jueves, 15 de noviembre de 2018

Ken Robinson: “Me molesta que se critique a los profesores. Son muy importantes para nuestras vidas” - El País- Banco BBVA



Ken Robinson
Educador y escritor

De niño nunca pensó en dedicarse a la educación: “Nuestras vidas son un proceso constante de decisiones creativas e improvisación. Así que cuando iba al colegio, no tenía ni idea de lo que quería hacer”. Hoy, este educador, escritor y comunicador, es una referencia pedagógica mundial. Robinson considera necesaria una profunda transformación del actual sistema educativo y valora como decisivo el papel de los maestros.Asegura que “es difícil exagerar la importancia de los profesores en tu vida” y añade: “es una profesión con muchas dimensiones, uno de los trabajos más exigentes que una persona pueda tener”. Contrario a los exámenes y a la jerarquía de las asignaturas, defiende la creatividad como una de las habilidades más importantes que la escuela debe fomentar en los niños: “es la esencia de lo que significa ser humano”, afirma. Ken Robinson es profesor emérito de la Universidad de Warwick, Reino Unido, en la que durante doce años impartió educación artística. Ha liderado proyectos nacionales e internacionales sobre creatividad y cultura en Europa, Asia y Estados Unidos. Su famosa conferencia “¿Las escuelas matan la creatividad?”, es la charla educativa más vista en internet. Sus aportes a la educación y las artes le han valido multitud de premios y reconocimientos. Entre ellos, el nombramiento como Caballero del Imperio Británico por la Reina Isabel II. Sir Ken Robinson es autor de más de una decena de libros. Su éxito de ventas “El Elemento”, es una obra traducida a más de veinte idiomas en la que sostiene: “Es imposible adivinar cómo viviremos en el futuro. Lo único que sabemos es que hará falta mucha imaginación y creatividad para transformarnos y enfrentarnos a los nuevos retos”. En su último libro, “Tú, tu hijo y la escuela”, reflexiona sobre cómo los padres pueden apoyar a sus hijos durante el recorrido escolar.

Transcripción  
00:38 
Ken Robinson. ¿Eso era todo? Gracias. Ya estamos. Es un placer estar aquí. Espero que no os importe que os hable en inglés. Porque no sé hablar castellano. Mi interés en la educación se remonta a cuando yo iba a la escuela. Cuando iba al colegio, no tenía planeado dedicarme a la educación. En aquel momento no tenía nada planeado. ¿Os puedo preguntar cuántos de vosotros estáis haciendo ahora lo que creíais que ibais a hacer cuando estabais en la escuela? Uno, dos. Os preguntaré enseguida por esto. Veréis, la mayoría de la gente no tiene ni idea. Y aunque en la escuela tuvieran alguna idea, acaban haciendo otra cosa. A lo mejor podéis pensar: “Tengo clarísimo que quiero ser escritor o abogado, o técnico, o chef”, o lo que queráis. A lo mejor en la escuela teníais esa idea y algunos de vosotros quizá conseguisteis dedicaros a eso. Pero aunque os dediquéis a lo que queríais hacer, seréis una minoría, y no pudisteis planificar la vida que habéis acabado teniendo.Para mí esto es algo crucial, porque toda vida humana es única e irrepetible, y toda vida humana es improvisada. Nuestras vidas son un proceso constante de decisiones creativas e improvisación.
02:10
Ken Robinson. Así que cuando iba al colegio, no sabía lo que quería hacer. No tenía ni idea. Yo formaba parte de una familia numerosa. Tengo cinco hermanos y una hermana. Uno de mis hermanos está aquí, John , hemos venido juntos. Cuando tenía cuatro años, vivíamos al lado del campo del Everton. Hay dos campos de fútbol en Liverpool el de Everton y el de Liverpool. Nosotros crecimos al lado del estadio. Así que mi padre creía que yo sería jugador de fútbol. Con cuatro años. Porque mi padre había sido jugador y yo estaba muy en forma y era ágil, y al parecer tenía un talento precoz. Era un poco como Ronaldo. Me comparan mucho con él. Me lo dicen mucho. Pero en los años 50, hubo una epidemia de polio. Que se dio en Europa y Estados Unidos. Yo la contraje a los cuatro años. Me pasé alrededor de un año en el hospital, y ahí se acabaron las esperanzas de mi padre de que yo jugara al fútbol. Fui a un colegio para niños minusválidos. Y entonces recuerdo que hubo dos personas que se cruzaron en mi camino. Una de ellas era un hombre maravilloso llamado Charles Stratford, que un día visitó el colegio. Éramos ocho alumnos. No, seguramente éramos diez en ese momento. Yo tenía diez años. Este hombre vino de visita al colegio. Estuvo hablando conmigo y con más gente, y luego se fue a hablar con el profesor. Y después, un poco más tarde, me pidieron que fuera a ver al director del colegio, con el que solo había hablado una vez. Y este hombre estaba allí sentado con él. Resulta que era el inspector de educación especial del área de Liverpool. Había estado hablando conmigo y le había parecido ver algo en mí que le había llamado la atención. Así que me hicieron una serie de pruebas en el colegio. Ahora sé que eran test de inteligencia.

04:41
Ken Robinson. Y me subieron de curso. Este hombre, Charles Stratford, se convirtió en un amigo de la familia. Y en mi mecenas. Éramos una familia numerosa de clase trabajadora. Y empecé a trabajar con otra profesora, la señorita York, que era muy exigente. Y gracias a haber trabajado con ella, aprobé el examen público para entrar en las escuelas convencionales, en la secundaria. Y allí que me fui. Yo fui la primera persona de mi escuela en aprobar el examen de admisión para entrar en la educación convencional. Y fue todo gracias a que dos personas vieron algo en mí y me exigieron que lo desarrollara. Entonces empecé a ir a la escuela convencional, y allí empecé a educarme. Trabajé mucho Lengua y teatro. Y seguía sin saber a qué quería dedicarme. Me quedé asombrado de que la gente de todas las edades tiene muchas más habilidades y posibilidades de las que la educación ordinaria les permite descubrir. Muchos niños nacen con grandes capacidades, pero yo creo que las habilidades humanas son como recursos naturales: están enterradas bajo la superficie y hay que descubrirlas. Y puede que nunca las descubramos. Todos vosotros tenéis habilidades de las que seguramente ni siquiera sois conscientes y puede que nunca las descubráis por falta de oportunidades. Se me ocurre que la lingüística es un buen ejemplo.

“Si no trabajas en educación es fácil criticar a los profesores”

06:12
Ken Robinson. La mayoría de niños aprende a hablar en sus primeros años de vida. Y, curiosamente, nadie les enseña a hacerlo. Si sois padres, lo sabéis. No le habéis enseñado a hablar a vuestro hijo. ¿Cuántos hijos tenéis? Vale. Si tenéis hijos, sabéis que aprenden a hablar en sus primeros años, ¿verdad? Pero vosotros no les enseñáis, no en el modo en que nosotros concebimos la enseñanza. No les sentáis cuando tienen dos años y les decís: “Tenemos que hablar. Bueno… Más concretamente, tienes que hablar tú. Y se hace así”. Lo aprenden sin más. ¿Cuántos de vosotros habláis dos idiomas? ¿Tres? ¿Cuatro? Yo creo que pasa lo siguiente. Si aprendes un par de idiomas de pequeño, te resulta más fácil aprender más. La mayoría, si están expuestos a tres o cuatro idiomas en su niñez, lo aprenden sin esfuerzo. No hay que tener un don lingüístico para aprender varios idiomas cuando eres un niño, Basta con ser humano. Y todos tenemos esa capacidad, pero la mayoría acabamos hablando uno o dos. O, si eres inglés, solo uno. Es verdad. En Francia intento hablar francés pero la gente me lo impide. “No lo hagas. Suena horrible. Limítate al inglés, que se te da bien”. Pero lo mismo pasa con los instrumentos musicales. Si practicas música desde una edad muy temprana, aprendes los instrumentos. Si te expones al diseño, o si te animan a bailar, o si te animan a construir… Todos tenemos una gran variedad de habilidades, la cuestión es identificarlas o no, y cultivar las destrezas necesarias para ponerlas en práctica. Y esto siempre lo he sabido, desde que era bien pequeño, incluso antes que mis compañeros de escuela, y de una forma un poco inconsciente. Luego, en la universidad, me involucré mucho en el teatro.

