Ken Robinson
Educador y escritor
De niño nunca pensó en dedicarse a la educación: “Nuestras vidas son un proceso constante de decisiones creativas e improvisación. Así que cuando iba al colegio, no tenía ni idea de lo que quería hacer”. Hoy, este educador, escritor y comunicador, es una referencia pedagógica mundial. Robinson considera necesaria una profunda transformación del actual sistema educativo y valora como decisivo el papel de los maestros.Asegura que “es difícil exagerar la importancia de los profesores en tu vida” y añade: “es una profesión con muchas dimensiones, uno de los trabajos más exigentes que una persona pueda tener”. Contrario a los exámenes y a la jerarquía de las asignaturas, defiende la creatividad como una de las habilidades más importantes que la escuela debe fomentar en los niños: “es la esencia de lo que significa ser humano”, afirma. Ken Robinson es profesor emérito de la Universidad de Warwick, Reino Unido, en la que durante doce años impartió educación artística. Ha liderado proyectos nacionales e internacionales sobre creatividad y cultura en Europa, Asia y Estados Unidos. Su famosa conferencia “¿Las escuelas matan la creatividad?”, es la charla educativa más vista en internet. Sus aportes a la educación y las artes le han valido multitud de premios y reconocimientos. Entre ellos, el nombramiento como Caballero del Imperio Británico por la Reina Isabel II. Sir Ken Robinson es autor de más de una decena de libros. Su éxito de ventas “El Elemento”, es una obra traducida a más de veinte idiomas en la que sostiene: “Es imposible adivinar cómo viviremos en el futuro. Lo único que sabemos es que hará falta mucha imaginación y creatividad para transformarnos y enfrentarnos a los nuevos retos”. En su último libro, “Tú, tu hijo y la escuela”, reflexiona sobre cómo los padres pueden apoyar a sus hijos durante el recorrido escolar.
Transcripción
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Ken Robinson. ¿Eso era todo? Gracias. Ya estamos. Es un placer estar aquí. Espero que no os importe que os hable en inglés. Porque no sé hablar castellano. Mi interés en la educación se remonta a cuando yo iba a la escuela. Cuando iba al colegio, no tenía planeado dedicarme a la educación. En aquel momento no tenía nada planeado. ¿Os puedo preguntar cuántos de vosotros estáis haciendo ahora lo que creíais que ibais a hacer cuando estabais en la escuela? Uno, dos. Os preguntaré enseguida por esto. Veréis, la mayoría de la gente no tiene ni idea. Y aunque en la escuela tuvieran alguna idea, acaban haciendo otra cosa. A lo mejor podéis pensar: “Tengo clarísimo que quiero ser escritor o abogado, o técnico, o chef”, o lo que queráis. A lo mejor en la escuela teníais esa idea y algunos de vosotros quizá conseguisteis dedicaros a eso. Pero aunque os dediquéis a lo que queríais hacer, seréis una minoría, y no pudisteis planificar la vida que habéis acabado teniendo.Para mí esto es algo crucial, porque toda vida humana es única e irrepetible, y toda vida humana es improvisada. Nuestras vidas son un proceso constante de decisiones creativas e improvisación.
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Ken Robinson. Así que cuando iba al colegio, no sabía lo que quería hacer. No tenía
ni idea. Yo formaba parte de una familia numerosa. Tengo cinco hermanos y una
hermana. Uno de mis hermanos está aquí, John , hemos venido juntos. Cuando
tenía cuatro años, vivíamos al lado del campo del Everton. Hay dos campos de
fútbol en Liverpool el de Everton y el de Liverpool. Nosotros crecimos al lado
del estadio. Así que mi padre creía que yo sería jugador de fútbol. Con cuatro
años. Porque mi padre había sido jugador y yo estaba muy en forma y era ágil, y
al parecer tenía un talento precoz. Era un poco como Ronaldo. Me comparan mucho
con él. Me lo dicen mucho. Pero en los años 50, hubo una epidemia de polio. Que
se dio en Europa y Estados Unidos. Yo la contraje a los cuatro años. Me pasé
alrededor de un año en el hospital, y ahí se acabaron las esperanzas de mi
padre de que yo jugara al fútbol. Fui a un colegio para niños minusválidos. Y
entonces recuerdo que hubo dos personas que se cruzaron en mi camino. Una de
ellas era un hombre maravilloso llamado Charles Stratford, que un día visitó el
colegio. Éramos ocho alumnos. No, seguramente éramos diez en ese momento. Yo
tenía diez años. Este hombre vino de visita al colegio. Estuvo hablando conmigo
y con más gente, y luego se fue a hablar con el profesor. Y después, un poco
más tarde, me pidieron que fuera a ver al director del colegio, con el que solo
había hablado una vez. Y este hombre estaba allí sentado con él. Resulta que
era el inspector de educación especial del área de Liverpool. Había estado
hablando conmigo y le había parecido ver algo en mí que le había llamado la
atención. Así que me hicieron una serie de pruebas en el colegio. Ahora sé que
eran test de inteligencia.
04:41
Ken Robinson. Y me subieron de curso. Este hombre, Charles Stratford, se convirtió
en un amigo de la familia. Y en mi mecenas. Éramos una familia numerosa de
clase trabajadora. Y empecé a trabajar con otra profesora, la señorita York,
que era muy exigente. Y gracias a haber trabajado con ella, aprobé el examen
público para entrar en las escuelas convencionales, en la secundaria. Y allí
que me fui. Yo fui la primera persona de mi escuela en aprobar el examen de
admisión para entrar en la educación convencional. Y fue todo gracias a que dos
personas vieron algo en mí y me exigieron que lo desarrollara. Entonces empecé
a ir a la escuela convencional, y allí empecé a educarme. Trabajé mucho Lengua
y teatro. Y seguía sin saber a qué quería dedicarme. Me quedé asombrado de que
la gente de todas las edades tiene muchas más habilidades y posibilidades de
las que la educación ordinaria les permite descubrir. Muchos niños nacen con
grandes capacidades, pero yo creo que las habilidades humanas son como recursos
naturales: están enterradas bajo la superficie y hay que descubrirlas. Y puede
que nunca las descubramos. Todos vosotros tenéis habilidades de las que
seguramente ni siquiera sois conscientes y puede que nunca las descubráis por
falta de oportunidades. Se me ocurre que la lingüística es un buen ejemplo.
“Si no trabajas en educación es fácil
criticar a los profesores”
06:12
Ken Robinson. La mayoría de niños aprende a hablar en sus primeros años de vida. Y,
curiosamente, nadie les enseña a hacerlo. Si sois padres, lo sabéis. No le
habéis enseñado a hablar a vuestro hijo. ¿Cuántos hijos tenéis? Vale. Si tenéis
hijos, sabéis que aprenden a hablar en sus primeros años, ¿verdad? Pero
vosotros no les enseñáis, no en el modo en que nosotros concebimos la
enseñanza. No les sentáis cuando tienen dos años y les decís: “Tenemos que
hablar. Bueno… Más concretamente, tienes que hablar tú. Y se hace así”. Lo
aprenden sin más. ¿Cuántos de vosotros habláis dos idiomas? ¿Tres? ¿Cuatro? Yo
creo que pasa lo siguiente. Si aprendes un par de idiomas de pequeño, te
resulta más fácil aprender más. La mayoría, si están expuestos a tres o cuatro
idiomas en su niñez, lo aprenden sin esfuerzo. No hay que tener un don
lingüístico para aprender varios idiomas cuando eres un niño, Basta con ser
humano. Y todos tenemos esa capacidad, pero la mayoría acabamos hablando uno o
dos. O, si eres inglés, solo uno. Es verdad. En Francia intento hablar francés
pero la gente me lo impide. “No lo hagas. Suena horrible. Limítate al inglés,
que se te da bien”. Pero lo mismo pasa con los instrumentos musicales. Si
practicas música desde una edad muy temprana, aprendes los instrumentos. Si te
expones al diseño, o si te animan a bailar, o si te animan a construir… Todos
tenemos una gran variedad de habilidades, la cuestión es identificarlas o no, y
cultivar las destrezas necesarias para ponerlas en práctica. Y esto siempre lo
he sabido, desde que era bien pequeño, incluso antes que mis compañeros de
escuela, y de una forma un poco inconsciente. Luego, en la universidad, me
involucré mucho en el teatro.
08:23
Ken Robinson. El teatro siempre me ha parecido una manera muy poderosa para que la
gente conecte, se comunique y explore sus relaciones entre sí. El teatro es el
arte del comportamiento humano. Y en el teatro, las preguntas que se plantean
no son lo que piensas, sino lo que harías en esas circunstancias. ¿Cómo te
sientes? ¿Cómo actúas? ¿Cómo te comportas? ¿Cómo afecta a tu relación con los
demás y qué sucede como resultado? Y me resultaba curioso que esto no se usase
de forma extendida en las escuelas, a pesar de que, evidentemente, era una
forma importante de conexión y aprendizaje. Así que acabé haciendo las cosas un
poco por casualidad, pero siempre movido por el convencimiento de que la gente
tiene más habilidades en bruto de lo que cree. Yo sabía, por mi experiencia
personal, que así era. Y cuanto más profundizaba en ello, más me indignaba.
Para mí, esta es una cuestión de derechos humanos. Todos tenemos una vida, que
sepamos, y es relativamente corta en el gran esquema cósmico de las cosas. Y
muchas personas se pasan la vida sin sentirse satisfechas, sin sentir que
tienen un propósito, ni sentir que han descubierto lo que son verdaderamente
capaces de lograr. Y esto es importante, porque esta relación entre la
naturaleza y la crianza es muy dinámica. Y uno de los procesos de los que
dependemos para cultivar nuestras sensibilidades y talentos naturales es la
educación. Así que empecé interesándome por un arte en concreto, y reflexioné
mucho sobre ello. Me parecía que toda la gama de disciplinas de la escuela
debían beneficiarse de ello. Y por último, acabé interesándome por la idea de
la creatividad.
10:06
Ken Robinson. Y el motivo es que hay muy pocas cosas que nos hagan destacar entre
los seres vivos de la Tierra, y creo que las diferencias nos las creemos
demasiado. Pero algo nos diferencia, eso está claro. Las demás especies no se
comportan como nosotros. Nosotros sí nos comportamos como ellas a menudo. Pero hay
cosas de las que ellos parecen no ser capaces. Ellos no se meten en teatros
rodeados de cámaras. No se ponen ropa que otro ha diseñado o fabricado, no
disfrutan de la comida del mismo modo que nosotros, no hablan idiomas, no
parecen tener teorías, no tienen sistemas de valores, no tienen rivalidad
cultural, no crean economías, no construyen grandes civilizaciones. Nosotros
sí. Pero en todos los demás aspectos somos igual que ellos: somos mortales,
somos frágiles, y dependemos del planeta y de lo que nos proporciona. Pero ¿qué
nos diferencia? Para mí, lo que nos diferencia es, en parte, la idea de la
creatividad. Tenemos una imaginación poderosa. Y cuando dirigimos nuestra
imaginación hacia cosas prácticas, creamos mundos virtuales en los que vivimos.
Así que, para mí, la idea, el concepto y la práctica de la creatividad son la
esencia de lo que significa ser humano. Y cada vez me parece más importante que
cultivemos estas capacidades en nuestros sistemas educativos, que llevan mucho
tiempo ignorándolas, por la humanidad que compartimos, y también porque ahora,
mediante estos sistemas, nos hemos creado accidentalmente todo tipo de desafíos
que son de carácter existencial. Nada me parece más desolador que escuchar los
debates políticos sobre cómo mejorar las escuelas haciendo más pruebas y más
exámenes. Y el gran desafío al que nos enfrentamos como seres humanos lo
dejamos de lado en la mayoría de sistemas educativos. Así que cuanto más me
involucraba en la educación, más me interesaba no solo en la teoría, sino
también en la práctica. Así que cuando hace unos años di una charla en TED, ya
llevaba un largo camino recorrido. Esa charla en particular, que puede que
hayáis visto, tuvo lugar en 2006. Y ya lleva unos 53 millones de
visualizaciones.
“Educar no es un monólogo sino una
conversación”
12:15
María Luisa. Cincuenta y siete millones.
Ken Robinson. ¿Cincuenta y siete? Es que me he pasado la noche viéndolo. ¿Ya lleva
57? Pero bueno, se lo ponen a grupos, así que debe de ser un múltiplo de esa
cifra. Yo creo que la razón de que haya tenido tanto éxito es porque la gente
ha reconocido que destila sentido común y verdad. Y la otra razón de que se
haya visto en 150 países, que es lo importante, no es producto de una
perspectiva cultural en concreto. Así que, resumiendo, como la mayoría, yo he
ido creando mi vida, no la he planeado. He intentado controlarla y he intentado
darle sentido.
