgánicos Internos, para dar cabida a las distintas historias,
entornos geopolíticos, recursos, programas en el que se desenvuelven las
universidades dentro de un criterio de unidad política y estratégica, pero con
diversidad funcional.
La
elaboración del ante proyecto de Ley debe ser mancomunada, expresión de la gran
comunidad universitaria nacional, que también así se presentará a la Asamblea
Nacional, y no de manera dispersa y hasta competitiva como ha sido hasta ahora.
Los
retos de la universidad venezolana son inmensos también en el desarrollo de la
ciencia, la tarea de socializar la universidad y volcarla a la nación entera
para ordenar y enfatizar su participación en el desarrollo del país; formar
universitarios íntegros al más alto nivel académico y espiritual posible, capaz
de entender las causas de nuestro profundo retroceso como nación; de lograr la
mayor eficiencia en los servicios universitarios para los estudiantes y el
personal de la institución; un justo presupuesto para la Universidad y la
dignificación de la profesión docente y de investigación de nuestros
profesores.
Estos
son los retos que nos deja para el futuro la Reforma Universitaria de Córdoba.
Mérida,
21 de junio 2018.
(En el archivo PDF pueden leer el documento completo con las firmas de todos los representantes de las organizaciones gremiales y estudiantiles de la Universidad de Los Andes)
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