08:23
Ken Robinson. El teatro siempre me ha parecido una manera muy poderosa para que la gente conecte, se comunique y explore sus relaciones entre sí. El teatro es el arte del comportamiento humano. Y en el teatro, las preguntas que se plantean no son lo que piensas, sino lo que harías en esas circunstancias. ¿Cómo te sientes? ¿Cómo actúas? ¿Cómo te comportas? ¿Cómo afecta a tu relación con los demás y qué sucede como resultado? Y me resultaba curioso que esto no se usase de forma extendida en las escuelas, a pesar de que, evidentemente, era una forma importante de conexión y aprendizaje. Así que acabé haciendo las cosas un poco por casualidad, pero siempre movido por el convencimiento de que la gente tiene más habilidades en bruto de lo que cree. Yo sabía, por mi experiencia personal, que así era. Y cuanto más profundizaba en ello, más me indignaba. Para mí, esta es una cuestión de derechos humanos. Todos tenemos una vida, que sepamos, y es relativamente corta en el gran esquema cósmico de las cosas. Y muchas personas se pasan la vida sin sentirse satisfechas, sin sentir que tienen un propósito, ni sentir que han descubierto lo que son verdaderamente capaces de lograr. Y esto es importante, porque esta relación entre la naturaleza y la crianza es muy dinámica. Y uno de los procesos de los que dependemos para cultivar nuestras sensibilidades y talentos naturales es la educación. Así que empecé interesándome por un arte en concreto, y reflexioné mucho sobre ello. Me parecía que toda la gama de disciplinas de la escuela debían beneficiarse de ello. Y por último, acabé interesándome por la idea de la creatividad.
10:06
Ken Robinson. Y el motivo es que hay muy pocas cosas que nos hagan destacar entre los seres vivos de la Tierra, y creo que las diferencias nos las creemos demasiado. Pero algo nos diferencia, eso está claro. Las demás especies no se comportan como nosotros. Nosotros sí nos comportamos como ellas a menudo. Pero hay cosas de las que ellos parecen no ser capaces. Ellos no se meten en teatros rodeados de cámaras. No se ponen ropa que otro ha diseñado o fabricado, no disfrutan de la comida del mismo modo que nosotros, no hablan idiomas, no parecen tener teorías, no tienen sistemas de valores, no tienen rivalidad cultural, no crean economías, no construyen grandes civilizaciones. Nosotros sí. Pero en todos los demás aspectos somos igual que ellos: somos mortales, somos frágiles, y dependemos del planeta y de lo que nos proporciona. Pero ¿qué nos diferencia? Para mí, lo que nos diferencia es, en parte, la idea de la creatividad. Tenemos una imaginación poderosa. Y cuando dirigimos nuestra imaginación hacia cosas prácticas, creamos mundos virtuales en los que vivimos. Así que, para mí, la idea, el concepto y la práctica de la creatividad son la esencia de lo que significa ser humano. Y cada vez me parece más importante que cultivemos estas capacidades en nuestros sistemas educativos, que llevan mucho tiempo ignorándolas, por la humanidad que compartimos, y también porque ahora, mediante estos sistemas, nos hemos creado accidentalmente todo tipo de desafíos que son de carácter existencial. Nada me parece más desolador que escuchar los debates políticos sobre cómo mejorar las escuelas haciendo más pruebas y más exámenes. Y el gran desafío al que nos enfrentamos como seres humanos lo dejamos de lado en la mayoría de sistemas educativos. Así que cuanto más me involucraba en la educación, más me interesaba no solo en la teoría, sino también en la práctica. Así que cuando hace unos años di una charla en TED, ya llevaba un largo camino recorrido. Esa charla en particular, que puede que hayáis visto, tuvo lugar en 2006. Y ya lleva unos 53 millones de visualizaciones.

“Educar no es un monólogo sino una conversación”

12:15
María Luisa. Cincuenta y siete millones.
Ken Robinson. ¿Cincuenta y siete? Es que me he pasado la noche viéndolo. ¿Ya lleva 57? Pero bueno, se lo ponen a grupos, así que debe de ser un múltiplo de esa cifra. Yo creo que la razón de que haya tenido tanto éxito es porque la gente ha reconocido que destila sentido común y verdad. Y la otra razón de que se haya visto en 150 países, que es lo importante, no es producto de una perspectiva cultural en concreto. Así que, resumiendo, como la mayoría, yo he ido creando mi vida, no la he planeado. He intentado controlarla y he intentado darle sentido.

12:53
Ken Robinson. Pero me he guiado por unos principios. Uno es la creencia en la bondad fundamental de la humanidad. Otro es un sentido de la abundancia de cosas de las que somos capaces como personas. Y en tercer lugar, que es de vital importancia que haya instituciones públicas que promuevan estos talentos por nosotros y por el bien común. Lo último que me gustaría decir respecto a esto es que soy muy consciente en todo el trabajo que hago de que estos debates han sido continuos. Una de las educadoras más importantes de nuestra historia reciente es María Montessori. Y muchas de las cosas de las que ella hablaba en la educación temprana… Ella es un ejemplo de alguien que lidió con estos problemas en las difíciles circunstancias de los niños de clase trabajadora. Y desarrollaron una serie de prácticas que van en consonancia con los ritmos naturales del crecimiento y el desarrollo humanos. Ella no es la única. Todo el movimiento progresista se basaba en la idea de intentar educar al niño como a un todo y crear condiciones para su crecimiento y desarrollo. Y esto era así ya en los primeros jardines de infancia, no solo en Montessori y otros. John Dewey, en el siglo XIX, escribió mucho sobre educación y desarrollo personal. También escribió mucho sobre democracia. Una vez dijo que cada nueva generación debía redescubrir la democracia. A mí me parece una observación muy importante. Todos tenemos la tendencia a sufrir una especie de amnesia cultural. Debatimos las cosas como si no hubieran pasado nunca antes. Por ejemplo, mis hijos creen que los millennials han descubierto el sexo. De verdad.

14:33
Ken Robinson. Cuando yo sé que lo descubrió la generación del baby boom. Yo estaba allí. Cayó en fin de semana, ¿vale? Yo viví la revolución sexual de los años 60, como podéis ver. Y… En realidad me la perdí, ese fin de semana me quedé en casa. Pero el lunes cuando me fui a trabajar noté que algo había cambiado.Mis padres afirmaban haberlo inventado también. Así que, ¿quién sabe? A saber quién inventó el sexo. Pero muchos de estos principios básicos de lo que es una buena vida, cómo funcionan las democracias, cómo la gente tiene que mirar no solo por sí mismos, sino por el bien común… Se remontan a la Antigüedad, al inicio de nuestras civilizaciones. Pero cada generación ha tenido que redescubrirlos. En la actualidad es un poco más difícil descubrirlos, porque estamos muy distraídos con los acontecimientos cotidianos. Mirad lo que está pasando ahora mismo en Estados Unidos, otro país que se proclama a sí mismo líder de los principios democráticos. Yo he vivido allí durante 17 años, y os puedo decir que esa afirmación es un poco exagerada. Para mí, nunca ha habido un momento en que sea tan importante poner en práctica los principios básicos de la educación. Para mí, hay cuatro: la educación tiene fines económicos, tiene fines sociales, tiene fines culturales y tiene fines personales. Por eso necesitamos una concepción expansiva del funcionamiento de la educación, y tenemos que reconocer que nada de eso tendrá lugar si no invertimos plena y adecuadamente, y con determinación, en la formación, el desarrollo y el apoyo de los profesores, de quienes depende toda esta empresa. Así que, para mí, estos temas no disminuyen en importancia, sino que aumentan en importancia cada vez más.

16:16
Ken Robinson. ¿Tenéis ideas, comentarios, observaciones, preguntas?

Laura. Hola, Ken, buenos días, soy Laura. Soy futura maestra. Y me gustaría preguntarte cómo recuerdas tu etapa en la escuela y si tuviste algún gran maestro que te cambiase la vida.