12:53
Ken Robinson. Pero me he guiado por unos principios. Uno es la creencia en la bondad
fundamental de la humanidad. Otro es un sentido de la abundancia de cosas de
las que somos capaces como personas. Y en tercer lugar, que es de vital
importancia que haya instituciones públicas que promuevan estos talentos por
nosotros y por el bien común. Lo último que me gustaría decir respecto a esto
es que soy muy consciente en todo el trabajo que hago de que estos debates han
sido continuos. Una de las educadoras más importantes de nuestra historia
reciente es María Montessori. Y muchas de las cosas de las que ella hablaba en
la educación temprana… Ella es un ejemplo de alguien que lidió con estos
problemas en las difíciles circunstancias de los niños de clase trabajadora. Y
desarrollaron una serie de prácticas que van en consonancia con los ritmos
naturales del crecimiento y el desarrollo humanos. Ella no es la única. Todo el
movimiento progresista se basaba en la idea de intentar educar al niño como a
un todo y crear condiciones para su crecimiento y desarrollo. Y esto era así ya
en los primeros jardines de infancia, no solo en Montessori y otros. John
Dewey, en el siglo XIX, escribió mucho sobre educación y desarrollo personal.
También escribió mucho sobre democracia. Una vez dijo que cada nueva generación
debía redescubrir la democracia. A mí me parece una observación muy importante.
Todos tenemos la tendencia a sufrir una especie de amnesia cultural. Debatimos
las cosas como si no hubieran pasado nunca antes. Por ejemplo, mis hijos creen
que los millennials han descubierto el sexo. De verdad.
14:33
Ken Robinson. Cuando yo sé que lo descubrió la generación del baby boom. Yo estaba
allí. Cayó en fin de semana, ¿vale? Yo viví la revolución sexual de los años
60, como podéis ver. Y… En realidad me la perdí, ese fin de semana me quedé en
casa. Pero el lunes cuando me fui a trabajar noté que algo había cambiado.Mis
padres afirmaban haberlo inventado también. Así que, ¿quién sabe? A saber quién
inventó el sexo. Pero muchos de estos principios básicos de lo que es una buena
vida, cómo funcionan las democracias, cómo la gente tiene que mirar no solo por
sí mismos, sino por el bien común… Se remontan a la Antigüedad, al inicio de
nuestras civilizaciones. Pero cada generación ha tenido que redescubrirlos. En
la actualidad es un poco más difícil descubrirlos, porque estamos muy
distraídos con los acontecimientos cotidianos. Mirad lo que está pasando ahora
mismo en Estados Unidos, otro país que se proclama a sí mismo líder de los
principios democráticos. Yo he vivido allí durante 17 años, y os puedo decir
que esa afirmación es un poco exagerada. Para mí, nunca ha habido un momento en
que sea tan importante poner en práctica los principios básicos de la
educación. Para mí, hay cuatro: la educación tiene fines económicos, tiene
fines sociales, tiene fines culturales y tiene fines personales. Por eso necesitamos
una concepción expansiva del funcionamiento de la educación, y tenemos que
reconocer que nada de eso tendrá lugar si no invertimos plena y adecuadamente,
y con determinación, en la formación, el desarrollo y el apoyo de los
profesores, de quienes depende toda esta empresa. Así que, para mí, estos temas
no disminuyen en importancia, sino que aumentan en importancia cada vez más.
16:16
Ken Robinson. ¿Tenéis ideas, comentarios, observaciones, preguntas?
Laura. Hola, Ken, buenos días, soy Laura. Soy futura maestra. Y me gustaría
preguntarte cómo recuerdas tu etapa en la escuela y si tuviste algún gran
maestro que te cambiase la vida.
16:31
Ken Robinson. ¿Sabes? Hola, Laura. ¿Vosotros la habéis entendido? Bueno, ya he
mencionado a un par de mis profesores que tuve. Es difícil exagerar la
importancia de los profesores en tu vida. Es decir… Yo creo que es uno de los
trabajos más exigentes que una persona pueda tener. Y lo digo de verdad. Es una
profesión con muchas dimensiones. Y lo cierto es que siempre me ha molestado
que la gente que no se dedica a la educación critique tan a la ligera la manera
en que los profesores hacen su trabajo. Tienes que trabajar con 20 o 30 vidas,
o más, durante 40 minutos o una hora, y luego se van y te llega otro grupo,
sobre todo en primaria o en el instituto, y todos ellos son personas con una
vida llena de esperanzas y expectativas, son vidas complejas. Traen al aula sus
experiencias de casa, de la calle, sus intereses culturales… No deja de ser un
momento más que tú compartes con ellos. Así que ser buen profesor conlleva
muchas cosas.
Una de ellas
es que, obviamente, necesitas saber la materia. Aunque no siempre tienes por
qué saberlo todo. Depende de lo que sea. Hace unos años, participé en un evento
de Vancouver. Era una cumbre de paz. Se llamó La Cumbre de Paz de Vancouver.
¿Qué esperabais? En cualquier caso, el invitado de honor era el Dalai Lama. Yo
era el anfitrión de la sesión de apertura. Y había, si no recuerdo mal, diez
personas en la mesa, incluyendo al Dalai Lama, que estaba sentado en un trono.
Yo hoy he pedido que me pusieran un trono. Esto es muy barato, que lo sepáis.
Qué decepción.
18:49
Ken Robinson. Bueno, el Dalai Lama estuvo genial. En un momento dado, le hicieron
una pregunta… Le hicieron muchas preguntas. Había dos mil personas en el
auditorio. Pues le hicieron una pregunta y se quedó muy pensativo. Estaba
sentado con las piernas cruzadas, cerró los ojos y se quedó en silencio durante
un buen rato. Un rato demasiado largo, pensé yo. Porque yo era el anfitrión. Y
no sabía lo que estaba pasando. Pensé: “¿Habrá alcanzado la iluminación? Ahora
no, por favor. Hoy no. Al menos que se espere al descanso. Aún nos quedan 40
minutos”. En fin… Se puso muy pensativo y entonces…
También
estuvo muy gracioso, por cierto. Tiene un sentido del humor muy pícaro. Pero le
hicieron una pregunta, era sobre la filantropía o algo así. Y entonces tomó
aire y pensamos: “Seguro que va a decir alguna genialidad”. Se inclinó hacia
adelante, todos nos inclinamos hacia adelante, y dijo: “No lo sé”. Yo pensé:
“Qué decepción. ¿Cómo que no lo sabes? ¡Eres el Dalai Lama!”. Pero luego dijo:
“Nunca lo había pensado”. Y se dirigió al público y preguntó: “¿Qué pensáis
vosotros?”. Me encantaron dos cosas de ese instante. En primer lugar, el que es
uno de los grandes maestros en el mundo, no tiene reparos en decir “No lo sé”.
Quería ilustrar esto. Luego hablaremos un poco más de ello. Hay cosas que sabe
muy bien. Es el mayor experto mundial en algunas áreas del conocimiento. Pero
no lo sabe todo. Nadie lo sabe todo. Es imposible. El conocimiento y la
comprensión humana es un entramado muy denso y nosotros sabemos solo una parte.
Algunos saben más que otros, pero ninguno sabe más que una fracción de todo lo
que hay.
“Los grandes educadores son también
grandes facilitadores”
21:07
Ken Robinson. Ese es uno de los motivos por los que la cultura humana ha tenido
tanto éxito. Somos una especie altamente colaborativa, somos capaces de
codificar nuestro conocimiento y compartirlo de múltiples formas: a través de
la música, del arte, de la danza, de la literatura… De modos muy distintos.
Pero ninguno de nosotros nacemos en un vacío, somos herederos de la Historia de
la Humanidad, si somos capaces de conectar con ella. Así que solo estaba siendo
sincero: “No lo sé, eso supera mi experiencia”. Esto me parece muy importante,
porque los profesores de hoy sienten la presión de tener que saberlo todo. Y es
algo totalmente honesto que los profesores digan: “No lo sé”. Socialmente,
todos soportamos la presión de fingir que sabemos cosas que no sabemos. Y… Lo
segundo es algo muy sencillo, que el Dalai Lama dijo: “¿Qué pensáis vosotros?”.
Esto indica que el aprendizaje no es un monólogo, sino que es una relación, es
una conversación. Y los grandes profesores de la Antigüedad lo sabían, sabían
que el aprendizaje se produce a través del diálogo, la conversación y la
interacción. Los grandes profesores son alumnos, y los grandes alumnos son
profesores. Son todo al mismo tiempo. Así que eso es lo que conlleva ser un
buen maestro de escuela, en parte: has de entender que formas parte de una
relación, que no te limitas a transmitir lo que sabes a gente que no lo sabe.
Eres un catalizador que mejora la comprensión de todos. Hay cosas que tienes
que saber. En fin, no tendría mucho sentido contratarme a mí para enseñar
español. Es mejor si sabes hablarlo. El aprendizaje por descubrimiento tiene un
límite, ¿vale? Pero un buen profesor debe conocer su materia, saber de su tema.
Pero también debe saber hasta dónde alcanzan sus conocimientos.
23:03
Ken Robinson. Los buenos profesores también son buenos facilitadores. Hay muchas
personas que tienen un gran conocimiento especializado pero no son buenos
profesores. Si lo dudáis, daos una vuelta por cualquier universidad. Allí
estarán. Y lo sé porque he trabajado en universidades durante años. En las
universidades hay profesores geniales, y algunos solo enseñan porque es el
precio que pagan por investigar. Que alguien sepa de algo no significa que sea
buen profesor. Para ser buen profesor hay que practicar el arte de enseñar, si
lo concebimos como una forma de arte. Es como ser buen médico. Hay un montón de
recursos, ideas, técnicas y estrategias. Es saber qué aplicar aquí y ahora. Es
como ser un buen terapeuta. “¿Qué sería lo correcto en esta situación?”. Mis
profesores predilectos han demostrado esta capacidad. Algunos de ellos son de
la universidad, pero uno de los primeros que realmente me impresionó, aparte de
los que he mencionado, fue un profesor de francés. Yo adoraba a este profesor.
El señor Evans. Es una larga historia. Yo crecí en Liverpool entre los años 50
y los 60. Hubo un tiempo en que Gran Bretaña no se consideraba europea. Aunque
ahora nos parezca raro. Pero hubo un tiempo en que Gran Bretaña no quería
formar parte de Europa. Pero nadie de mi generación… Si ibas a Inglaterra en
los años 60 y 70, no era… Siempre ha sido un lugar interesante con una cultura
propia, pero no era europea en el sentido en que lo es ahora. Lo que más me
impresionaba del señor Evans era que sabía hablar francés. Muy bien. Y eso no
pasaba con la mayoría de profesores de francés. Para ellos era una obligación.
Él era elegante y refinado. Fumaba cigarrillos franceses. Y comía ajo. Hablamos
de 1964. Entonces yo pensaba que el ajo era una droga. Y sigo pensándolo. Él
era “muy” francés, era europeo. Y cuando entraba en clase, había algo en él, en
su forma de ser. Y nosotros nos quedábamos ahí sentados escuchándole. No tenía
que hacer nada, le prestábamos atención sin más. Y gracias a eso aprendí
francés y despertó mi curiosidad. Luego estaba el profesor de latín, que me
deprimía. Es una relación, de eso se trata. Tus alumnos no tienen por qué
caerte bien, tú no tienes por qué caerles bien a ellos, pero tiene que haber
algo del profesor que les despierte la curiosidad, que les impresione. Un buen
profesor te anima, del mismo modo que uno malo te desanima. Me acuerdo de
profesores que con solo levantar una ceja te hacían sentir fatal. Les hacías
una pregunta y te hacían sentir ridículo por hacerla. Así puede que le cojas
manía a una asignatura. Tenéis una responsabilidad muy grande. No hay que
agobiarse, pero los profesores tenéis una influencia tremenda. Mi vida está
llena de profesores así. Y tú serás una gran profesora.
26:28
Mar Romera. Soy Mar Romera, soy maestra, y yo creo… Soy optimista y creo que vamos
a cambiar el mundo a través de la educación. Y necesito el mejor de los
consejos del mejor gurú, que es usted. Y quiero saber, si tuviese el poder de
cambiar el sistema educativo, ¿qué cambiaría y por qué?
“Hay que invertir con determinación
en la formación, el desarrollo y el apoyo de los profesores”
26:53
Ken Robinson. Vale. Lo del gurú es verdad. Cuando… Permíteme que empiece diciendo
que la gente a menudo siente que es imposible cambiar el sistema educativo. Y
creo que es importante comprender qué clase de sistema es. Verás, no es un
sistema mecánico. Hay sistemas que se han construido para hacer algo y lo hacen
de un modo predecible. Pero no es un sistema inerte, ni funciona mediante
algoritmos. Es un sistema humano.Es lo que los teóricos llaman un “sistema
adaptativo complejo”. Eso quiere decir que está compuesto por múltiples
elementos. Por ejemplo, una palanca es un sistema mecánico simple. Es un
ejemplo de sistema mecánico. Una barra con un punto de apoyo que amplifica qué
esfuerzo se le aplica.Un avión es un sistema complejo. Está compuesto por
millones de sistemas simples.
