En el
marco de las medidas económicas anunciadas recientemente se aprobó un nuevo
tabulador salarial para la Administración Pública, que implicó un achatamiento
de la tabla salarial que viola las convenciones colectivas vigentes.
El
tabulador y la idea del achatamiento de la tabla salarial se hizo extensiva a
las universidades, echando por tierra acuerdos alcanzados en la última
convención colectiva, desmejorando sensiblemente las remuneraciones a percibir
por los miembros de la comunidad universitaria. El achatamiento de la tabla
salarial busca igualarnos por debajo, sumergirnos en un estado de precariedad
donde sea necesario acudir a los beneficios del carnet de la patria con la
subordinación que ello implica a las directrices gubernamentales.
El
salario mínimo había descendido en julio pasado hasta un valor equivalente al
de un dólar del mercado paralelo. Ciertamente era necesario incrementar su
valor como un acto de justicia social. Entre las medidas que se decretaron en
el contexto del programa de recuperación económica decretado por Nicolás Maduro
se produjo un fuerte incremento del salario mínimo de 3.000 por ciento.
En las
contrataciones colectivas vigentes el salario mínimo opera como un piso, en
consecuencia era de esperar que los salarios de la Administración Pública, que
se encontraban rezagados frente a los del sector privado, se incrementaran en
una magnitud similar a la del salario mínimo. Sin embargo a inicios del mes de
septiembre el Ministro de Comunicaciones del régimen lanzo un balde de agua
fría sobre las expectativas de los trabajadores del Estado, anunciando que
ninguna remuneración percibida por ellos superaría la del salario mínimo. De
acuerdo a las palabras del todopoderoso ministro el salario mínimo no actuaría
como un piso, sino como techo de las remuneraciones de los empleados del
Estado.
Cuando
se publicó la tabla salarial de los empleados públicos en la gaceta oficial se
pudo concretar los alcances de las palabras del ministro. En dicha tabla se
puede observar que en efecto el salario base de los trabajadores del Estado es
el salario mínimo, pero al mismo tiempo se hace evidente que el mayor salario
al que puede aspirar un profesional universitario en la Administración Pública
es de 1,5 salarios mínimos. Se ha producido en el tabulador salarial lo que la
economista Tamara Herrera llama un achatamiento del tabulador salarial, donde
el salario mínimo opera como ancla halando hacia abajo los salarios de las
diversas categorías.
Según
los sindicatos esto viola las convenciones colectivas firmadas por
todos los sectores organizados que laboran para el Estado Venezolano. Según estas
organizaciones y los especialistas en cuestiones laborales que los asesoran, no
se pueden eliminar derechos adquiridos en las contrataciones colectivas, pues
ello va en contra de la idea de progresividad de estos derechos, contemplados
en la constitución nacional y en las convenciones internacionales que Venezuela
ha suscrito.
El
tabulador salarial de los empleados públicos y la idea subyacente en el mismo
de achatamiento de la tabla salarial, se ha trasladado a las universidades. El
tabulador salarial de las universidades ya fue aprobado y se nos pagará en
septiembre de acuerdo a éste. En la tabla salarial universitaria aprobada, el
salario mínimo opera como un punto de partida del tabulador, mientras en la
tabla de la última convención colectiva el menor salario a devengar por un
obrero era de 4,75 salarios mínimos. Además de alterar esta parte de la
convención colectiva también se redujeron las interescalas, es decir el margen
salarial que existe entre las diversas categorías. Al igual que en la tabla salarial
de la Administración pública, se ha producido un achatamiento del tabulador
donde el salario mínimo opera como un ancla arrastrando los salarios de las
diversas categoría hacia abajo. Llama la atención que el gobierno ya no respeta
ni siquiera los acuerdos firmados con su propia gente. Como todos sabemos, la
última convención colectiva fue firmada con un sindicato afín al gobierno,
dejando por fuera al resto de las organizaciones sindicales universitarias.
En
consecuencia cuando comparamos las remuneraciones de las diversas categorías de
los profesores universitarios encontramos que, producto del achatamiento de la
tabla, las remuneraciones vigentes equivalen a un poco más de un diez por
ciento de la que nos corresponderían de aplicarse las normas de la última
convención colectiva (ver cuadro 1). Un profesor con categoría de Instructor,
por ejemplo, devengará un salario básico de 2.510 bolívares soberanos,
mientras, de aplicarse las normas de la última convención colectiva, el salario
debería ascender a 19.685 bolívares soberanos. Esto sin considerar las
primas, ya que este es otro asunto que no está claro si ha sido modificado
también.
Cuadro
1. Sueldos de profesores universitarios. Última Convención Colectiva vs
aprobados.
Categorías
|
Instructor
|
Asistente
|
Agregado
|
Asociado
|
Titular
|
Convención
Colectiva
|
19.685
|
22.244
|
25.136
|
28.403
|
32.096
|
Aprobados
|
2.510
|
2.661
|
2.822
|
2.992
|
3.171
|
Fuente:
APUCV-Maracay
|
El
achatamiento de la tabla salarial tiende a igualarnos a todos por debajo, en
una zona cercana al salario mínimo donde nuestra capacidad de compra linde con
la precariedad; debiendo acudir necesariamente a los beneficios que brinda el
carnet de la patria, con la subordinación a las directrices gubernamentales que
ello implica.
Profesor
UCV
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