16:31
Ken Robinson. ¿Sabes? Hola, Laura. ¿Vosotros la habéis entendido? Bueno, ya he mencionado a un par de mis profesores que tuve. Es difícil exagerar la importancia de los profesores en tu vida. Es decir… Yo creo que es uno de los trabajos más exigentes que una persona pueda tener. Y lo digo de verdad. Es una profesión con muchas dimensiones. Y lo cierto es que siempre me ha molestado que la gente que no se dedica a la educación critique tan a la ligera la manera en que los profesores hacen su trabajo. Tienes que trabajar con 20 o 30 vidas, o más, durante 40 minutos o una hora, y luego se van y te llega otro grupo, sobre todo en primaria o en el instituto, y todos ellos son personas con una vida llena de esperanzas y expectativas, son vidas complejas. Traen al aula sus experiencias de casa, de la calle, sus intereses culturales… No deja de ser un momento más que tú compartes con ellos. Así que ser buen profesor conlleva muchas cosas.
Una de ellas es que, obviamente, necesitas saber la materia. Aunque no siempre tienes por qué saberlo todo. Depende de lo que sea. Hace unos años, participé en un evento de Vancouver. Era una cumbre de paz. Se llamó La Cumbre de Paz de Vancouver. ¿Qué esperabais? En cualquier caso, el invitado de honor era el Dalai Lama. Yo era el anfitrión de la sesión de apertura. Y había, si no recuerdo mal, diez personas en la mesa, incluyendo al Dalai Lama, que estaba sentado en un trono. Yo hoy he pedido que me pusieran un trono. Esto es muy barato, que lo sepáis. Qué decepción.

18:49
Ken Robinson. Bueno, el Dalai Lama estuvo genial. En un momento dado, le hicieron una pregunta… Le hicieron muchas preguntas. Había dos mil personas en el auditorio. Pues le hicieron una pregunta y se quedó muy pensativo. Estaba sentado con las piernas cruzadas, cerró los ojos y se quedó en silencio durante un buen rato. Un rato demasiado largo, pensé yo. Porque yo era el anfitrión. Y no sabía lo que estaba pasando. Pensé: “¿Habrá alcanzado la iluminación? Ahora no, por favor. Hoy no. Al menos que se espere al descanso. Aún nos quedan 40 minutos”. En fin… Se puso muy pensativo y entonces…

También estuvo muy gracioso, por cierto. Tiene un sentido del humor muy pícaro. Pero le hicieron una pregunta, era sobre la filantropía o algo así. Y entonces tomó aire y pensamos: “Seguro que va a decir alguna genialidad”. Se inclinó hacia adelante, todos nos inclinamos hacia adelante, y dijo: “No lo sé”. Yo pensé: “Qué decepción. ¿Cómo que no lo sabes? ¡Eres el Dalai Lama!”. Pero luego dijo: “Nunca lo había pensado”. Y se dirigió al público y preguntó: “¿Qué pensáis vosotros?”. Me encantaron dos cosas de ese instante. En primer lugar, el que es uno de los grandes maestros en el mundo, no tiene reparos en decir “No lo sé”. Quería ilustrar esto. Luego hablaremos un poco más de ello. Hay cosas que sabe muy bien. Es el mayor experto mundial en algunas áreas del conocimiento. Pero no lo sabe todo. Nadie lo sabe todo. Es imposible. El conocimiento y la comprensión humana es un entramado muy denso y nosotros sabemos solo una parte. Algunos saben más que otros, pero ninguno sabe más que una fracción de todo lo que hay.

“Los grandes educadores son también grandes facilitadores”

21:07
Ken Robinson. Ese es uno de los motivos por los que la cultura humana ha tenido tanto éxito. Somos una especie altamente colaborativa, somos capaces de codificar nuestro conocimiento y compartirlo de múltiples formas: a través de la música, del arte, de la danza, de la literatura… De modos muy distintos. Pero ninguno de nosotros nacemos en un vacío, somos herederos de la Historia de la Humanidad, si somos capaces de conectar con ella. Así que solo estaba siendo sincero: “No lo sé, eso supera mi experiencia”. Esto me parece muy importante, porque los profesores de hoy sienten la presión de tener que saberlo todo. Y es algo totalmente honesto que los profesores digan: “No lo sé”. Socialmente, todos soportamos la presión de fingir que sabemos cosas que no sabemos. Y… Lo segundo es algo muy sencillo, que el Dalai Lama dijo: “¿Qué pensáis vosotros?”. Esto indica que el aprendizaje no es un monólogo, sino que es una relación, es una conversación. Y los grandes profesores de la Antigüedad lo sabían, sabían que el aprendizaje se produce a través del diálogo, la conversación y la interacción. Los grandes profesores son alumnos, y los grandes alumnos son profesores. Son todo al mismo tiempo. Así que eso es lo que conlleva ser un buen maestro de escuela, en parte: has de entender que formas parte de una relación, que no te limitas a transmitir lo que sabes a gente que no lo sabe. Eres un catalizador que mejora la comprensión de todos. Hay cosas que tienes que saber. En fin, no tendría mucho sentido contratarme a mí para enseñar español. Es mejor si sabes hablarlo. El aprendizaje por descubrimiento tiene un límite, ¿vale? Pero un buen profesor debe conocer su materia, saber de su tema. Pero también debe saber hasta dónde alcanzan sus conocimientos.


23:03
Ken Robinson. Los buenos profesores también son buenos facilitadores. Hay muchas personas que tienen un gran conocimiento especializado pero no son buenos profesores. Si lo dudáis, daos una vuelta por cualquier universidad. Allí estarán. Y lo sé porque he trabajado en universidades durante años. En las universidades hay profesores geniales, y algunos solo enseñan porque es el precio que pagan por investigar. Que alguien sepa de algo no significa que sea buen profesor. Para ser buen profesor hay que practicar el arte de enseñar, si lo concebimos como una forma de arte. Es como ser buen médico. Hay un montón de recursos, ideas, técnicas y estrategias. Es saber qué aplicar aquí y ahora. Es como ser un buen terapeuta. “¿Qué sería lo correcto en esta situación?”. Mis profesores predilectos han demostrado esta capacidad. Algunos de ellos son de la universidad, pero uno de los primeros que realmente me impresionó, aparte de los que he mencionado, fue un profesor de francés. Yo adoraba a este profesor. El señor Evans. Es una larga historia. Yo crecí en Liverpool entre los años 50 y los 60. Hubo un tiempo en que Gran Bretaña no se consideraba europea. Aunque ahora nos parezca raro. Pero hubo un tiempo en que Gran Bretaña no quería formar parte de Europa. Pero nadie de mi generación… Si ibas a Inglaterra en los años 60 y 70, no era… Siempre ha sido un lugar interesante con una cultura propia, pero no era europea en el sentido en que lo es ahora. Lo que más me impresionaba del señor Evans era que sabía hablar francés. Muy bien. Y eso no pasaba con la mayoría de profesores de francés. Para ellos era una obligación. Él era elegante y refinado. Fumaba cigarrillos franceses. Y comía ajo. Hablamos de 1964. Entonces yo pensaba que el ajo era una droga. Y sigo pensándolo. Él era “muy” francés, era europeo. Y cuando entraba en clase, había algo en él, en su forma de ser. Y nosotros nos quedábamos ahí sentados escuchándole. No tenía que hacer nada, le prestábamos atención sin más. Y gracias a eso aprendí francés y despertó mi curiosidad. Luego estaba el profesor de latín, que me deprimía. Es una relación, de eso se trata. Tus alumnos no tienen por qué caerte bien, tú no tienes por qué caerles bien a ellos, pero tiene que haber algo del profesor que les despierte la curiosidad, que les impresione. Un buen profesor te anima, del mismo modo que uno malo te desanima. Me acuerdo de profesores que con solo levantar una ceja te hacían sentir fatal. Les hacías una pregunta y te hacían sentir ridículo por hacerla. Así puede que le cojas manía a una asignatura. Tenéis una responsabilidad muy grande. No hay que agobiarse, pero los profesores tenéis una influencia tremenda. Mi vida está llena de profesores así. Y tú serás una gran profesora.

26:28
Mar Romera. Soy Mar Romera, soy maestra, y yo creo… Soy optimista y creo que vamos a cambiar el mundo a través de la educación. Y necesito el mejor de los consejos del mejor gurú, que es usted. Y quiero saber, si tuviese el poder de cambiar el sistema educativo, ¿qué cambiaría y por qué?