Pero, de
momento, no se cambia a sí mismo. Los aviones no tienen sentimientos respecto a
dónde vuelan. “No quiero volver a Karachi, es un rollo de sitio”. No hacen eso.
Solo hacen para lo que están diseñados, afortunadamente. Los sistemas humanos
son distintos. Los sistemas humanos se componen… Como el sistema educativo, que
se compone, literalmente, de cientos de millones de personas, en cientos de
miles de instituciones con innumerables intereses, innumerables puntos de
interacción entre sí. Es altamente complejo, está compuesto de acciones
individuales cada día. Y todas están fluctuando. El funcionamiento del sistema
tiene unas características dominantes, pero es un diseño dinámico y vibrante.
Incluso cuando no lo parece. En segundo lugar, cambia constantemente. Hay cosas
que parecen ser constantes. Pero aun así, con el tiempo, pueden cambiar mucho.
También hay mucho espacio en el sistema para la innovación. Se pueden hacer
muchas cosas con la educación, con los sistemas humanos. Se pueden hacer
cambios en el sistema. Mucho de lo que pasa en las escuelas en nuestros países
no lo dicta la ley, sino que es lo que la gente se ha acostumbrado a hacer, es
un hábito.
29:30
Ken Robinson. Por ejemplo, la mayoría de sistemas escolares no impiden que los
profesores prueben otras formas de enseñar. Mi esposa era profesora en
Liverpool. Tenía 42 niños en clase, tenían diez años. Su clase era una jaula de
grillos. Y lo que hizo fue ponerlos a trabajar siempre juntos, en grupos
mixtos. La gente dice: “¿Cómo enseñas a 42 niños todo el día?”. Pues los pones
a trabajar juntos. Les enseñas juntos. Su escuela era un lugar muy interesante,
el director fomentaba la colaboración entre los distintos profesores para que
trabajaran sus puntos fuertes. Los directores pueden hacer eso. La ley no les
exige ceñirse al camino por el que va todo el mundo. Desde el sistema, se puede
cambiar el sistema. Puedes luchar por los cambios. Puedes salirte del sistema e
ir a una escuela alternativa. Quiero decir que hay flexibilidad y que el
sistema está cambiando. Y está cambiando, en parte, y esta es la parte
optimista, porque hay fuerzas que están alterando la educación. Una de ellas
es, de esto quiero hablar luego, que hay un creciente problema de desempleo
entre la juventud. Cada día se rompe la promesa que la educación hace a decenas
de miles de niños. Es una energía poderosa y perturbadora que se está
acumulando en la población. La promesa de la educación superior está fallando a
muchos jóvenes. Cuando yo estaba en la universidad, la idea era que si
trabajabas duro, lo hacías bien y te sacabas una carrera, tendrías un buen
trabajo, pero la gente sabe que ya no es así. No digo que no sea nunca así,
pero ya no es una garantía, como lo era antes. También sabemos que vamos a
enfrentarnos a una enorme cantidad de innovaciones en la tecnología digital y
la inteligencia artificial que, con toda probabilidad, perjudicarán a muchos
puestos de trabajo que creíamos que eran territorio exclusivo de los humanos.
Vivimos en un mundo de fluctuaciones y cambios constantes. Y eso sin tener en
cuenta el asunto del clima y lo que está pasando en nuestro sistema político.
El sistema está fluctuando, está cambiando. Se resiste a algunos cambios, pero
hay muchos en marcha. Así que yo creo que hay varias opciones. Una de ellas es,
y creo que es un principio importante, que si trabajas en la educación,
entonces eres el sistema. Tú y todo el mundo.
31:58
Ken Robinson. No consiste en decir: “Tienen que cambiar los demás”. Lo que tú haces
forma parte de ello. Cuando entras en clase, se cierra la puerta, todos esos
niños te miran y te prestan atención. Lo que ocurre a continuación, para ellos,
es el sistema educativo. A ellos les da igual quién sea el ministro de
Educación, les da igual el informe PISA nunca han oído hablar de Andreas
Schleicher. Les da lo mismo. Lo único que saben es lo que tú vas a hacer
ahora.Y lo que tú les des, lo que les pidas, cómo les respondas, eso es la
educación para ellos.Por eso siempre digo que el punto de partida eres tú. Eso
decía Gandhi, ¿no? “Sé el cambio que deseas”. “Sé el cambio que quieras ver”. Y
luego trabaja, si tienes la energía, las ganas y la voluntad, con otros
profesores de la escuela para ver si ellos también quieren cambiar las cosas. Y
con los padres, si es posible. Ten claro los cambios que creas que es
importante acometer en la educación. Está claro que hay grandes problemas. Es
como con el medio ambiente. Hay muchos intereses para que las cosas sigan como
están, pero eso no quiere decir que no haya espacio para el cambio. Fijaos en
el movimiento Me Too ahora mismo. Ha conseguido encender el polvorín de la ira
y la frustración que la gente ya sabía que estaba ahí, pero necesitaba algo,
esa chispa que ha iniciado el gran cambio. Yo creo que eso es lo primero. Hay
espacio para el cambio si tienes la voluntad de hacerlo y las ganas para
intentarlo. No tiene por qué cambiar el mundo. Pero lo que tú hagas por tus
alumnos cambia su mundo. Una ceja levantada puede cambiar el mundo de los niños
con los que trabajas. Y creo que es importante no subestimar eso nunca: tu
poder como profesor en la escuela. Y si te parece demasiado y te sientes
sobrepasado, dedícate a otra cosa. Lo digo en serio. No estoy animando a la
gente a dejar la educación, pero tienes que tenerlo claro. En fin, también es
tu vida. Yo creo que es importante que te pongas en primer lugar. Tienes que
estar fresco. Si sientes que esto te agota, tienes que hacer otra cosa durante
un tiempo. O hallar la manera de encontrar el equilibrio.
34:13
Ken Robinson. Hace unos años escribí un libro titulado The element. ¿Está en
español? Lo voy a decir en español. Se llama El elemento. Ahí queda eso. Es una
forma en la que la gente… Consiste saber que estás haciendo lo más auténtico,
que estás haciendo aquello con lo que más te identificas. La semana pasada,
Terry, mi esposa, y yo, viajamos a París. Y estuvimos comentando: “Yo no sé
cómo lo hacen los políticos. Se pasan la vida en aviones, yendo de reunión en
reunión, rodeados de cámaras y micrófonos para analizar todo lo que dicen…
¿Quién querría hacer eso?”. Pero está claro que a ellos les encanta. Y eso a mí
me parece una observación importante, que si estás haciendo algo…
Estar en tu
elemento consiste en dos cosas: encontrar las cosas que se te dan bien y que,
además, te encanta hacer. Si te encanta hacer algo que se te da bien, no
volverás a trabajar en tu vida, como dijo Confucio. Sabes que estás haciendo lo
que estás destinado a hacer o lo que es bueno para ti por dos razones. Una es,
por ejemplo, que cambia la percepción del tiempo. Si estás haciendo algo que
amas, una hora puede parecerte cinco minutos. Miras el reloj y piensas: “Cómo
pasa el tiempo”. Si estás haciendo algo que no te gusta, cinco minutos
parecerán una hora. Miras el reloj y piensas: “¿Esto se mueve o qué?”. Otra
cosa es que, si estás en tu elemento, si estás haciendo algo que amas, recibes
energía de ello. Para mí, hay una diferencia importante entre energía
espiritual y física. Y ya sabéis a lo que me refiero. Aquí no utilizo
“espiritual” en el sentido religioso, sino en el sentido en que estás animado o
desanimado. Si estás haciendo una actividad que amas, puedes seguir incluso si
estás físicamente agotado y a punto de desfallecer. Fijaos en la gente que
corre maratones.
“La educación superior está fallando
a muchos jóvenes. (Antes) si trabajabas duro, y te sacabas una carrera,
tendrías un buen trabajo. Eso ya no es así.”
36:18
Ken Robinson. Siguen y siguen hasta que cruzan la línea de meta, y solo entonces se
derrumban. Pero, sin llegar a tanto, puedes hacer cosas que te agoten
físicamente, que te dejen hecho polvo, pero puedes estar a tope. Sientes dolor,
pero estás entusiasmado. Del mismo modo, si haces algo que no te gusta, puedes
estar físicamente bien pero completamente abatido y desolado. Y de lo que me
doy cuenta con el elemento es que si haces algo que amas, no te quita energía,
sino que recibes energía al hacerlo. Hacerlo te carga espiritualmente.Y eso
pasa con las actividades y con la gente, ¿no os parece? Hay gente que te da
energía. Solo estar en su presencia te hace sentir mejor. Cuando vas al
trabajo, lo ves venir y piensas: “¡Qué bien que hayan venido!”. Te vienes arriba.Del
mismo modo, a veces ves a alguien que viene hacia a ti y piensas: “No
fastidies. ¿Ahora? ¿No podemos dejarlo para luego?”. Porque te absorben la
energía. Y lo sabemos, simplemente es así. No lo digo por ti en particular,
solo aprovecho la ocasión para decirlo. Enseñar es un trabajo muy exigente
físicamente. Es un trabajo muy exigente emocionalmente. En el mejor de los
días, te entusiasma. Una lección quizá haya ido muy bien, o una situación con
un niño, algo que has planeado ha salido muy bien. Pero hay muchas cosas con
las que los profesores tienen que lidiar que son agotadoras. Todo el tema de la
administración, los exámenes, el solucionar los problemas que surgen en el día
a día. Y hay que verlo todo en su conjunto. En conjunto, ¿esto me aporta algo o
no? ¿O antes sí pero ahora no? Y yo siempre le digo a todo el mundo que si
tienes elección, y si sigues amándolo, sigue haciéndolo. Pero si necesitas un
tiempo para dedicarte a otra cosa o un tiempo para irte a otro lugar, entonces
deberías probar a hacerlo, dentro de tus posibilidades.
38:25
Ken Robinson. He comprobado que cuando la gente cambia de tercio… Quizá te ayude
cambiar a niños de otras edades. La enseñanza no es homogénea. Conozco a gente
a la que le encanta trabajar con niños pequeños y no podrían soportar estar en
una clase llena de adolescentes. Y a otras personas les pasa todo lo contrario:
están en su salsa con chavales de 15 años. Pero ponles a diez niños de tres
años y estarán totalmente perdidos, no sabrán qué hacer con ellos. Así que yo
creo que todo esto lo resume. Consiste en analizar la situación y, entonces, si
te sientes capaz o tienes oportunidad, o tienes ganas de un mayor cambio
social, involúcrate en ello también.
39:07
Jorge Ruiz. Hola, Ken, mi nombre es Jorge. Soy músico. Parte de tu trabajo, o casi
todo, versa en torno al concepto de creatividad. Y curiosamente hay mucha
confusión, hay mucha gente que no lo entiende bien. Y tú, además, dices que la
escuela mata la creatividad. Así que la pregunta sería: ¿Qué es para ti creatividad?
Ken Robinson. No lo sé. ¿Cómo te llamas?
Jorge Ruiz. Jorge
39:45
Ken Robinson. Jorge, yo… Yo nunca he
dicho que las escuelas maten la creatividad. Pero cuando hice la charla en TED,
le pusieron un título. Y el título que pusieron fue: “¿Matan las escuelas la
creatividad?”. Entre signos de interrogación. Un poco más tarde lo cambiaron
pero les hice dejarlo como estaba, porque no digo que todas las escuelas maten
la creatividad automáticamente y que sea inevitable. Lo que digo es que las
escuelas no la cultivan del modo en que deberían. Y si no se cultiva, tiende a
desaparecer. Así que… Yo creo que tienes razón al decir que a la gente le
confunde esta idea. A finales de los años 90, presidí una comisión sobre la
creatividad en la educación para el Gobierno del Reino Unido. Recuerdo que en
el Reino Unido teníamos una estrategia nacional de alfabetización. Mucha gente
creíamos que también hacía falta una estrategia de creatividad. Por razones de
las que podemos hablar luego, si quieres. El Gobierno me pidió que formara una
comisión. Así que reuní a un grupo de 15 personas para trazar un plan y una
estrategia práctica para promover la creatividad en las escuelas. Os preguntaré
algo: si vosotros tuvierais que hacer esto, si tuvierais que juntar a 15 personas
para defender y planificar una educación creativa, ¿a qué 15 personas
elegiríais? Es decir, no penséis en… Bueno, podéis pensar en personas
concretas, pero ¿qué tipo de personas? ¿Personas de qué categorías meteríais en
un grupo así?
