La Facultad de Agronomía de la
Universidad Central de Venezuela (UCV) fue fundada hace 81 años, el 13 de
octubre de 1937, por el Presidente de entonces Eleazar López Contreras. Al
principio fue la escuela Superior de Agricultura y Zootecnia, adscrita al
Ministerio de Agricultura y Cría (MAC), como parte de la Estación Experimental
de Agricultura y Zootecnia del Distrito Federal. Estaba ubicada en la Hacienda
Sosa en El Valle, aledaño a la ciudad de Caracas.
Debido a la presión demográfica en la
ciudad capital, la escuela fue mudada a Maracay, Haciendas El Limón y La Trinidad,
en 1940. Fue adscrita a la UCV en 1945 con el nombre de Facultad de Ingeniería
Agronómica. En 1952 cambia su nombre a Facultad de Agricultura, y desde 1958
cambia a Facultad de Agronomía. Algunos consideran como precursor de la
Facultad de Agronomía, a la Escuela Normal de Agricultura fundada en Caracas,
el 9/12/1843, por el Ingeniero Agrónomo italiano Doménico Milano.
Tuve la oportunidad de estudiar en
esa hermosa facultad durante el período 1960-1965, del que tengo cientos de
recuerdos y vivencias, algunos de los cuales trataré de sintetizar en estas
líneas, con la esperanza de que las personas nombradas o sus familiares lo
tomen como una sincera reminiscencia de la época.
El bautizo. Cuando los nuevos
estudiantes llegamos a las instalaciones centrales de la facultad, el primer
día de supuesto inicio de clases, éramos identificados como “peluos” e
inmediatamente iban rapándonos la cabeza uno a uno. Un condiscípulo mestizo del
estado Bolívar, sacó su casta guayanesa y no permitió que le tocaran su rizada
cabellera, porque lo pagarían caro. Ante su actitud, fue el único que mantuvo
su cabello intacto. Luego de este acto un poco agresivo, nos invitaron a subir
a los autobuses de la UCV Maracay para un recorrido por las instalaciones y
visita a los diferentes Institutos. Fuimos a Economía, Genética, Química,
Ingeniería Agrícola, Zoología Agrícola, Botánica (que incluía además de
Botánica General y Sistemática, Ecología, Microbiología, Fitofisiología,
Fitopatología), Edafología, Agronomía, y por último el Instituto de Producción
Animal. Allí concluía el bautizo con un baño de estiércol, y como recompensa,
una ternera a la criolla. Este bautizo desapareció de los actos de bienvenida a
los nuevos alumnos.
Deportes. Para 1960, las
instalaciones deportivas en la UCV Maracay eran solo un campo para jugar
béisbol y una pista de atletismo, con su óvalo de 400 metros. Como las
instalaciones de la UCV estaban mezcladas con las del CIA (Centro de
Investigaciones Agropecuarias del MAC, que luego fue FONAIAP y ahora es INIA),
ellos tenían un campo para jugar softbol y un casino (con cerveza y todo) que
nosotros también podíamos utilizar en forma coordinada. Por aquella época los
horarios de clases tenían los miércoles por la tarde libre, para actividades
deportivas de quienes estuvieran interesados. La práctica de baloncesto y
volibol la realizábamos en las instalaciones militares de Boca de Río, que eran
exclusivas para nosotros las tardes de los miércoles.
Los militares utilizaban la vialidad
del área universitaria para que la soldadesca se entrenara en el manejo de los
camiones militares. Esta convivencia cívico-militar perduró hasta el día en que
un camión militar, con un aprendiz al volante, atropelló el carro de una
estudiante de la facultad causándole la muerte a ella y a una pequeña hermana
que la acompañaba. Aquella tragedia impactó profundamente a la comunidad
universitaria, los estudiantes procedimos a incendiar el camión y aquel
enfrentamiento acabó con el uso de las instalaciones deportivas militares.
Desde aquel momento, se comenzaron a
ampliar las facilidades dentro del área universitaria para la práctica de
deportes y empezó a prosperar la calidad de los equipos de la facultad para las
competencias Inter Facultades. En 1960 éramos el hazmerreir del deporte ucevista,
pero en 1965 éramos de los más competitivos en futbol, béisbol, baloncesto,
volibol, tenis de mesa y atletismo, donde hasta llegamos a contar con el
campeón nacional de salto triple.
La convivencia de la época entre
todos los miembros de la comunidad universitaria, permitía hacer campeonatos
internos de softbol con equipos donde participábamos estudiantes, profesores,
empleados y obreros. Siempre recuerdo que mi primer turno al bate fue contra el
decano de la facultad, Dr Manuel Vicente Benezra Revenga, quien jugaba pelota
caribe.
Carnavales. Por ese tiempo los días
de carnaval no eran feriados, pero la tradición era “jugar con agua” y eso no
faltó dentro del área universitaria. En un martes de carnaval, un alumno
tradicionalmente indisciplinado, conectó una manguera a una toma de uno de los
jardines de la facultad, y al salir una clase, mojó a un buen número de
estudiantes pero con tan mala suerte que también mojó al profesor, en este
caso, una persona bastante delicada. Por supuesto aquello fue llevado al
Consejo de Facultad y solicitaron la expulsión del estudiante. Ante tal
solicitud, el decano del momento, Dr Francisco Fernández Yépez, propuso que el
mejor castigo para aquel estudiante (quien normalmente no asistía a las aulas)
era obligarlo a asistir a clases o sería expulsado. Esta moción fue aprobada y
nuestro compañero tuvo que asistir a clases que comenzaban a las 7:00 am, a lo
cual confesó con el tiempo que fueron sus peores momentos mientras cursó
estudios en la Facultad de Agronomía.
La infraestructura y la academia. Es
difícil en tan poco espacio poder describir tantos momentos vividos, pero no
puedo dejar de mencionar el gran avance en la infraestructura de apoyo docente,
dispusimos de excelentes aulas, envidiables laboratorios, y por supuesto,
destacados profesores en las diferentes áreas, que son numerosas en esta
interesante carrera que es la ingeniería agronómica. Realizamos frecuentes
viajes de estudio, lo cual nos permitió el contacto con algunas regiones
agrícolas del país. Visitas a los sistemas de riego (en nuestro caso fuimos a
El Cenizo, Río Guárico, Suata-Taguaiguai). Viajes para estudios de perfiles de
suelos en Portuguesa, Cojedes, Yaracuy, Carabobo, Aragua. Viajes para estudios
de la flora y la fauna de algunas regiones del país, con ecosistemas
diferentes. Trabajos de campo en Administración de Fincas. Visitas a
explotaciones ganaderas. Estudios en sitio de las construcciones rurales más
comunes y de instalaciones para almacenamiento de cosechas. En fin, recibimos
un gran complemento para nuestra formación profesional, además de las
oportunidades de pasantías en organismos como Servicio Shell para el
Agricultor, empresas privadas como Protinal, C.A., Ministerio de Obras
Públicas, MAC, CIA, y otros.
Nuestro eterno agradecimiento a la
Universidad Central de Venezuela, y a su Facultad de Agronomía en particular,
en su LXXXI Aniversario.
Octubre de 2018.
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