“Hay que invertir con determinación en la formación, el desarrollo y el apoyo de los profesores”

26:53
Ken Robinson. Vale. Lo del gurú es verdad. Cuando… Permíteme que empiece diciendo que la gente a menudo siente que es imposible cambiar el sistema educativo. Y creo que es importante comprender qué clase de sistema es. Verás, no es un sistema mecánico. Hay sistemas que se han construido para hacer algo y lo hacen de un modo predecible. Pero no es un sistema inerte, ni funciona mediante algoritmos. Es un sistema humano.Es lo que los teóricos llaman un “sistema adaptativo complejo”. Eso quiere decir que está compuesto por múltiples elementos. Por ejemplo, una palanca es un sistema mecánico simple. Es un ejemplo de sistema mecánico. Una barra con un punto de apoyo que amplifica qué esfuerzo se le aplica.Un avión es un sistema complejo. Está compuesto por millones de sistemas simples.

Pero, de momento, no se cambia a sí mismo. Los aviones no tienen sentimientos respecto a dónde vuelan. “No quiero volver a Karachi, es un rollo de sitio”. No hacen eso. Solo hacen para lo que están diseñados, afortunadamente. Los sistemas humanos son distintos. Los sistemas humanos se componen… Como el sistema educativo, que se compone, literalmente, de cientos de millones de personas, en cientos de miles de instituciones con innumerables intereses, innumerables puntos de interacción entre sí. Es altamente complejo, está compuesto de acciones individuales cada día. Y todas están fluctuando. El funcionamiento del sistema tiene unas características dominantes, pero es un diseño dinámico y vibrante. Incluso cuando no lo parece. En segundo lugar, cambia constantemente. Hay cosas que parecen ser constantes. Pero aun así, con el tiempo, pueden cambiar mucho. También hay mucho espacio en el sistema para la innovación. Se pueden hacer muchas cosas con la educación, con los sistemas humanos. Se pueden hacer cambios en el sistema. Mucho de lo que pasa en las escuelas en nuestros países no lo dicta la ley, sino que es lo que la gente se ha acostumbrado a hacer, es un hábito.

29:30
Ken Robinson. Por ejemplo, la mayoría de sistemas escolares no impiden que los profesores prueben otras formas de enseñar. Mi esposa era profesora en Liverpool. Tenía 42 niños en clase, tenían diez años. Su clase era una jaula de grillos. Y lo que hizo fue ponerlos a trabajar siempre juntos, en grupos mixtos. La gente dice: “¿Cómo enseñas a 42 niños todo el día?”. Pues los pones a trabajar juntos. Les enseñas juntos. Su escuela era un lugar muy interesante, el director fomentaba la colaboración entre los distintos profesores para que trabajaran sus puntos fuertes. Los directores pueden hacer eso. La ley no les exige ceñirse al camino por el que va todo el mundo. Desde el sistema, se puede cambiar el sistema. Puedes luchar por los cambios. Puedes salirte del sistema e ir a una escuela alternativa. Quiero decir que hay flexibilidad y que el sistema está cambiando. Y está cambiando, en parte, y esta es la parte optimista, porque hay fuerzas que están alterando la educación. Una de ellas es, de esto quiero hablar luego, que hay un creciente problema de desempleo entre la juventud. Cada día se rompe la promesa que la educación hace a decenas de miles de niños. Es una energía poderosa y perturbadora que se está acumulando en la población. La promesa de la educación superior está fallando a muchos jóvenes. Cuando yo estaba en la universidad, la idea era que si trabajabas duro, lo hacías bien y te sacabas una carrera, tendrías un buen trabajo, pero la gente sabe que ya no es así. No digo que no sea nunca así, pero ya no es una garantía, como lo era antes. También sabemos que vamos a enfrentarnos a una enorme cantidad de innovaciones en la tecnología digital y la inteligencia artificial que, con toda probabilidad, perjudicarán a muchos puestos de trabajo que creíamos que eran territorio exclusivo de los humanos. Vivimos en un mundo de fluctuaciones y cambios constantes. Y eso sin tener en cuenta el asunto del clima y lo que está pasando en nuestro sistema político. El sistema está fluctuando, está cambiando. Se resiste a algunos cambios, pero hay muchos en marcha. Así que yo creo que hay varias opciones. Una de ellas es, y creo que es un principio importante, que si trabajas en la educación, entonces eres el sistema. Tú y todo el mundo.

31:58
Ken Robinson. No consiste en decir: “Tienen que cambiar los demás”. Lo que tú haces forma parte de ello. Cuando entras en clase, se cierra la puerta, todos esos niños te miran y te prestan atención. Lo que ocurre a continuación, para ellos, es el sistema educativo. A ellos les da igual quién sea el ministro de Educación, les da igual el informe PISA nunca han oído hablar de Andreas Schleicher. Les da lo mismo. Lo único que saben es lo que tú vas a hacer ahora.Y lo que tú les des, lo que les pidas, cómo les respondas, eso es la educación para ellos.Por eso siempre digo que el punto de partida eres tú. Eso decía Gandhi, ¿no? “Sé el cambio que deseas”. “Sé el cambio que quieras ver”. Y luego trabaja, si tienes la energía, las ganas y la voluntad, con otros profesores de la escuela para ver si ellos también quieren cambiar las cosas. Y con los padres, si es posible. Ten claro los cambios que creas que es importante acometer en la educación. Está claro que hay grandes problemas. Es como con el medio ambiente. Hay muchos intereses para que las cosas sigan como están, pero eso no quiere decir que no haya espacio para el cambio. Fijaos en el movimiento Me Too ahora mismo. Ha conseguido encender el polvorín de la ira y la frustración que la gente ya sabía que estaba ahí, pero necesitaba algo, esa chispa que ha iniciado el gran cambio. Yo creo que eso es lo primero. Hay espacio para el cambio si tienes la voluntad de hacerlo y las ganas para intentarlo. No tiene por qué cambiar el mundo. Pero lo que tú hagas por tus alumnos cambia su mundo. Una ceja levantada puede cambiar el mundo de los niños con los que trabajas. Y creo que es importante no subestimar eso nunca: tu poder como profesor en la escuela. Y si te parece demasiado y te sientes sobrepasado, dedícate a otra cosa. Lo digo en serio. No estoy animando a la gente a dejar la educación, pero tienes que tenerlo claro. En fin, también es tu vida. Yo creo que es importante que te pongas en primer lugar. Tienes que estar fresco. Si sientes que esto te agota, tienes que hacer otra cosa durante un tiempo. O hallar la manera de encontrar el equilibrio.

34:13
Ken Robinson. Hace unos años escribí un libro titulado The element. ¿Está en español? Lo voy a decir en español. Se llama El elemento. Ahí queda eso. Es una forma en la que la gente… Consiste saber que estás haciendo lo más auténtico, que estás haciendo aquello con lo que más te identificas. La semana pasada, Terry, mi esposa, y yo, viajamos a París. Y estuvimos comentando: “Yo no sé cómo lo hacen los políticos. Se pasan la vida en aviones, yendo de reunión en reunión, rodeados de cámaras y micrófonos para analizar todo lo que dicen… ¿Quién querría hacer eso?”. Pero está claro que a ellos les encanta. Y eso a mí me parece una observación importante, que si estás haciendo algo…
Estar en tu elemento consiste en dos cosas: encontrar las cosas que se te dan bien y que, además, te encanta hacer. Si te encanta hacer algo que se te da bien, no volverás a trabajar en tu vida, como dijo Confucio. Sabes que estás haciendo lo que estás destinado a hacer o lo que es bueno para ti por dos razones. Una es, por ejemplo, que cambia la percepción del tiempo. Si estás haciendo algo que amas, una hora puede parecerte cinco minutos. Miras el reloj y piensas: “Cómo pasa el tiempo”. Si estás haciendo algo que no te gusta, cinco minutos parecerán una hora. Miras el reloj y piensas: “¿Esto se mueve o qué?”. Otra cosa es que, si estás en tu elemento, si estás haciendo algo que amas, recibes energía de ello. Para mí, hay una diferencia importante entre energía espiritual y física. Y ya sabéis a lo que me refiero. Aquí no utilizo “espiritual” en el sentido religioso, sino en el sentido en que estás animado o desanimado. Si estás haciendo una actividad que amas, puedes seguir incluso si estás físicamente agotado y a punto de desfallecer. Fijaos en la gente que corre maratones.