41:53
Público. Niños
Ken Robinson. Niños, sí. O adultos “infantiles”. Decidme.
Público. Artistas.
Ken Robinson. Artistas, profesores…
Público. Madres…
Ken Robinson. Madres, sí. ¿Cómo dices?
Público. Inventores
Ken Robinson. Inventores
Público. Abuelos
Público. Emprendedores
Ken Robinson. ¿Cómo has dicho?
Público. Abuelos
Ken Robinson. ¿Abuelos? Emprendedores, sí.
Público. Psicólogos.
Ken Robinson. Psicólogos.
Público. Madres
Ken Robinson. Madres. ¿Padres no? ¿Alguno más?
Enhamed Enhamed. Personas con discapacidad.
Ken Robinson. Sí, así es. ¿Por qué?
Enhamed Enhamed. Porque creo que la gente con discapacidad se enfrenta a diferentes
desafíos y adversidades cada día. Así que a lo mejor encuentran otras formas de
desenvolverse. Básicamente.
Ken Robinson. Sí, así es. Creo que esa es buena. ¿Cuál es tu…? ¿Te gusta la palabra
“discapacidad”? ¿Te parece bien utilizarla?
Enhamed Enhamed. Puede. Es la mejor que se me ocurre en inglés.
Hace solo
cuatro años que aprendí inglés.
Ken Robinson. ¿De verdad? ¿De dónde eres?
Enhamed Enhamed. Soy de aquí, de España.
Ken Robinson. Vale. ¿Y cuál es tu discapacidad?
Enhamed Enhamed. Soy ciego.
Ken Robinson. ¿Y eres ciego de nacimiento?
Enhamed Enhamed. No, perdí la vista a los ocho años.
Ken Robinson. Ya. ¿Y fue a causa de un accidente? ¿Cómo ocurrió?
Enhamed Enhamed. No, fue una enfermedad.
43:28
Ken Robinson. ¿Ah, sí? ¿Fue paulatino o repentino?
“Estar en tu elemento consiste en
encontrar las cosas que se te dan bien y que, además, te encanta hacer.”
Enhamed Enhamed. Fue repentino, en cinco segundos.
Ken Robinson. ¿En serio?
Enhamed Enhamed. Sí.
Ken Robinson. ¿Te puedo preguntar qué enfermedad era?
Enhamed Enhamed. Glaucoma.
Ken Robinson. Ya. ¿Y tan
rápido fue?
Enhamed Enhamed. Sí, porque me tocó la retina.
Ken Robinson. Sí, ya. Así que fue literalmente como apagar un interruptor.
Enhamed Enhamed. Sí, exactamente.
43:47
Ken Robinson. Te pregunto porque el secretario de Estado… Bueno, antes de eso, fui a
una escuela especial cuando era niño, como decía antes. Y…
Enhamed Enhamed. Sí, yo también.
Ken Robinson. Así que, bueno… Había niños con todo tipo de discapacidades aparentes.
Digo “aparentes” por un motivo. Había niños que tenían polio, de esos éramos
bastantes, niños con parálisis cerebral, niños ciegos, con visión parcial,
sordos, niños con problemas de corazón, asma… Había personas de todo tipo. Y…
Lo que me llamaba la atención… Había un niño que se sentó a mi lado durante
años que tenía parálisis cerebral. La parálisis cerebral es algo terrible porque
suele estar provocada por un daño en el cerebro, una lesión cerebral de alguna
clase. Y como cualquier otro tipo de discapacidad física, no significa que haya
ningún tipo de deficiencia mental o emocional, es un problema motor. Y en la
parálisis cerebral lo que pasa es que para hacer algo tan simple como estirar
el brazo así, hay que contraer unos músculos y relajar otros. Y el efecto que
tienen algunas de estas lesiones cerebrales en la capacidad motora es la falta
de coordinación. Los músculos que tienen que relajarse, no lo hacen, no se
coordinan, así que te pasas todo el tiempo peleándote contigo mismo.
No puedes
hacer llegar el mensaje del cerebro directamente a los músculos para que se
comporten de la forma que la gente considera natural. También puedes imaginarte
el efecto que tiene en los músculos de la cara. Hablar conlleva una
coordinación altamente compleja de músculos faciales. Y si no se coordinan,
pues, en fin, la voz sale a duras penas y a menudo se te cae la baba también.
Es como cuando vas al dentista, que no puedes mover la boca. Así que es algo
terrible, porque parece que tengan también graves problemas mentales, que
podrían tenerlos, pero lo más seguro es que no sea así. En cualquier caso, este
chico que se sentaba junto a mí, sus brazos estaban encogidos y no podía coger
un lápiz. Pero podía coger un lápiz con los pies. Con los dedos de los pies.
Así que subía la pierna y se ponía a escribir con el lápiz entre los dedos.
Tenía muy buena caligrafía. Era mejor que la mía, de verdad. Nunca he
conseguido dilucidar si aquello podía considerarse “escribir a mano”.
¿”Escribir a pie”? Pero se le daba muy bien.
46:39
Ken Robinson. Pero lo mencionaba porque toda la gente que conocí allí no se definía
por su discapacidad. Solo era algo con lo que estaban lidiando. Y seguro que…
Bueno, no quiero dar nada por hecho en tu caso, pero ellos no es que dijeran:
“Soy sordo, eso es todo lo que necesitas saber”. Además, eran sordos. Es
curioso cómo la comunidad sorda forma una especie de cultura, porque tienen los
lenguajes de signos. Uno de los indicadores de una cultura es un código
lingüístico característico. Y ellos tienen uno. Bueno, tienen varios. Pero no
es, como tú… ¿Cuál era tu nombre? ¿Cómo te llamas?
Enhamed Enhamed. Enhamed.
Ken Robinson. ¿Enhamed?
Enhamed Enhamed. Sí.
Ken Robinson. Sí. Supongo que, en tu caso, no dices: “Eso es todo lo que tenéis que
saber: Soy ciego. ¿Qué más puedo decir?”. Es solo algo con lo que tienes que
lidiar. Pero también tienes que luchar con todo lo que lucha el resto de la
gente: como ser una persona, conseguir un trabajo, ir a trabajar… Es solo que
algunas cosas te resultan mucho más difíciles. Tienes que esforzarte más. Y
seguro que también tienes que lidiar con cosas emocionales. A mí, de pequeño,
no me importaba tener polio. De verdad que no. Era una molestia, pero nada que
me fuera a impedir hacer algo que quisiera hacer.Y no he usado bastón en toda
mi vida hasta hace poco. No me molestaba. Estaba en forma y corría, era mucho
más ágil. Me recorrí toda Europa haciendo autoestop, no fue un impedimento.
Tampoco es que quisiera participar en el Tour de Francia, la verdad. Aun
estando sano, tampoco lo habría hecho. Pero toda la gente que conocía, en fin…
Tenían vidas interiores complejas como cualquier otra persona. Y el problema
con el tema de la discapacidad es que la gente te define por ella. “No
necesitamos saber nada más de ti”. Suponen que es lo más importante de sus
vidas, y quizá no lo sea. Puede que haya algo completamente distinto en esas
personas. Y lo que es totalmente cierto es que la gente tiene todo tipo de
habilidades más allá de las que atraen la atención de la gente. Creo que uno de
los problemas para la gente de educación especial es que nuestro sistema, en
general, tiene una visión muy limitada de lo que es una habilidad. Se define
mayormente en términos de lingüística y matemáticas.Y… Como tenemos una visión
tan limitada de la habilidad, acabamos con una idea muy grande de la
discapacidad. Pero si tienes una idea más amplia de la habilidad, entonces nuestra
discapacidad percibida ocupará otro lugar entre la infinidad de cosas que la
gente es capaz de hacer. Otra cosa es que, en mi vida, todavía no me he
encontrado…
49:21
Ken Robinson. Bueno, a lo mejor hay alguien aquí, pero yo no me he encontrado todavía,
en mi vida profesional o personal, a alguien que no tenga necesidades
especiales. Las tiene todo el mundo. Todos. A veces están a la vista, a veces
parece obvio qué es lo que puede ser. O puede que no lo sea. Puede ser una
cuestión de género o de necesidad, puede ser una cuestión emocional relacionada
con su propio pasado, con sus relaciones, con el concepto que tienen de sus
propias habilidades, una obsesión por su apariencia… Todo el mundo, sea quien
sea. Si leéis novelas, ya sabéis de lo que estoy hablando. Todo el mundo tiene
problemas. Todo el mundo tiene que lidiar con cosas. El problema con las
necesidades especiales, en mi opinión, es que se mete a todo el mundo en el
mismo saco, se les encuadra en una categoría general según cada caso. Se les define
por su discapacidad.Durante un tiempo, yo estuve involucrado en el movimiento
del arte de discapacitados. Y hay estupendos ejemplos… Es lo que tú decías
antes.
Hay
estupendos ejemplos de cómo se acentúan y se desarrollan otras habilidades de
una manera que no lo hubieran hecho si no hubiera sido porque han tenido que
enfocarse de un modo particular. Otra razón por la que me impacta tu caso es
que un secretario de Estado que teníamos en Inglaterra cuando formé la comisión
era ciego. Era el secretario de Educación y había nacido ciego en una familia
monoparental, en una ciudad industrial del norte de Inglaterra. No se dio
cuenta de que era ciego hasta los cuatro años. No tenía ni idea. Es algo
curioso, ¿no os parece? Como nunca había visto, no era consciente de que no
podía. No fue hasta los cuatro años que se dio cuenta de que los demás hacían
cosas que él no hacía. Y tardó mucho en averiguar de qué se trataba. Él sigue
sin saber qué es la visión porque nunca la ha tenido.
“Todo el mundo tiene capacidades
creativas.”
51:14
Ken Robinson. Pero llegó a ser secretario del Interior del país, uno de los
políticos más importantes del Gabinete. Obviamente, tenía que hacer el mismo
papeleo que los demás, es una cuestión tremendamente compleja. Pero bueno… El caso
es que había una estrategia nacional de alfabetización y yo creía que hacía
falta una estrategia de creatividad. Recuerdo que este hombre que había
encargado el informe decía que el problema de la creatividad es que no puede
definirse. Yo recuerdo decirle: “No, el problema es que tú no puedes”. Así que
nos propusimos definirla. Trajimos a un grupo de artistas, artistas visuales,
diseñadores, neurocientíficos, economistas, empresarios… Había de todo. Pedimos
asesoramiento por todo el país. El motivo por el que esto se debió plantear
antes es porque había conceptos erróneos sobre la creatividad y quería
abordarlos en la composición del grupo. Si le preguntáis a la gente cómo de
creativos son, muchos te dirán que no son muy creativos. Adultos. Y yo creo que
la razón es que piensan que les estás preguntando: “¿Eres artístico?”. Y
entonces ellos piensan: “Bueno, yo no toco la guitarra, o no hago esto, o no
pinto… Así que no soy muy creativo”.Pero yo me refiero a la creatividad como
una función de la inteligencia. Se puede ser creativo en cualquier cosa
relacionada con la inteligencia humana: ciencia, matemáticas, diseño,
ingeniería, relaciones sociales, llevar un negocio… Cualquier cosa que conlleve
utilizar la inteligencia es un trabajo creativo en potencia. Para mí, hay tres
palabras: imaginación, creatividad e innovación. La imaginación es el comienzo,
es la habilidad de pensar en cosas que no están presentes. Así que, como vemos,
los seres humanos parecen tenerla en mucha más abundancia que cualquier otra criatura.
Porque con la imaginación no estás limitado al aquí y al ahora. Puedes
anticiparte, reflexionar, verlo desde fuera, especular, conjeturar, hacer
suposiciones.
53:26
Ken Robinson. La creatividad es un paso más allá, es poner a trabajar la imaginación.