“La educación superior está fallando a muchos jóvenes. (Antes) si trabajabas duro, y te sacabas una carrera, tendrías un buen trabajo. Eso ya no es así.”

36:18
Ken Robinson. Siguen y siguen hasta que cruzan la línea de meta, y solo entonces se derrumban. Pero, sin llegar a tanto, puedes hacer cosas que te agoten físicamente, que te dejen hecho polvo, pero puedes estar a tope. Sientes dolor, pero estás entusiasmado. Del mismo modo, si haces algo que no te gusta, puedes estar físicamente bien pero completamente abatido y desolado. Y de lo que me doy cuenta con el elemento es que si haces algo que amas, no te quita energía, sino que recibes energía al hacerlo. Hacerlo te carga espiritualmente.Y eso pasa con las actividades y con la gente, ¿no os parece? Hay gente que te da energía. Solo estar en su presencia te hace sentir mejor. Cuando vas al trabajo, lo ves venir y piensas: “¡Qué bien que hayan venido!”. Te vienes arriba.Del mismo modo, a veces ves a alguien que viene hacia a ti y piensas: “No fastidies. ¿Ahora? ¿No podemos dejarlo para luego?”. Porque te absorben la energía. Y lo sabemos, simplemente es así. No lo digo por ti en particular, solo aprovecho la ocasión para decirlo. Enseñar es un trabajo muy exigente físicamente. Es un trabajo muy exigente emocionalmente. En el mejor de los días, te entusiasma. Una lección quizá haya ido muy bien, o una situación con un niño, algo que has planeado ha salido muy bien. Pero hay muchas cosas con las que los profesores tienen que lidiar que son agotadoras. Todo el tema de la administración, los exámenes, el solucionar los problemas que surgen en el día a día. Y hay que verlo todo en su conjunto. En conjunto, ¿esto me aporta algo o no? ¿O antes sí pero ahora no? Y yo siempre le digo a todo el mundo que si tienes elección, y si sigues amándolo, sigue haciéndolo. Pero si necesitas un tiempo para dedicarte a otra cosa o un tiempo para irte a otro lugar, entonces deberías probar a hacerlo, dentro de tus posibilidades.

38:25
Ken Robinson. He comprobado que cuando la gente cambia de tercio… Quizá te ayude cambiar a niños de otras edades. La enseñanza no es homogénea. Conozco a gente a la que le encanta trabajar con niños pequeños y no podrían soportar estar en una clase llena de adolescentes. Y a otras personas les pasa todo lo contrario: están en su salsa con chavales de 15 años. Pero ponles a diez niños de tres años y estarán totalmente perdidos, no sabrán qué hacer con ellos. Así que yo creo que todo esto lo resume. Consiste en analizar la situación y, entonces, si te sientes capaz o tienes oportunidad, o tienes ganas de un mayor cambio social, involúcrate en ello también.


39:07
Jorge Ruiz. Hola, Ken, mi nombre es Jorge. Soy músico. Parte de tu trabajo, o casi todo, versa en torno al concepto de creatividad. Y curiosamente hay mucha confusión, hay mucha gente que no lo entiende bien. Y tú, además, dices que la escuela mata la creatividad. Así que la pregunta sería: ¿Qué es para ti creatividad?

Ken Robinson. No lo sé. ¿Cómo te llamas?

Jorge Ruiz. Jorge

39:45
Ken Robinson. Jorge, yo… Yo nunca he dicho que las escuelas maten la creatividad. Pero cuando hice la charla en TED, le pusieron un título. Y el título que pusieron fue: “¿Matan las escuelas la creatividad?”. Entre signos de interrogación. Un poco más tarde lo cambiaron pero les hice dejarlo como estaba, porque no digo que todas las escuelas maten la creatividad automáticamente y que sea inevitable. Lo que digo es que las escuelas no la cultivan del modo en que deberían. Y si no se cultiva, tiende a desaparecer. Así que… Yo creo que tienes razón al decir que a la gente le confunde esta idea. A finales de los años 90, presidí una comisión sobre la creatividad en la educación para el Gobierno del Reino Unido. Recuerdo que en el Reino Unido teníamos una estrategia nacional de alfabetización. Mucha gente creíamos que también hacía falta una estrategia de creatividad. Por razones de las que podemos hablar luego, si quieres. El Gobierno me pidió que formara una comisión. Así que reuní a un grupo de 15 personas para trazar un plan y una estrategia práctica para promover la creatividad en las escuelas. Os preguntaré algo: si vosotros tuvierais que hacer esto, si tuvierais que juntar a 15 personas para defender y planificar una educación creativa, ¿a qué 15 personas elegiríais? Es decir, no penséis en… Bueno, podéis pensar en personas concretas, pero ¿qué tipo de personas? ¿Personas de qué categorías meteríais en un grupo así?

41:53
Público. Niños
Ken Robinson. Niños, sí. O adultos “infantiles”. Decidme.

Público. Artistas.

Ken Robinson. Artistas, profesores…

Público. Madres…

Ken Robinson. Madres, sí. ¿Cómo dices?

Público. Inventores

Ken Robinson. Inventores

Público. Abuelos

Público. Emprendedores

Ken Robinson. ¿Cómo has dicho?

Público. Abuelos

Ken Robinson. ¿Abuelos? Emprendedores, sí.

Público. Psicólogos.

Ken Robinson. Psicólogos.

Público. Madres

Ken Robinson. Madres. ¿Padres no? ¿Alguno más?

Enhamed Enhamed. Personas con discapacidad.

Ken Robinson. Sí, así es. ¿Por qué?

Enhamed Enhamed. Porque creo que la gente con discapacidad se enfrenta a diferentes desafíos y adversidades cada día. Así que a lo mejor encuentran otras formas de desenvolverse. Básicamente.

Ken Robinson. Sí, así es. Creo que esa es buena. ¿Cuál es tu…? ¿Te gusta la palabra “discapacidad”? ¿Te parece bien utilizarla?

Enhamed Enhamed. Puede. Es la mejor que se me ocurre en inglés.

Hace solo cuatro años que aprendí inglés.

Ken Robinson. ¿De verdad? ¿De dónde eres?

Enhamed Enhamed. Soy de aquí, de España.

Ken Robinson. Vale. ¿Y cuál es tu discapacidad?

Enhamed Enhamed. Soy ciego.

Ken Robinson. ¿Y eres ciego de nacimiento?

Enhamed Enhamed. No, perdí la vista a los ocho años.

Ken Robinson. Ya. ¿Y fue a causa de un accidente? ¿Cómo ocurrió?

Enhamed Enhamed. No, fue una enfermedad.

43:28
Ken Robinson. ¿Ah, sí? ¿Fue paulatino o repentino?

“Estar en tu elemento consiste en encontrar las cosas que se te dan bien y que, además, te encanta hacer.”

Enhamed Enhamed. Fue repentino, en cinco segundos.

Ken Robinson. ¿En serio?

Enhamed Enhamed. Sí.

Ken Robinson. ¿Te puedo preguntar qué enfermedad era?

Enhamed Enhamed. Glaucoma.

Ken Robinson. Ya. ¿Y tan rápido fue?

Enhamed Enhamed. Sí, porque me tocó la retina.

Ken Robinson. Sí, ya. Así que fue literalmente como apagar un interruptor.

Enhamed Enhamed. Sí, exactamente.

43:47
Ken Robinson. Te pregunto porque el secretario de Estado… Bueno, antes de eso, fui a una escuela especial cuando era niño, como decía antes. Y…

Enhamed Enhamed. Sí, yo también.
Ken Robinson. Así que, bueno… Había niños con todo tipo de discapacidades aparentes. Digo “aparentes” por un motivo. Había niños que tenían polio, de esos éramos bastantes, niños con parálisis cerebral, niños ciegos, con visión parcial, sordos, niños con problemas de corazón, asma… Había personas de todo tipo. Y… Lo que me llamaba la atención… Había un niño que se sentó a mi lado durante años que tenía parálisis cerebral. La parálisis cerebral es algo terrible porque suele estar provocada por un daño en el cerebro, una lesión cerebral de alguna clase. Y como cualquier otro tipo de discapacidad física, no significa que haya ningún tipo de deficiencia mental o emocional, es un problema motor. Y en la parálisis cerebral lo que pasa es que para hacer algo tan simple como estirar el brazo así, hay que contraer unos músculos y relajar otros. Y el efecto que tienen algunas de estas lesiones cerebrales en la capacidad motora es la falta de coordinación. Los músculos que tienen que relajarse, no lo hacen, no se coordinan, así que te pasas todo el tiempo peleándote contigo mismo.