Es aplicar la imaginación. Y la diferencia es que puedes pasarte el día
imaginando, pero para ser creativo tienes que hacer algo. Es el proceso
práctico de crear algo. Y puede ser una teoría matemática, o puede ser…
Cualquier cosa dentro de los límites de la invención e ingenio humanos. Así que
la definimos del siguiente modo: La creatividad es el proceso de tener ideas
originales que tienen valor. El proceso es importante porque, a menudo, es un
proceso, no un suceso. Seguro que vosotros lo sabéis. Un músico, cuando está
componiendo, normalmente no… Le pasó a Mozart unas cuantas veces, pero es raro
que todo le salga tal cual, sin cambios.A menudo, los procesos creativos
consisten en hacer borradores constantemente. Y a menudo acabas con algo que no
tiene nada que ver a como era al principio. El producto final no es siempre lo
que querías. Así que es un proceso. Tiene que ser original. No tiene por qué
ser original para todo el mundo, pero tiene que ser algo nuevo para ti. Si te
fijas en dibujos de niños de cinco años, son originales en el sentido en que
ellos nunca han hecho nada parecido antes. Están rebasando sus límites. Pero no
puedes comparar los dibujos de niños de cinco años con el techo de la Capilla
Sixtina, ¿vale? No sería justo, ¿verdad? Arrastrar un niño hasta Roma, señalar
al techo y decirle: “Se hace así. No me hagas perder el tiempo”. Y tiene que
tener valor. El proceso creativo requiere juicio crítico constante. Así que nos
propusimos investigar cómo encajar eso en las diferentes áreas del plan de
estudios y lo que significaba para la enseñanza y el aprendizaje, para la
pedagogía. Se tiene el concepto erróneo de que es una cosa del arte. Y no es
verdad, es para todo. Otro concepto erróneo es que es para gente especial. Y no
lo es. Todo el mundo tiene capacidades creativas. Y el tercer concepto erróneo
es que no puede mejorarse, seas creativo o no. Eso no es cierto. Puedes ayudar
a la gente a ser más creativa comprendiendo cómo funciona y adquiriendo las
destrezas para hacerlo mejor.
56:43
María Luisa. Hola, mi nombre es María Luisa. Es un honor. Soy madre de una niña de
nueve años y me pregunto: si un día mi hija me dice que quiere dejar de
estudiar, ¿cómo lo enfoco? ¿Qué le diría usted?
“El proceso del arte y la ciencia es
muy similar, solo varía el producto final.”
Ken Robinson. Tendría que conocer a tu hija para responder a esa pregunta. Nosotros
tenemos dos hijos. Ya no tienen nueve años. Nuestra hija tiene veintinueve y
nuestro hijo treinta y cuatro. Pero tuvimos que criarlos y, como todos los
padres, especialmente con el primero, no era para nada lo que nos esperábamos.
Es un proceso constante de improvisación, de ensayo y error. Hay que alcanzar
un equilibrio, ¿verdad? Entre dejar espacio para el desarrollo de tus hijos…
¿Tienes una o más de una?
María Luisa. Solo una.
57:51
Ken Robinson. Hay que dejarles espacio para crecer y desarrollarse como las personas
singulares que son. Y cualquiera que dude que cada niño es diferente, es que no
tiene hijos. La idea de que los niños nacen como una hoja de papel en blanco es
una chorrada. Las personalidades de niños empiezan a expresarse desde el
momento de su nacimiento.
Nuestros dos
hijos se quieren, se parecen en muchos sentidos, comparten los mismos genes, se
criaron en la misma casa.En muchos sentidos se parecen… Pero en otros muchos no
podrían ser más distintos. Yo soy uno de siete hermanos y todos somos
distintos. Nos parecemos en algunas cosas, pero somos totalmente diferentes en
otras. Así que tendrías que conocer a tu hija y saber por qué quiere dejarlo.
¿Quiere dejar la escuela o esa escuela? Otra forma de enfocar esto como padre
es que parte de nuestro papel, en mi opinión, aquí hay mucha controversia al
respecto, no es proporcionarles libertad, sino establecer límites. Y también reconocer
que, en cierto modo, tú sabes más que ellos sobre algunas cosas.Y a veces hay
una tendencia, me parece a mí… No digo que este sea tu caso, pero sé de cuando
vivíamos en Los Ángeles que los padres pueden volverse demasiado indulgentes
con sus hijos. Y se creen que todo lo que dicen tiene que ir a misa, en plan:
“Nosotros no sabemos nada. Ellos tienen tres años y saben mucho más que
nosotros”. Pues la verdad es que no, no lo saben todo.Y parte del deber como
padres es intentar discernir qué es lo que más les conviene. Eso no quiere
decir que vayas a tener siempre razón. Pero tienes que encontrar el equilibrio
correcto. Y esa es una de las grandes responsabilidades y uno de los grandes
desafíos de ser un buen padre. No hay que intentar ser siempre su amigo y hacer
lo que ellos dicen que les gustaría hacer. Yo lo sé. Ahora pienso en mis
padres, y yo no me habría centrado en mi educación si no hubiera sido por la
presión que ejercieron sobre mí. Yo no quería hacerlo.
59:53
Ken Robinson. Yo iba a la escuela… A pesar de todo lo que he dicho, estamos hablando
de Liverpool en los años sesenta. Los Beatles (Bítels) estaban tocando al final
de la calle. No me apetecía meterme en casa a estudiar latín. Un hermano de
John y mío, Ian (Ían), está en una banda de rock. Él estaba ensayando y yo
estaba en la habitación contigua haciendo los deberes de latín. Es lo último
que me apetecía hacer. Pero resultó que al final… Los padres también… Otra cosa
que tienen que hacer los padres es intentar tener una visión más amplia de la
que se le puede pedir a un niño.Porque tienes la ventaja de haber vivido y
visto más cosas, y saber que puede haber beneficios no inmediatos que para
ellos pueden no ser obvios cuando son jóvenes. No significa que les tengas que
agobiar, pero es parte de ser padre. Este año he publicado un libro. Se llama
Tú, tu hijo y la escuela. Trata justamente de esto y de cómo los padres manejan
la educación de un hijo. Por cierto, este libro es estupendo. Ahí lo dejo.
Deberíais comprarlo. Ahora mismo.No, pero trata sobre eso, sobre diferentes
estilos de paternidad. Así que esa pregunta… No podría responder a la pregunta.
Pero, en general, yo diría que hay situaciones en las que los niños puede que
sepan qué es lo mejor para ellos, y a veces eso es así. Y otras veces que no lo
saben. Es parte de la madurez emocional. Con el tiempo, bajo las circunstancias
adecuadas, nuestro impulso emocional no es equilibrarnos a partir de nuestra
cuidada planificación y control. Y a veces las cosas que los niños quieren no
les convienen. Por cierto, una de las áreas de la educación que más me
interesa, hablo un poco de ello en este nuevo libro, son las escuelas
democráticas. Así como escuelas alternativas como Summer Hill (Sámer Jil).
Bueno, y un montón más. Son escuelas en las que los niños pequeños juegan un
papel central y activo en la gestión de la escuela.
“La creatividad es el proceso de
tener ideas originales que dan valor.”
1:03:02
Ken Robinson. En las que trabajan juntos para tomar decisiones. En algunas escuelas
democráticas no deciden solo sobre las normas, sino sobre la contratación y el
despido del personal. Están involucrados de una forma central y ejecutiva en la
gestión de la escuela. Y de lo que te das cuenta si implicas a los niños de una
forma seria, si les das un poder real en la escuela, en vez de un poder de
mentira y una voz de mentira, desde una edad muy temprana ejercen un juicio
colectivo tremendamente sensible. Veréis, yo he visitado estas escuelas. Hay un
libro magnífico de mi amigo Jerry Mintz que trata sobre las escuelas
democráticas. Hay toda una red de escuelas en Israel dirigidas o financiadas
por un hombre magnífico llamado Jacob Hecht y su esposa Shirley.Y estas
escuelas no dejan de demostrar que los niños son capaces de emitir juicios y
evaluaciones muy sensibles y profundas, si saben que tienen una responsabilidad
y que de ellos depende hacer lo correcto. Pero lo que pasa entonces es que… Y
desde una edad muy temprana… Que ese tipo de toma decisiones colectiva, los
controles y equilibrios colectivos, los argumentos a favor y en contra que se
generan, son un proceso diferente del que puede conseguir un niño irritado y
frustrado por sus circunstancias y que quiere salir de ahí. Todo forma parte de
la complejidad de la infancia. Así que el hecho de que jugar un papel como
padre no significa que haya que decirles siempre a los niños qué es lo que
tienen que hacer y que no se les dé más responsabilidad. Si no conocéis las
escuelas democráticas, algunos de vosotros seguro que sí, pero a lo mejor otros
no, os recomiendo que las investiguéis, porque yo creo que son el futuro.
1:03:54
Francisco Mora. Mister Robinson, mi nombre es Francisco Mora. Medicina Complutense
aquí en Madrid. Empezamos a conocer el papel importante de la emoción en los
procesos cognitivos del cerebro. Mi pregunta es: ¿Qué reflexión le merece el
valor de la emoción sobre el aprendizaje y la memoria en los estudiantes y en
la enseñanza en los profesores? Muchas gracias, es un placer tenerle aquí con
nosotros.
1:04:37
Ken Robinson. Gracias. Uno de los problemas, en mi opinión, de nuestro sistema
educativo, en rasgos generales, es que desde el siglo dieciocho, en el
pensamiento occidental, hemos permitido que se abriera una brecha entre
intelecto y emoción. Consideramos que ambas cosas no están relacionadas, y que
el intelecto, la inteligencia tiene que ver con la razón, la lógica y el juicio
basado en evidencias. Y que los sentimientos y emociones son, de algún modo,
perjudiciales y hay que contenerlos.Por eso desde el nacimiento de la psiquiatría
a finales del siglo diecinueve, casi todo el esfuerzo y los libros que se han
escrito se han centrado en los aspectos negativos de la emoción. Estamos
hablando de trastornos emocionales, enfermedades emocionales, psicosis, de
gente distraída o torturada por sus sentimientos. No quiero decir que no haya
emociones negativas. Está claro que las hay.Pero hay que contraponerlas al gran
espectro de emociones positivas que guían a la humanidad, la colaboración y el
progreso. El amor, la compasión, la alegría, el placer, el entusiasmo y la
euforia, la expectativa… Estas no son ajenas a la experiencia humana, son lo
que nos impulsa en determinadas direcciones. Y hay una íntima relación entre lo
que pensamos, nuestros procesos intelectuales, y los sentimientos subyacentes
que los guían. Por ejemplo, si se observa lo que sucede en la mayoría de
nuestros sistemas políticos, personas con probadas capacidades intelectuales
defienden puntos de vista completamente diferentes en asuntos que uno pensaría
que, si solo estuvieran impulsados por la razón, se pondrían de acuerdo.Pero
cuando profundizas, resulta que sus discusiones están guiadas por el
sentimiento, el cual están racionalizando. Se puede ver en las elecciones
americanas recientemente, por ejemplo. Cualquier evaluación razonable de lo que
ha estado teniendo lugar demostraría que los argumentos no se sostienen sobre
ninguna base ni evidencia. Pero son esgrimidos por personas razonables desde
una posición emocional.
1:07:20
Ken Robinson. En temas como raza, género, inmigración y demás. No exclusivamente,
pero es muy común en estos temas. Y creo que es muy importante que intentemos
reconectar la idea de sentimiento y conocimiento. Por varias razones. Una es
que los sentimientos son una forma de cognición. No son ajenos a la cognición.
Es decir, por ejemplo… Nuestros sentimientos surgen como evaluaciones de
nuestras relaciones con las cosas.Si yo os dijera que alguien ha muerto, tal
vez alguien que conocíais, yo no podría, de primeras, saber cuáles serían
vuestros sentimientos.Bueno, podría ser razonable pensar que si alguien que
conoces muere, y no digo que os pasara a vosotros, hablo en general, estarás
disgustado. Puede que no, puede que estés encantado, puedes que estés
emocionadísimo. Todo depende de la relación que tuvierais. Si te caía bien, si
no te caía bien, la influencia que haya tenido en tu vida, lo que hayáis vivido
juntos… No se puede saber. Nuestros sentimientos son apreciaciones, son
evaluaciones de lo que está pasando. Y se ven afectados por lo que sabemos de
la situación y por lo que pensamos sobre ella. Por ejemplo, el racismo, en sus
distintas formas, tiene su origen en unas percepciones determinadas sobre otros
grupos culturales. Lo que opines de sus prácticas, a veces nuestro miedo a lo
diferente. A veces puede ser verdad y otras veces no. Yo estuve mucho tiempo
trabajando en Irlanda del Norte en el proceso de paz. Había gente de diferentes
comunidades religiosas que, en todos los demás aspectos eran iguales: se habían
criado en el mismo pueblo, tenían un acervo cultural similar… Si mirabas a la
gente que había en la sala, todos parecían ser exactamente iguales.
“Cuanto antes podamos reparar el
puente entre la Ilustración y el Romanticismo, antes tendremos un sentido mucho
más holístico de nuestro futuro como especie.”
1:09:23
Ken Robinson. Pero había una brecha entre ellos que, en algunos casos, desembocaba
en asesinatos. Todo por su percepción de las ideas y valores de los demás. El
proceso de paz consistía en… Nosotros medíamos cómo se veía la gente, lo que
pensaban que eran y el valor que tenían. La manera de abordar el cambio
emocional, a menudo, es trabajar con la cognición de las personas sobre una
situación. Pero no sirve de nada arrinconar los sentimientos como si no
tuvieran importancia. Obviamente la tienen. La buena noticia es que ha habido
un movimiento muy fuerte en los últimos años, la llamada “psicología positiva”,
los aspectos positivos del sentir, de reconocer que son una parte central de la
experiencia humana. Una manera que uso mucho para demostrar cómo estas cosas
están conectadas es desafiar los estereotipos que tiene la gente sobre las
artes y las ciencias.En las escuelas, por ejemplo, a menudo se piensa que la
ciencia es la parte rigurosa e intelectual del aprendizaje. Y que las artes es
donde la gente da rienda suelta a su creatividad. Y que ahí es donde pueden
expresar algo, expresar sus sentimientos. Durante un tiempo hemos vivido con
esa idea. Siempre se ha dicho que la ciencia es cosa del intelecto y que el
arte es cosa del sentimiento.Es como si pudieras centrarte en el intelecto
hasta la hora de comer y por la tarde centrarte en los sentimientos. Pero el
hecho es que la ciencia es altamente disciplinada, más o menos. La
investigación científica, el método científico se supone que está basado en la
razón y las evidencias. Pero los científicos son personas altamente
apasionadas, guiadas por la intuición. Michael Polanyi, en su libro “Personal
knowledge”, hablaba muy inteligentemente sobre esto hace años. Hablaba de las
pasiones intelectuales de la ciencia. A las personas las guía el placer por lo
que hacen.
1:11:11
Ken Robinson. Fijaos en los estallidos que se producen en las salas de control de
los programas espaciales cuando consiguen su objetivo y sale a relucir toda la
emoción. Eso es lo que los guía. Y lo que intentan es que sus sentimientos no
nublen lo que están haciendo, pero a menudo pueden hacerlo. Los sentimientos
negativos pueden interponerse. Pero el impulso de descubrir, el impulso de la
curiosidad, de la emoción y la pasión que guían al proceso científico, son
fundamentales para el éxito. Y a su vez, no son investigadores sin escrúpulos
que van de un experimento a otro hasta llegar a una conclusión. A menudo, y
Polanyi habla sobre esto, un científico tendrá una corazonada, que acaba
convirtiéndose en una hipótesis sobre lo que van a empezar a investigar. Y
entonces utilizan el método científico para ver si es correcta o no. Y a veces
es como un momento eureka, es un momento… Es como cruzar una brecha heurística
en la que puedes ver la solución, pero tienes que encontrar la manera de
corroborarlo. A su vez, trabajar en las artes es profundamente disciplinado y
objetivo. Bueno, vosotros lo sabéis, fijaos en la cantidad de horas de estudio,
de práctica, de disciplina que cualquiera tiene que dedicar para dominar un
instrumento musical. Fijaos… Yo, por ejemplo, he trabajado mucho tiempo con
bailarines. Soy miembro de la junta del Royal Ballet (Róyal Bálet), soy mecenas
de la Escuela de Danza Contemporánea de Londres. Y si vierais el rigor, la
objetividad y la precisión matemática que impulsa el trabajo de las artes
escénicas… Son representaciones exageradas. Esto no quiere decir que todo sea
lo mismo, obviamente no lo es. Pero el proceso del arte y la ciencia es muy similar,
solo varía el producto final.Y yo creo que cuanto antes podamos desechar esta
idea de que los sentimientos son malos, de que la ciencia siempre tiene razón,
de que son procesos solo rigurosos y lógicos, que los otros son creativos, que
uno está todo sentimiento y el otro carece de él… Cuanto antes podamos desechar
eso y reparar ese puente entre la Ilustración y el Romanticismo, antes
tendremos un sentido mucho más holístico de nuestro futuro como especie.
Francisco Mora. Gracias.
1:13:08
Eva Millet. Hola, señor Robinson. Mi nombre es Eva. Soy periodista, escritora y
también tengo dos hijos. Le quería preguntar: Además de la creatividad, ¿qué
habilidades necesitan nuestros jóvenes, nuestros niños, para el futuro que
viene? ¿Cuáles serían para usted las tres habilidades clave para nuestros
hijos?
1:13:59
Eva Millet. Se habla mucho sobre destrezas del siglo veintiuno. La cuestión es que
algunos de los desafíos a los que nos enfrentamos ahora, sin duda, son
exclusivos de nuestros tiempos. Ninguna generación en toda la historia ha
crecido en una cultura digital como la que está viviendo esta generación. En
fin, la gente de mi generación nos adaptamos al mundo digital. Empezamos
viviendo en un mundo analógico de televisión y libros. Y la cultura digital lo
ha cambiado todo, de eso no hay duda.O ha afectado a todo, debería decir.
Cuando di la charla en TED en dos mil seis, recuerdo decir: “Nadie sabe cómo
será el mundo dentro de cinco años”. Bueno, no hace falta ser vidente para
decir eso. Pero es curioso que el smartphone, más concretamente el iPhone, no
había salido aún, no salió hasta el año dos mil siete.Y cuando piensas en el
impacto que el iPhone y similares han tenido en poco más de diez años sobre el
trabajo, la socialización, los hábitos mentales, las relaciones… era imposible
de imaginar. Ni siquiera la gente de Apple sabía, en dos mil siete, lo que iban
a provocar. Sé que no, porque los conozco. Pero todo eso seguramente quede
eclipsado por lo que está a punto de llegar con la inteligencia artificial en
sus diversas formas. Eso parece, al menos. Así que hay cosas que tenemos que
aprender ahora que son nuevas. Pero hay otras cosas que tenemos que aprender,
que son las mismas que siempre hemos tenido que aprender: antiguos principios y
prácticas que son comunes a toda la humanidad. Lo que sí parece probable es que
la velocidad de los cambios sigue acelerando, y serán tan impredecibles como
hasta ahora, si no más. Y el impacto de la inteligencia artificial afectará a
todo tipo de trabajos que anteriormente creíamos que solo los seres humanos
podían acometer: en el sector servicios, en derecho, en medicina, en
profesiones asistenciales… En fin, muchas de esas cosas seguro que cambiarán,
si es que no acaban desapareciendo. Digo que es impredecible porque todas estas
cosas lo son. Es decir, las nuevas tecnologías generan todo tipo de efectos
secundarios, y a menudo generan trabajos que nadie pensaba que podrían existir.
Así que es muy difícil decir cómo evolucionarán las cosas, pero yo creo que podemos afirmar que en el futuro deberíamos concentrarnos mucho más en: ¿Qué capacidades son características de los humanos? ¿Qué tenemos los seres humanos que debemos cultivar? Desde la época de la Revolución Industrial nos hemos estado concentrando en que la gente haga cosas que las máquinas pueden hacer perfectamente ahora. De hecho, deshumanizamos a la gente para encajarlos dentro de las economías industriales, y creo que ahora debemos rehumanizarnos de nuevo a través de la educación.
“Elegiría la creatividad, la compasión
y la colaboración como destrezas para el siglo XXI”
1:17:15
Ken Robinson. Pero si dudáis de mí, sé que no es el caso, pero es interesante
volviendo a la cuestión de los sentimientos y las emociones, según la
Organización Mundial de la Salud, la segunda causa de enfermedad de los seres
humanos en dos mil veinte, y de mortalidad, será la depresión. La depresión.
Estamos en una época en la que el mundo es más próspero que nunca. Sé que la
brecha también ha aumentado, pero si pienso en las vidas que llevamos ahora, en
comparación con las que vivían hace cien años, estamos viviendo en un mundo de
fantasía y abundancia en comparación. Mis padres, cuando eran pequeños, no
podrían ni haber soñado los lujos que ahora damos por sentados. Pero no hemos
recogido los frutos en cuanto a bienestar, desarrollo espiritual o
satisfacción. La gente está tan deprimida, enfadada y agresiva como lo ha
estado siempre. Ahora estamos viendo en Europa y en Estados Unidos el
surgimiento de un movimiento populista en el que la gente vuelve a lanzarse
contra los demás, y ya sabemos cómo acabó eso la última vez. Y el hecho, en mi
opinión, es que nos estamos desarrollando más rápido tecnológicamente que
espiritualmente. Las tecnologías están sobrepasando nuestra capacidad de asumirlas.
Aquí la educación tiene un papel que jugar, pienso yo, para anclarnos al suelo,
en cierto modo. En mi libro dirigido a los padres, así como en mi libro
Escuelas creativas, trato el tema de las competencias que deberíamos
desarrollar. “Competencias” es una palabra que se usa mucho últimamente.
Significa un conjunto de capacidades prácticas. Yo escribí ocho en el libro, es
que me dejé llevar. Pero si tuviera que escoger las más importantes, yo creo
que la creatividad es importante, por las razones que ya he dicho. Los niños
tienen unas capacidades naturales tremendas, pero tienen que cultivarlas,
tienen que cultivarlas para que no se cierren las puertas de su futuro, para
que puedan utilizar esas capacidades para forjarse una vida que tenga sentido
para ellos.
1:19:27
Ken Robinson. Pero, colectivamente, también necesitamos usar todo nuestro potencial.
Tenemos grandes problemas que resolver local y globalmente. Y debemos ser
capaces de pensar con rapidez y adaptarnos a ellos. La compasión por ejemplo es
un conjunto de capacidades. No es solo tener buenos sentimientos hacia la
gente.Hay una diferencia entre empatía y compasión. La empatía es importante.
Pero ya sabéis cómo va esto. Desde hace mucho se habla de ello, si te enteras
que un niño… De hecho, salió una noticia en Inglaterra, un suceso muy trágico:
una madre y una hija, una niña de ocho años, iban dando un paseo por la playa
al sur de Inglaterra, y una ola vino y las arrastró. Una ola de dos metros y
medio. Y cuando la madre volvió en sí, su hija había desaparecido.Luego la
encontraron, pero murió. Y, como padre, es difícil pensar en ello y que no te
afecte. A todos nos afectaría. Pero luego vemos en las noticias que han muerto
dos mil personas en un tsunami al otro lado del mundo. Sale en las noticias y
no nos afecta tanto. Es un fenómeno que nos pasa a todos. Nuestra compasión
tiene un alcance limitado. Alguien dijo una vez: “Un muerto es una tragedia,
tres mil son una estadística”.Y para la gente es muy difícil sobrepasar cierto
límite de empatía emocional. Pero sentirnos mal por algo o sentirnos bien no es
suficiente, debe ser algo activo. Yo creo que la compasión es la parte práctica
de la empatía. Es practicar la empatía. Y ahora hay muchas presiones que están
impidiendo que las personas sientan ese tipo de cosas hacia otras personas en
un momento en el que es necesario. Las redes sociales, por ejemplo, están
teniendo un efecto tóxico, en mi opinión, sobre el desarrollo emocional de los
niños. ¿No os parece?
1:21:25
Eva Millet. ¿Cuál es el impacto de Internet, de las redes sociales, del móvil, en
la creatividad? Yo creo que eso es, bueno… Eso sí que la mata a la creatividad.
¿No lo cree usted?
1:21:38
Ken Robinson. Sí. Puede matarla, en cierto sentido. Yo siempre pienso que lo de
“redes sociales” está mal dicho, es un nombre irónico. Porque no son para nada
sociales. Son antisociales. Y hay muchas pruebas que demuestran que los niños
se sienten ansiosos y torpes en entornos normales debido a toda la dinámica de
las redes sociales. Es muy extraño. Así que la compasión… La colaboración es un
importante conjunto de destrezas prácticas que la gente debe aprender. Me
centro en las destrezas más que en el conocimiento teórico que deben adquirir.
Porque la educación debería ser mucho más que sentarse en pupitres y estudiar
proposiciones. Los filósofos harían una distinción, una que me parece
importante, entre el “saber que”, el “saber cómo” y el “saber esto”. El “saber
que” es lo que solemos enseñar en las escuelas. Es lo que los filósofos
consideran conocimiento proposicional: “esto-es-así”. Es decir, fechas
históricas, acontecimientos, circunstancias, la tabla periódica… Cosas
fácilmente verificables como ciertas, o que son así independientemente de que
una persona lo sepa.
Pero también
ideas teóricas, así como información objetiva. Saber que es así. No significa
que sea verdad, pero es un tipo de conocimiento. Y los planes de estudios están
llenos de eso. Y eso es importante, pero no lo es todo. También tenemos que
“saber cómo” hacer las cosas. No es lo mismo saber analizar un cuadro en
Historia del Arte que pintar un cuadro. No es lo mismo saber analizar música
que producirla. No es lo mismo saber subirnos a un coche que saber desmontar el
motor. El mundo depende del conocimiento práctico. El conocimiento de cómo
producir cosas y hacer que ocurran. A las escuelas eso no se les da muy bien.
Especialmente debido al énfasis que ponemos en llegar a la universidad.
Tendemos a recortar la formación profesional de las escuelas, la consideramos
de segunda categoría.