No puedes hacer llegar el mensaje del cerebro directamente a los músculos para que se comporten de la forma que la gente considera natural. También puedes imaginarte el efecto que tiene en los músculos de la cara. Hablar conlleva una coordinación altamente compleja de músculos faciales. Y si no se coordinan, pues, en fin, la voz sale a duras penas y a menudo se te cae la baba también. Es como cuando vas al dentista, que no puedes mover la boca. Así que es algo terrible, porque parece que tengan también graves problemas mentales, que podrían tenerlos, pero lo más seguro es que no sea así. En cualquier caso, este chico que se sentaba junto a mí, sus brazos estaban encogidos y no podía coger un lápiz. Pero podía coger un lápiz con los pies. Con los dedos de los pies. Así que subía la pierna y se ponía a escribir con el lápiz entre los dedos. Tenía muy buena caligrafía. Era mejor que la mía, de verdad. Nunca he conseguido dilucidar si aquello podía considerarse “escribir a mano”. ¿”Escribir a pie”? Pero se le daba muy bien.

46:39
Ken Robinson. Pero lo mencionaba porque toda la gente que conocí allí no se definía por su discapacidad. Solo era algo con lo que estaban lidiando. Y seguro que… Bueno, no quiero dar nada por hecho en tu caso, pero ellos no es que dijeran: “Soy sordo, eso es todo lo que necesitas saber”. Además, eran sordos. Es curioso cómo la comunidad sorda forma una especie de cultura, porque tienen los lenguajes de signos. Uno de los indicadores de una cultura es un código lingüístico característico. Y ellos tienen uno. Bueno, tienen varios. Pero no es, como tú… ¿Cuál era tu nombre? ¿Cómo te llamas?

Enhamed Enhamed. Enhamed.

Ken Robinson. ¿Enhamed?

Enhamed Enhamed. Sí.

Ken Robinson. Sí. Supongo que, en tu caso, no dices: “Eso es todo lo que tenéis que saber: Soy ciego. ¿Qué más puedo decir?”. Es solo algo con lo que tienes que lidiar. Pero también tienes que luchar con todo lo que lucha el resto de la gente: como ser una persona, conseguir un trabajo, ir a trabajar… Es solo que algunas cosas te resultan mucho más difíciles. Tienes que esforzarte más. Y seguro que también tienes que lidiar con cosas emocionales. A mí, de pequeño, no me importaba tener polio. De verdad que no. Era una molestia, pero nada que me fuera a impedir hacer algo que quisiera hacer.Y no he usado bastón en toda mi vida hasta hace poco. No me molestaba. Estaba en forma y corría, era mucho más ágil. Me recorrí toda Europa haciendo autoestop, no fue un impedimento. Tampoco es que quisiera participar en el Tour de Francia, la verdad. Aun estando sano, tampoco lo habría hecho. Pero toda la gente que conocía, en fin… Tenían vidas interiores complejas como cualquier otra persona. Y el problema con el tema de la discapacidad es que la gente te define por ella. “No necesitamos saber nada más de ti”. Suponen que es lo más importante de sus vidas, y quizá no lo sea. Puede que haya algo completamente distinto en esas personas. Y lo que es totalmente cierto es que la gente tiene todo tipo de habilidades más allá de las que atraen la atención de la gente. Creo que uno de los problemas para la gente de educación especial es que nuestro sistema, en general, tiene una visión muy limitada de lo que es una habilidad. Se define mayormente en términos de lingüística y matemáticas.Y… Como tenemos una visión tan limitada de la habilidad, acabamos con una idea muy grande de la discapacidad. Pero si tienes una idea más amplia de la habilidad, entonces nuestra discapacidad percibida ocupará otro lugar entre la infinidad de cosas que la gente es capaz de hacer. Otra cosa es que, en mi vida, todavía no me he encontrado…

49:21
Ken Robinson. Bueno, a lo mejor hay alguien aquí, pero yo no me he encontrado todavía, en mi vida profesional o personal, a alguien que no tenga necesidades especiales. Las tiene todo el mundo. Todos. A veces están a la vista, a veces parece obvio qué es lo que puede ser. O puede que no lo sea. Puede ser una cuestión de género o de necesidad, puede ser una cuestión emocional relacionada con su propio pasado, con sus relaciones, con el concepto que tienen de sus propias habilidades, una obsesión por su apariencia… Todo el mundo, sea quien sea. Si leéis novelas, ya sabéis de lo que estoy hablando. Todo el mundo tiene problemas. Todo el mundo tiene que lidiar con cosas. El problema con las necesidades especiales, en mi opinión, es que se mete a todo el mundo en el mismo saco, se les encuadra en una categoría general según cada caso. Se les define por su discapacidad.Durante un tiempo, yo estuve involucrado en el movimiento del arte de discapacitados. Y hay estupendos ejemplos… Es lo que tú decías antes.

Hay estupendos ejemplos de cómo se acentúan y se desarrollan otras habilidades de una manera que no lo hubieran hecho si no hubiera sido porque han tenido que enfocarse de un modo particular. Otra razón por la que me impacta tu caso es que un secretario de Estado que teníamos en Inglaterra cuando formé la comisión era ciego. Era el secretario de Educación y había nacido ciego en una familia monoparental, en una ciudad industrial del norte de Inglaterra. No se dio cuenta de que era ciego hasta los cuatro años. No tenía ni idea. Es algo curioso, ¿no os parece? Como nunca había visto, no era consciente de que no podía. No fue hasta los cuatro años que se dio cuenta de que los demás hacían cosas que él no hacía. Y tardó mucho en averiguar de qué se trataba. Él sigue sin saber qué es la visión porque nunca la ha tenido.

“Todo el mundo tiene capacidades creativas.”

51:14
Ken Robinson. Pero llegó a ser secretario del Interior del país, uno de los políticos más importantes del Gabinete. Obviamente, tenía que hacer el mismo papeleo que los demás, es una cuestión tremendamente compleja. Pero bueno… El caso es que había una estrategia nacional de alfabetización y yo creía que hacía falta una estrategia de creatividad. Recuerdo que este hombre que había encargado el informe decía que el problema de la creatividad es que no puede definirse. Yo recuerdo decirle: “No, el problema es que tú no puedes”. Así que nos propusimos definirla. Trajimos a un grupo de artistas, artistas visuales, diseñadores, neurocientíficos, economistas, empresarios… Había de todo. Pedimos asesoramiento por todo el país. El motivo por el que esto se debió plantear antes es porque había conceptos erróneos sobre la creatividad y quería abordarlos en la composición del grupo. Si le preguntáis a la gente cómo de creativos son, muchos te dirán que no son muy creativos. Adultos. Y yo creo que la razón es que piensan que les estás preguntando: “¿Eres artístico?”. Y entonces ellos piensan: “Bueno, yo no toco la guitarra, o no hago esto, o no pinto… Así que no soy muy creativo”.Pero yo me refiero a la creatividad como una función de la inteligencia. Se puede ser creativo en cualquier cosa relacionada con la inteligencia humana: ciencia, matemáticas, diseño, ingeniería, relaciones sociales, llevar un negocio… Cualquier cosa que conlleve utilizar la inteligencia es un trabajo creativo en potencia. Para mí, hay tres palabras: imaginación, creatividad e innovación. La imaginación es el comienzo, es la habilidad de pensar en cosas que no están presentes. Así que, como vemos, los seres humanos parecen tenerla en mucha más abundancia que cualquier otra criatura. Porque con la imaginación no estás limitado al aquí y al ahora. Puedes anticiparte, reflexionar, verlo desde fuera, especular, conjeturar, hacer suposiciones.


53:26
Ken Robinson. La creatividad es un paso más allá, es poner a trabajar la imaginación. Es aplicar la imaginación. Y la diferencia es que puedes pasarte el día imaginando, pero para ser creativo tienes que hacer algo. Es el proceso práctico de crear algo. Y puede ser una teoría matemática, o puede ser… Cualquier cosa dentro de los límites de la invención e ingenio humanos. Así que la definimos del siguiente modo: La creatividad es el proceso de tener ideas originales que tienen valor. El proceso es importante porque, a menudo, es un proceso, no un suceso. Seguro que vosotros lo sabéis. Un músico, cuando está componiendo, normalmente no… Le pasó a Mozart unas cuantas veces, pero es raro que todo le salga tal cual, sin cambios.A menudo, los procesos creativos consisten en hacer borradores constantemente. Y a menudo acabas con algo que no tiene nada que ver a como era al principio. El producto final no es siempre lo que querías. Así que es un proceso. Tiene que ser original. No tiene por qué ser original para todo el mundo, pero tiene que ser algo nuevo para ti. Si te fijas en dibujos de niños de cinco años, son originales en el sentido en que ellos nunca han hecho nada parecido antes. Están rebasando sus límites. Pero no puedes comparar los dibujos de niños de cinco años con el techo de la Capilla Sixtina, ¿vale? No sería justo, ¿verdad? Arrastrar un niño hasta Roma, señalar al techo y decirle: “Se hace así. No me hagas perder el tiempo”. Y tiene que tener valor. El proceso creativo requiere juicio crítico constante. Así que nos propusimos investigar cómo encajar eso en las diferentes áreas del plan de estudios y lo que significaba para la enseñanza y el aprendizaje, para la pedagogía. Se tiene el concepto erróneo de que es una cosa del arte. Y no es verdad, es para todo. Otro concepto erróneo es que es para gente especial. Y no lo es. Todo el mundo tiene capacidades creativas. Y el tercer concepto erróneo es que no puede mejorarse, seas creativo o no. Eso no es cierto. Puedes ayudar a la gente a ser más creativa comprendiendo cómo funciona y adquiriendo las destrezas para hacerlo mejor.

56:43
María Luisa. Hola, mi nombre es María Luisa. Es un honor. Soy madre de una niña de nueve años y me pregunto: si un día mi hija me dice que quiere dejar de estudiar, ¿cómo lo enfoco? ¿Qué le diría usted?

“El proceso del arte y la ciencia es muy similar, solo varía el producto final.”

Ken Robinson. Tendría que conocer a tu hija para responder a esa pregunta. Nosotros tenemos dos hijos. Ya no tienen nueve años. Nuestra hija tiene veintinueve y nuestro hijo treinta y cuatro. Pero tuvimos que criarlos y, como todos los padres, especialmente con el primero, no era para nada lo que nos esperábamos. Es un proceso constante de improvisación, de ensayo y error. Hay que alcanzar un equilibrio, ¿verdad? Entre dejar espacio para el desarrollo de tus hijos… ¿Tienes una o más de una?
María Luisa. Solo una.

57:51
Ken Robinson. Hay que dejarles espacio para crecer y desarrollarse como las personas singulares que son. Y cualquiera que dude que cada niño es diferente, es que no tiene hijos. La idea de que los niños nacen como una hoja de papel en blanco es una chorrada. Las personalidades de niños empiezan a expresarse desde el momento de su nacimiento.

Nuestros dos hijos se quieren, se parecen en muchos sentidos, comparten los mismos genes, se criaron en la misma casa.En muchos sentidos se parecen… Pero en otros muchos no podrían ser más distintos. Yo soy uno de siete hermanos y todos somos distintos. Nos parecemos en algunas cosas, pero somos totalmente diferentes en otras. Así que tendrías que conocer a tu hija y saber por qué quiere dejarlo. ¿Quiere dejar la escuela o esa escuela? Otra forma de enfocar esto como padre es que parte de nuestro papel, en mi opinión, aquí hay mucha controversia al respecto, no es proporcionarles libertad, sino establecer límites. Y también reconocer que, en cierto modo, tú sabes más que ellos sobre algunas cosas.Y a veces hay una tendencia, me parece a mí… No digo que este sea tu caso, pero sé de cuando vivíamos en Los Ángeles que los padres pueden volverse demasiado indulgentes con sus hijos. Y se creen que todo lo que dicen tiene que ir a misa, en plan: “Nosotros no sabemos nada. Ellos tienen tres años y saben mucho más que nosotros”. Pues la verdad es que no, no lo saben todo.Y parte del deber como padres es intentar discernir qué es lo que más les conviene. Eso no quiere decir que vayas a tener siempre razón. Pero tienes que encontrar el equilibrio correcto. Y esa es una de las grandes responsabilidades y uno de los grandes desafíos de ser un buen padre. No hay que intentar ser siempre su amigo y hacer lo que ellos dicen que les gustaría hacer. Yo lo sé. Ahora pienso en mis padres, y yo no me habría centrado en mi educación si no hubiera sido por la presión que ejercieron sobre mí. Yo no quería hacerlo.

59:53
Ken Robinson. Yo iba a la escuela… A pesar de todo lo que he dicho, estamos hablando de Liverpool en los años sesenta. Los Beatles (Bítels) estaban tocando al final de la calle. No me apetecía meterme en casa a estudiar latín. Un hermano de John y mío, Ian (Ían), está en una banda de rock. Él estaba ensayando y yo estaba en la habitación contigua haciendo los deberes de latín. Es lo último que me apetecía hacer. Pero resultó que al final… Los padres también… Otra cosa que tienen que hacer los padres es intentar tener una visión más amplia de la que se le puede pedir a un niño.Porque tienes la ventaja de haber vivido y visto más cosas, y saber que puede haber beneficios no inmediatos que para ellos pueden no ser obvios cuando son jóvenes. No significa que les tengas que agobiar, pero es parte de ser padre. Este año he publicado un libro. Se llama Tú, tu hijo y la escuela. Trata justamente de esto y de cómo los padres manejan la educación de un hijo. Por cierto, este libro es estupendo. Ahí lo dejo. Deberíais comprarlo. Ahora mismo.No, pero trata sobre eso, sobre diferentes estilos de paternidad. Así que esa pregunta… No podría responder a la pregunta. Pero, en general, yo diría que hay situaciones en las que los niños puede que sepan qué es lo mejor para ellos, y a veces eso es así. Y otras veces que no lo saben. Es parte de la madurez emocional. Con el tiempo, bajo las circunstancias adecuadas, nuestro impulso emocional no es equilibrarnos a partir de nuestra cuidada planificación y control. Y a veces las cosas que los niños quieren no les convienen. Por cierto, una de las áreas de la educación que más me interesa, hablo un poco de ello en este nuevo libro, son las escuelas democráticas. Así como escuelas alternativas como Summer Hill (Sámer Jil). Bueno, y un montón más. Son escuelas en las que los niños pequeños juegan un papel central y activo en la gestión de la escuela.
“La creatividad es el proceso de tener ideas originales que dan valor.”

1:03:02
Ken Robinson. En las que trabajan juntos para tomar decisiones. En algunas escuelas democráticas no deciden solo sobre las normas, sino sobre la contratación y el despido del personal. Están involucrados de una forma central y ejecutiva en la gestión de la escuela. Y de lo que te das cuenta si implicas a los niños de una forma seria, si les das un poder real en la escuela, en vez de un poder de mentira y una voz de mentira, desde una edad muy temprana ejercen un juicio colectivo tremendamente sensible. Veréis, yo he visitado estas escuelas. Hay un libro magnífico de mi amigo Jerry Mintz que trata sobre las escuelas democráticas. Hay toda una red de escuelas en Israel dirigidas o financiadas por un hombre magnífico llamado Jacob Hecht y su esposa Shirley.Y estas escuelas no dejan de demostrar que los niños son capaces de emitir juicios y evaluaciones muy sensibles y profundas, si saben que tienen una responsabilidad y que de ellos depende hacer lo correcto. Pero lo que pasa entonces es que… Y desde una edad muy temprana… Que ese tipo de toma decisiones colectiva, los controles y equilibrios colectivos, los argumentos a favor y en contra que se generan, son un proceso diferente del que puede conseguir un niño irritado y frustrado por sus circunstancias y que quiere salir de ahí. Todo forma parte de la complejidad de la infancia. Así que el hecho de que jugar un papel como padre no significa que haya que decirles siempre a los niños qué es lo que tienen que hacer y que no se les dé más responsabilidad. Si no conocéis las escuelas democráticas, algunos de vosotros seguro que sí, pero a lo mejor otros no, os recomiendo que las investiguéis, porque yo creo que son el futuro.