“Nos estamos desarrollando más rápido
tecnológicamente que espiritualmente. La educación tiene que anclarnos al
suelo.”
1:23:48
Ken Robinson. Así que, si te sacas una carrera en la universidad se te considera muy
inteligente. Pero si eliges la formación profesional, serás percibido como
menos inteligente que los que han ido a la universidad. Y el mundo depende de
gente que puede hacer cosas. Y luego está el “saber esto”, que es en lo que se
basa la empatía. Como ser humano, ¿qué es esto? Las artes trabajan mucho con
este tipo de saber. No exclusivamente, pero también. Esta es la naturaleza de
la experiencia y lo que significa, esta es nuestra experiencia de esto. Yo
diría que la creatividad, la compasión, y la tercera sería la colaboración. El
motivo por el que digo “colaboración” es porque las escuelas enfatizan la
competición. Y la competición tiene su papel, pero nuestras comunidades,
nuestras ciudades, nuestras familias, nuestros vecinos, dependen de que la
gente colabore. Una gran ciudad como Madrid, vuelvo a lo que estábamos diciendo
antes, es un sistema altamente complejo y cambiante. Cada vez que me subo a un
avión, me acuerdo de la colaboración. Es decir, fijaos en todo lo que es
necesario para construir ese avión, en primer lugar… Para despegar. No me
refiero a las leyes de la física, sino a la coordinación masiva de actividades,
horarios… para asegurarse de que la tripulación sube al avión, que no choca
contra otros aviones durante el despegue, que ocupa su lugar en el espacio
aéreo, el aterrizaje, la comida… En fin, llevamos a cabo todas estas cosas… y
luego nos enfadamos si nuestra maleta tarda en salir. El milagro es que haya
llegado. Los seres humanos son criaturas altamente colaborativas. Pero eso no
lo enseñamos en las escuelas, lo que enseñamos es a competir. Y no es una idea
abstracta, necesitamos más trabajo práctico en equipo en las escuelas que sirva
para que la gente practique el trabajar juntos y aprender unos de otros. Así
que, si tuviera que elegir tres, serían esos.
1:25:48
Alicia Banderas. Hola, señor Robinson, un placer. Mi nombre es Alicia Banderas, soy
psicóloga y madre. Y me preocupa la excesiva sobreestimulación a la que estamos
sometiendo ahora a nuestros niños y niñas para que quizás sean más
inteligentes. Me gustaría saber si cree usted que cada vez más las personas son
o somos más inteligentes, como dice el efecto Flynn, que cada generación,
digamos que aumenta su cociente intelectual.
1:26:18
Ken Robinson. Tengo mis reparos respecto al cociente intelectual. El cociente
intelectual tiene un origen curioso. Como psicóloga, tú lo sabes. Pero para
quien no lo sepa, los orígenes del cociente intelectual se remontan a finales
del siglo diecinueve. Fue un primo de Charles Darwin (Charls Dárgüin) quien se
interesó originalmente en las investigaciones que darían lugar al test de
inteligencia. Le interesaba la idea de la selección natural en el mundo animal.
Y se preguntaba… -No hablamos de Charles Darwin, sino de su primo. – Se
preguntaba si algo parecido ocurría en el mundo humano. Observó, por ejemplo,
que el mundo humano estaba compuesto de personas muy exitosas y de personas
menos exitosas, de ricos y pobres. Y se preguntaba si esto era debido a una
predisposición genética.Yo creo que él obvió el hecho de que los ricos podían
permitirse una educación y perpetuar así sus circunstancias de una forma que
los pobres no podían. Pero el caso es que empezó a desarrollar estos test. Al
final los elaboraría, en cierto modo, un psicólogo francés… No me acuerdo de su
nombre ahora. Trabajaba en París, a principios del siglo veinte, con niños con
necesidades especiales. Y, básicamente, eran una serie de preguntas para
obtener una medida más o menos objetiva de la capacidad y el desarrollo
intelectuales. El problema es que los test de inteligencia son bastante
limitados. Son pruebas que miden cierto tipo de razonamiento deductivo, cierto
tipo de razonamiento lógico. Pero los test de inteligencia, normalmente, no
abarcan todo lo que se utiliza en las artes, por ejemplo. No prestan mucha atención
a las cosas que asociamos con la creatividad. Pero coincidieron con el auge de
la educación masiva, y se convirtieron en herramientas útiles para clasificar a
las personas en distintas categorías en las escuelas. Además, en Estados
Unidos, coincidió con el auge del ejército. Necesitaban seleccionar gente para
el ejército.
“El juego es vital para el
crecimiento y el desarrollo de los niños. Es importante socialmente,
cognitivamente, emocionalmente y físicamente”
1:28:44
Ken Robinson. Así que tienen una curiosa historia económica y sociológica. Pero
tendemos a pensar… O la gente tiende a pensar, creo que equivocadamente, que
los test de inteligencia ofrecen algún tipo de medida objetiva, fiable y
absoluta de lo lista que es la gente. Así que la gente dice: “Tengo un cociente
intelectual de tanto”. Como si eso, de nuevo, te dijera todo lo que necesitas
saber sobre él. Yo siempre he sido escéptico al respecto. Conozco a mucha gente
muy lista a la que no se le da especialmente bien los tests de inteligencia.
Tampoco se les dan bien los crucigramas. A la gente se le pueden dar bien
muchas cosas y mal otras. Yo conozco a poetas brillantes que tienen dislexia,
que les cuesta escribir, pero que tienen un don maravilloso para las palabras.
Conozco a músicos brillantes que no saben leer partituras. La inteligencia
humana es mucho más rica. ¿Verdad? Es compleja y tiene unos matices que no
pueden captarse con una simple prueba de veinte minutos, da igual cuántos
números genere. Y un ejemplo curioso es lo de que los resultados de los test de
inteligencia van mejorando año a año. Bueno, yo no soy psicólogo, seguramente
tendrías que ayudarnos a comprender por qué parece ocurrir esto. Pero los test
de inteligencia han jugado un papel en la historia. Por ejemplo, cuando la gente
llegaba a la isla de Ellis (Élis), en Estados Unidos, durante la guerra, en la
primera parte del siglo veinte, se les daba un test de inteligencia. En época
de guerra. Y se les asignaba un destino en el ejército de Estados Unidos.
Algunos llegaban a la isla de Ellis, inmigrantes, y se les enviaba directamente
al ejército. Ni siquiera llegaban a su destino. Se les daban estos test de
inteligencia… Hace tiempo escribí sobre esto en un libro titulado “Out of our
minds: the power of being creative”.
1:30:34
Ken Robinson. Lo que me llamaba la atención de esto era que, si sacabas más de
cierta nota en el test de inteligencia, te enviaban a la escuela de oficiales
del ejército estadounidense. Y si sacabas menos de cierta nota, te mandaban a
infantería. Bueno, todos sabemos lo que le pasaba a la mayoría de soldados de
infantería durante la Primera Guerra Mundial, por ejemplo. En el documento de
evaluación había una categoría para el test de inteligencia militar. Si al
recibir el resultado, estabas por debajo de cierto nivel… Era escalofriante,
ponía: “De escaso valor militar”. “De escaso valor militar”. Ya sabías lo que
significaba eso. Que no eras más que carne de ametralladora. Así que el test de
inteligencia se convirtió, literalmente, en cuestión de vida o muerte para
algunas personas. En Estados Unidos… Digo Estados Unidos porque allí están muy
obsesionados con el cociente intelectual.
En Estados
Unidos, si puntúas por debajo de cierto nivel en el test de inteligencia, no
eres responsable de tus crímenes. Así que, si cometes un asesinato, en algunos
estados no puedes ser ejecutado si tu cociente intelectual es muy bajo. Porque
consideran que no eres bastante competente para ser responsable de tus actos.
Bueno, pues ha habido varios casos, que cito en el libro, de presos… Hubo uno
en especial, que fue condenado a cadena perpetua porque no era lo bastante
listo para ser ejecutado. Así que se apuntó a programas educativos en la
prisión. Y en el transcurso de diez años, su cociente intelectual aumentó.
Hasta que, al final, sobrepasó el umbral y ya era lo suficientemente listo como
para ser electrocutado. No era tan listo como creían, en retrospectiva, me
parece a mí. Hubo un gran debate sobre este tema. ¿Qué significa esto?
Significa que podemos proseguir con la ejecución porque ahora ya es apto. Como
decía, es una cuestión de vida o muerte. Pero si la inteligencia fuera algo
inamovible, como creen o creían algunas personas, entonces tu cociente
intelectual es como tu grupo sanguíneo. Te dice lo listo que eres. Si fuera
así, entonces no podría mejorar con el tiempo. No debería mejorar de generación
en generación, ¿verdad? A menos que hubiera algo en el agua que contribuyera a
ello.
1:33:04
Ken Robinson. Todo esto apunta a que en todo esto influyen las prácticas y
prejuicios culturales, y las pruebas de la adaptabilidad y el potencial de
crecimiento de las mentes humanas cuando se ejercitan y desarrollan
adecuadamente. No sé lo suficiente para saber por qué la gente cree que, en el
mundo de los test de inteligencia, el efecto Flynn continúa. Pero sé que
continúa. Y mi respuesta es: ¿Podemos reconsiderarlo? Lo que a mí me ha
interesado siempre no es que las personas saquen mejor nota en los test de
inteligencia, sino que la gente tenga una concepción mucho más rica de la
inteligencia.Porque si acabas con una visión limitada de la inteligencia, como
decía antes, acabas con una gran visión de la discapacidad. Y conozco a todo
tipo de personas cuyas vidas se han complicado por creer que no son
suficientemente inteligentes porque eso es lo que les dijeron en la escuela, o
quizá porque no daban la talla en comparación al concepto estándar de
inteligencia que tiene la gente. Y fuera de la educación, hay todo tipo de
indicios que apuntan a que la inteligencia es algo mucho más rico. Fue Francis
Binet quien desarrolló estos test. Francis Binet desarrolló los test, y el
primo de Charles Darwin era Sir Francis Galton. Él fue quien desarrolló estos
test en Francia con la intención de ayudar a los niños con necesidades
especiales. Quería medir el crecimiento y el desarrollo de los niños. El
problema llegó cuando se convirtieron en un sistema masivo de clasificación y
filtrado. Yo creo que, en cierto modo, está muy claro que aquí hay un escalón
evolutivo. Somos mejores en las cosas que practicamos más. Eso puede ser parte
del motivo. ¿Qué piensas tú, por cierto?
1:34:55
Alicia Banderas. Sobre todo, asociado al afán o a la obsesión que tenemos de estimular
a nuestros hijos para que adquieran mejores habilidades, destrezas… Les exponemos
a pantallas muy temprano para conseguir que sean brillantes… Todos esos
esfuerzos que estamos haciendo para medir luego una inteligencia cognitiva, o
incluso también les exponemos a aprendizajes mucho más complejos para los que,
por edad, sus cerebros no están preparados. Entonces, me preocupa más este
hecho de utilizar y medir la inteligencia para que tengamos ese objetivo de que
nuestros hijos sean inteligentes, en vez de que sea personas con satisfacciones
en la vida, o que haya, como ha dicho usted antes, otro tipo de capacidades
como la creatividad, la colaboración, la empatía, el sentimiento de elevación…
Es decir, cosas que quizá son mejores para la inteligencia emocional que este
afán para que los niños sepan más cosas, o se les pongan tareas para que
adquieran mejores conocimientos.
1:35:58
Ken Robinson. Sí. Estoy de acuerdo. Lo siento, no he respondido a la segunda parte
de tu pregunta. He hablado solo del cociente intelectual porque me he
emocionado. Pero en términos generales, sí creo que es cierto que… Bueno, en
primer lugar, obviamente, haces mejor algo si lo practicas de forma adecuada. Y
los niños tienen todo tipo de capacidades que a menudo descuidamos. Pero otra
cosa interesante es… También creo que algunos padres han caído en la trampa de
ejercer demasiada presión sobre sus hijos para que sean buenos en todo lo que
hacen, y que abarquen demasiado. Y volvemos a lo que estábamos diciendo antes.
Los padres deben alcanzar un equilibrio y ser juiciosos. Por ejemplo… ¿Os puedo
hacer una pregunta? De niños, ¿cuánto tiempo pasabais jugando fuera? Solo
jugando. Mucho, mucho. Igual que yo. Yo crecí en Liverpool, en los años
cincuenta, y cuando volvíamos a casa de la escuela salíamos a la calle a
jugar.O al parque del barrio. Durante horas y horas. No nos apetecía ir a casa,
la verdad. Solo íbamos a casa para comer. ¿Vale? Éramos como gatos. Si había
comida, volvíamos a casa. Si no, íbamos donde estaba la comida. A casa de
alguien. Los niños de hoy en día no juegan tanto de ese modo.
Yo presido
una iniciativa internacional llamada Ensuciarse es Bueno.
Su objetivo
es promover la importancia del juego infantil. Hemos preguntado a doce mil
familias de todo el mundo, para una encuesta que acabamos de hacer, cuánto
tiempo pasan los niños jugando en el exterior. Y… De media, y esto es así en
casi todo el mundo, los niños pasan mucho menos tiempo en el exterior que
nosotros. Normalmente menos de una hora. A menudo, no llega ni a la hora. A
veces nada, no juegan en el exterior. Al mismo tiempo, las escuelas de muchas
partes del mundo están reduciendo el tiempo de juego. Y las escuelas lo hacen
porque están dirigidas a la competición y los exámenes. Y porque consideran que
el juego no importa, supuestamente, o alguien lo considera así.
1:38:21
Ken Robinson. Los niños de hoy en día no juegan tanto de ese modo. Yo presido una
iniciativa internacional llamada Ensuciarse es Bueno. Su objetivo es promover
la importancia del juego infantil. Hemos preguntado a doce mil familias de todo
el mundo, para una encuesta que acabamos de hacer, cuánto tiempo pasan los
niños jugando en el exterior. Y… De media, y esto es así en casi todo el mundo,
los niños pasan mucho menos tiempo en el exterior que nosotros. Normalmente
menos de una hora. A menudo, no llega ni a la hora. A veces nada, no juegan en
el exterior. Al mismo tiempo, las escuelas de muchas partes del mundo están
reduciendo el tiempo de juego. Y las escuelas lo hacen porque están dirigidas a
la competición y los exámenes. Y porque consideran que el juego no importa, supuestamente,
o alguien lo considera así. Pues el motivo por el que estamos haciendo esta
campaña es porque el juego no es una tontería. El juego es vital para el
crecimiento y el desarrollo de los niños. Es importante socialmente,
cognitivamente, emocionalmente y físicamente. Los niños siempre han jugado y es
de vital importancia que jueguen, por todas esas razones. Pero una de las
razones por las que pasan menos tiempo jugando es que los padres programan
demasiadas actividades a sus hijos. Y cuando salen fuera, a menudo es una
actividad en equipo supervisada por los padres. Están ahí sujetándoles la
chaqueta y gritándoles desde la banda. Porque quieren que sus hijos sean más
competitivos. Y por todas esas razones, creo que es muy importante que
reconozcamos que la infancia es una etapa muy importante y que debemos permitir
que los niños sean niños. Los niños de ahora, a una edad muy temprana, sufren
depresión. Al igual que los adultos, sufren todo tipo de trastornos emocionales
que son generados por el sistema. En las escuelas se están diagnosticando a los
niños con problemas de atención. Y se les medica por ello. De hecho, solo con
dejarles salir a jugar, muchos de estos problemas desaparecen.
“Es importante que nos demos cuenta
de que aprender es algo social y cultural además de personal”
1:40:03
Ken Robinson. Eso es una parte. Yo creo que tenemos que relajarnos un poco con los
niños. Por ejemplo, nosotros hemos hecho eso hasta cierto punto con nuestros
hijos. Intentas darles todas las oportunidades posibles. Pero nunca sabes si va
a haber consecuencias negativas si les obligas a hacer demasiadas cosas. Yo
creo que deberíamos animarlos a pasar menos tiempo con los aparatos. Digo
“animarlos”, pero creo que a veces deberíamos simplemente no permitirles usarlos.
Parte del papel como padre, es decir: “¡Basta! ¡Apaga eso!”. Pero sí, por todas
esas razones, creo que ese es el equilibrio que hay que alcanzar.
1:40:41
Ángela. Hola, señor Robinson. Mi nombre es Ángela, soy profesora de secundaria
y trabajo como asesora en una editorial. En los libros, analiza las escuelas de
hoy, las aulas de hoy, y las del pasado. Y me gustaría preguntarle cómo imagina
que son las aulas en veinte o treinta años. ¿Qué le gustaría encontrar allí?
1:41:00
Ken Robinson. Vale. Bueno, antes de nada, he de decir que estoy a favor de las
escuelas. Hay gente que no lo está. Hay todo un movimiento para acabar con las
escuelas y la escolarización. Pero yo creo que las escuelas son muy
importantes. Hay una cosa que digo en Tú, tu hijo y la escuela, ese libro
maravilloso que os decía antes. Que acaban de publicar. Es genial. Ese. Digo
que hay una diferencia entre el aprendizaje, la educación y la escuela. Es
decir, a los niños les encanta aprender. Los seres humanos somos las criaturas
más curiosas que jamás encontraremos. Acabamos de tener una nieta, tiene cinco
meses.
Y como todos
los bebés, tiene un enorme interés por lo que pasa a su alrededor. No hay quien
la pare. Cada vez es más curiosa. Ese es el gran impulsor de nuestros logros.
Los niños adoran aprender. A todos no les gusta la educación, y algunos lo
pasan mal en la escuela. La diferencia es que la educación, como yo la concibo,
es un programa de aprendizaje más formal. Es un programa más deliberado, en el
que se asume que hay cosas que queremos que los niños aprendan y que no
queremos dejar a la suerte, por razones culturales o de otro tipo. O si hay
cosas que nos parecen muy difíciles para que ellos las averigüen por sí solos.
Así que tenemos que ayudarles. Por esas y otras razones, tenemos sistemas
formales de educación. Y hay quienes lo adoran y hay quienes no lo soportan.
Muchos lo pasan mal en la escuela. Y la razón es, en mi opinión, que a veces se
les exige aprender cosas que no les parecen interesantes o que no se les enseña
de manera interesante.
1:42:53
Ken Robinson. Y a veces porque las escuelas no contribuyen a las condiciones
naturales del aprendizaje. Por ejemplo, haciendo que estén sentados todo el
día. Dividiendo el día en trozos iguales de tiempo. Poniendo delante a alguien
que te habla. Obligándote a hacer cosas cuando estás cansado. Obligándote a
hacer cosas con gente que no te resulta estimulante. Todo tipo de cosas. Y
muchas veces estás pasando un momento emocional muy difícil pero aun así tienes
que hacerlo. Y luego está la amenaza del examen, que si suspendes estás en
problemas. En las escuelas y los sistemas educativos hay todo tipo de cosas que
son contraproducentes para las ganas de aprender. No siempre, no tiene por qué,
pero a menudo sí. Así que yo creo que es importante tener escuelas porque… Como
decía antes, lo que aprendemos, lo aprendemos los unos de los otros. No vivimos
aislados, es importante que nos demos cuenta de que aprender es algo social y
cultural además de personal. Así, mi objetivo es ayudar a redefinir las
escuelas. Y quitar de las escuelas las cosas que impiden que la gente quiera
aprender. E introducir más cosas en las escuelas que hagan que la gente quiera
aprender. No solo por su cuenta, sino los unos de los otros. Así que, si te
paras a pensarlo, si vuelves al concepto básico de escuela… Hoy en día, solemos
considerar a las escuelas como una especie de instituciones. Pero si nos
olvidamos de eso un momento, una escuela, en el fondo, es una comunidad de
gente que aprende. De gente que se junta para aprender los unos de los otros.
Se puede montar una escuela en cualquier sitio. Se puede montar una escuela en
un parque, puedes montar una escuela en tu casa. Esto es una especie de
escuela. Si tuviéramos todo el día podríamos reorganizar todo esto y hacerlo de
otro modo. No lo hago ahora porque ya está montado así. Pero una escuela es
gente que se junta para aprender los unos de los otros. Pueden ser dos
personas, diez personas, pueden ser mil personas. Así que el desafío no es
acabar con las escuelas, sino reimaginar cómo podrían ser. De modo que se
fomente y se cultive el apetito por el aprendizaje, y saciarlo adecuadamente,
en lugar de, como ocurre tan a menudo en la actualidad, reprimirlo y hacer no
solo que la gente pierda el interés, sino al contrario, que se rebelen contra
todo el proceso. Como hacen algunos, que abandonan la escuela. Simplemente no
la acaban, la ven como algo que tienen que sufrir y con lo que tienen que
terminar cuanto antes. ¿Y cómo se consigue eso? Si te paras a pensarlo, habría
que mantener algunos elementos. Yo creo que las escuelas necesitan su plan de
estudios. El plan de estudios es lo que queremos que se aprenda.
“El desafío no es acabar con las
escuelas, sino reimaginar cómo podrían ser.”
1:45:33
Ken Robinson. Repito que me parece perfectamente razonable plantearnos de forma
colaborativa qué es lo que queremos que los niños aprendan hoy en día. Y yo
creo que mejor que dividir en grupos de asignaturas es coger la idea de las
competencias y decir: ¿Qué cosas ayudarán a desarrollar esas competencias? Y
entonces empezar a considerarlas no como asignaturas, sino como disciplinas. La
música no es una asignatura en el sentido literal del término. No es solo un
montón de contenido. La música es un conjunto de destrezas y sensibilidades
intelectuales, emocionales, físicas, técnicas y culturales. Si escuchas música
de una cultura ajena con la que no estás familiarizado, puede que no le
encuentres ningún sentido. Recuerdo la primera vez que visité China, en Hong
Kong, y fui a una ópera china.
No tenía ni
idea de lo que estaban haciendo. Para un oído europeo, aquello sonaba como si
estuviera desafinado. Era un sonido estridente y desagradable. Y no tienes ni
idea de lo que están haciendo. Pero luego entras de lleno y… Esto era un
estadio, era como un partido de fútbol, y a la gente le encantaba. Pero yo no
entendía el código. A menudo con la música pasa eso. Del mismo modo, las
matemáticas no es una asignatura en el sentido de ser un conjunto de
proposiciones que hay que aprenderse. Las matemáticas es una hermosa disciplina
altamente creativa, con argumentos muy polémicos en su núcleo sobre la
naturaleza y la estructura de las matemáticas y su funcionamiento. Y abarca un
conjunto de disciplinas y campos de estudio diferentes. Pero me gustaría ver a
las matemáticas, las artes, las humanidades, la educación física y los idiomas
interactuando en el plan de estudios.
1:47:22
Ken Robinson. Enseñar y aprender en parte es eso. Es un grupo que se junta para
enseñar y aprender. Las mejores escuelas que conozco son altamente interactivas
y dinámicas, y los profesores trabajan junto a los estudiantes para planificar
lo que se aprende. Hay ritmos regulares. Por ejemplo, en las escuelas de
Finlandia hay descansos regulares. Cada cuarenta y cinco minutos, los niños
tienen un descanso de diez minutos. Se van a hacer otra cosa. Se van a correr
por ahí, vuelven… No tienen ningún problema de atención. Porque saben que los
niños necesitan levantarse y correr por ahí, necesitan estar activos. En cuanto
a la cultura, han de ser altamente colaborativas. Por eso las escuelas
democráticas son tan buenas. En una escuela hace falta un horario muy flexible.
De modo que la gente pueda dejar algo y ponerse a hacer otra cosa que les
interese más. En una escuela hace falta mucha autodeterminación. En vez de
obligar a los niños a sentarse y hacer algo sin darles elección. Hay cosas que
tienen que aprender, pero deberían tener mucha más libertad para elegir cuándo
y con quién hacer las cosas. Y todo esto que estoy diciendo no son tonterías.
Os puedo mostrar escuelas que lo están poniendo en práctica en la actualidad.
Escuelas que están reinventando los ritmos de la vida institucional y
obteniendo muchos mejores resultados por ello. Y hace falta una escuela en la que
la evaluación no se perciba como un desafío, sino como un apoyo al aprendizaje,
que es lo que debería ser. Y las nuevas tecnologías nos permiten hacer eso de
forma mucho más eficiente. Ahora podemos tener portafolios y programas de
aprendizaje mucho más individualizados. Conozco escuelas en las que los niños
tienen su propio horario.
“Me gustaría ver las matemáticas, las
artes, las humanidades, la educación física y los idiomas interactuando en el
plan de estudios”
1:48:58
Ken Robinson. Y también edades mixtas en la enseñanza y el aprendizaje. No hay
ninguna razón para separar y enseñar a los niños por edades. En las familias no
lo hacemos, y en las escuelas no hace falta hacerlo. No es un principio
educativo, es por comodidad en la gestión. En realidad, es bastante incómodo,
pero por eso lo hacemos. Así que, si reinventamos el funcionamiento de la
escuela, si encontramos las cosas que obstaculizan el aprendizaje y las
sustituimos por las que lo faciliten, podremos mantener las escuelas, pero
reimaginadas. Y no habrá una sola forma de hacerlo, del mismo modo que no hay
una sola forma de hacer música, un solo grupo musical o un solo tipo de
restaurante… Todo irá bien si cambiamos nuestra forma de pensar.
1:49:42
Ken Robinson. Muchas gracias.
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