1:03:54
Francisco Mora. Mister Robinson, mi nombre es Francisco Mora. Medicina Complutense aquí en Madrid. Empezamos a conocer el papel importante de la emoción en los procesos cognitivos del cerebro. Mi pregunta es: ¿Qué reflexión le merece el valor de la emoción sobre el aprendizaje y la memoria en los estudiantes y en la enseñanza en los profesores? Muchas gracias, es un placer tenerle aquí con nosotros.

1:04:37
Ken Robinson. Gracias. Uno de los problemas, en mi opinión, de nuestro sistema educativo, en rasgos generales, es que desde el siglo dieciocho, en el pensamiento occidental, hemos permitido que se abriera una brecha entre intelecto y emoción. Consideramos que ambas cosas no están relacionadas, y que el intelecto, la inteligencia tiene que ver con la razón, la lógica y el juicio basado en evidencias. Y que los sentimientos y emociones son, de algún modo, perjudiciales y hay que contenerlos.Por eso desde el nacimiento de la psiquiatría a finales del siglo diecinueve, casi todo el esfuerzo y los libros que se han escrito se han centrado en los aspectos negativos de la emoción. Estamos hablando de trastornos emocionales, enfermedades emocionales, psicosis, de gente distraída o torturada por sus sentimientos. No quiero decir que no haya emociones negativas. Está claro que las hay.Pero hay que contraponerlas al gran espectro de emociones positivas que guían a la humanidad, la colaboración y el progreso. El amor, la compasión, la alegría, el placer, el entusiasmo y la euforia, la expectativa… Estas no son ajenas a la experiencia humana, son lo que nos impulsa en determinadas direcciones. Y hay una íntima relación entre lo que pensamos, nuestros procesos intelectuales, y los sentimientos subyacentes que los guían. Por ejemplo, si se observa lo que sucede en la mayoría de nuestros sistemas políticos, personas con probadas capacidades intelectuales defienden puntos de vista completamente diferentes en asuntos que uno pensaría que, si solo estuvieran impulsados por la razón, se pondrían de acuerdo.Pero cuando profundizas, resulta que sus discusiones están guiadas por el sentimiento, el cual están racionalizando. Se puede ver en las elecciones americanas recientemente, por ejemplo. Cualquier evaluación razonable de lo que ha estado teniendo lugar demostraría que los argumentos no se sostienen sobre ninguna base ni evidencia. Pero son esgrimidos por personas razonables desde una posición emocional.

1:07:20
Ken Robinson. En temas como raza, género, inmigración y demás. No exclusivamente, pero es muy común en estos temas. Y creo que es muy importante que intentemos reconectar la idea de sentimiento y conocimiento. Por varias razones. Una es que los sentimientos son una forma de cognición. No son ajenos a la cognición. Es decir, por ejemplo… Nuestros sentimientos surgen como evaluaciones de nuestras relaciones con las cosas.Si yo os dijera que alguien ha muerto, tal vez alguien que conocíais, yo no podría, de primeras, saber cuáles serían vuestros sentimientos.Bueno, podría ser razonable pensar que si alguien que conoces muere, y no digo que os pasara a vosotros, hablo en general, estarás disgustado. Puede que no, puede que estés encantado, puedes que estés emocionadísimo. Todo depende de la relación que tuvierais. Si te caía bien, si no te caía bien, la influencia que haya tenido en tu vida, lo que hayáis vivido juntos… No se puede saber. Nuestros sentimientos son apreciaciones, son evaluaciones de lo que está pasando. Y se ven afectados por lo que sabemos de la situación y por lo que pensamos sobre ella. Por ejemplo, el racismo, en sus distintas formas, tiene su origen en unas percepciones determinadas sobre otros grupos culturales. Lo que opines de sus prácticas, a veces nuestro miedo a lo diferente. A veces puede ser verdad y otras veces no. Yo estuve mucho tiempo trabajando en Irlanda del Norte en el proceso de paz. Había gente de diferentes comunidades religiosas que, en todos los demás aspectos eran iguales: se habían criado en el mismo pueblo, tenían un acervo cultural similar… Si mirabas a la gente que había en la sala, todos parecían ser exactamente iguales.

“Cuanto antes podamos reparar el puente entre la Ilustración y el Romanticismo, antes tendremos un sentido mucho más holístico de nuestro futuro como especie.”


1:09:23
Ken Robinson. Pero había una brecha entre ellos que, en algunos casos, desembocaba en asesinatos. Todo por su percepción de las ideas y valores de los demás. El proceso de paz consistía en… Nosotros medíamos cómo se veía la gente, lo que pensaban que eran y el valor que tenían. La manera de abordar el cambio emocional, a menudo, es trabajar con la cognición de las personas sobre una situación. Pero no sirve de nada arrinconar los sentimientos como si no tuvieran importancia. Obviamente la tienen. La buena noticia es que ha habido un movimiento muy fuerte en los últimos años, la llamada “psicología positiva”, los aspectos positivos del sentir, de reconocer que son una parte central de la experiencia humana. Una manera que uso mucho para demostrar cómo estas cosas están conectadas es desafiar los estereotipos que tiene la gente sobre las artes y las ciencias.En las escuelas, por ejemplo, a menudo se piensa que la ciencia es la parte rigurosa e intelectual del aprendizaje. Y que las artes es donde la gente da rienda suelta a su creatividad. Y que ahí es donde pueden expresar algo, expresar sus sentimientos. Durante un tiempo hemos vivido con esa idea. Siempre se ha dicho que la ciencia es cosa del intelecto y que el arte es cosa del sentimiento.Es como si pudieras centrarte en el intelecto hasta la hora de comer y por la tarde centrarte en los sentimientos. Pero el hecho es que la ciencia es altamente disciplinada, más o menos. La investigación científica, el método científico se supone que está basado en la razón y las evidencias. Pero los científicos son personas altamente apasionadas, guiadas por la intuición. Michael Polanyi, en su libro “Personal knowledge”, hablaba muy inteligentemente sobre esto hace años. Hablaba de las pasiones intelectuales de la ciencia. A las personas las guía el placer por lo que hacen.

1:11:11
Ken Robinson. Fijaos en los estallidos que se producen en las salas de control de los programas espaciales cuando consiguen su objetivo y sale a relucir toda la emoción. Eso es lo que los guía. Y lo que intentan es que sus sentimientos no nublen lo que están haciendo, pero a menudo pueden hacerlo. Los sentimientos negativos pueden interponerse. Pero el impulso de descubrir, el impulso de la curiosidad, de la emoción y la pasión que guían al proceso científico, son fundamentales para el éxito. Y a su vez, no son investigadores sin escrúpulos que van de un experimento a otro hasta llegar a una conclusión. A menudo, y Polanyi habla sobre esto, un científico tendrá una corazonada, que acaba convirtiéndose en una hipótesis sobre lo que van a empezar a investigar. Y entonces utilizan el método científico para ver si es correcta o no. Y a veces es como un momento eureka, es un momento… Es como cruzar una brecha heurística en la que puedes ver la solución, pero tienes que encontrar la manera de corroborarlo. A su vez, trabajar en las artes es profundamente disciplinado y objetivo. Bueno, vosotros lo sabéis, fijaos en la cantidad de horas de estudio, de práctica, de disciplina que cualquiera tiene que dedicar para dominar un instrumento musical. Fijaos… Yo, por ejemplo, he trabajado mucho tiempo con bailarines. Soy miembro de la junta del Royal Ballet (Róyal Bálet), soy mecenas de la Escuela de Danza Contemporánea de Londres. Y si vierais el rigor, la objetividad y la precisión matemática que impulsa el trabajo de las artes escénicas… Son representaciones exageradas. Esto no quiere decir que todo sea lo mismo, obviamente no lo es. Pero el proceso del arte y la ciencia es muy similar, solo varía el producto final.Y yo creo que cuanto antes podamos desechar esta idea de que los sentimientos son malos, de que la ciencia siempre tiene razón, de que son procesos solo rigurosos y lógicos, que los otros son creativos, que uno está todo sentimiento y el otro carece de él… Cuanto antes podamos desechar eso y reparar ese puente entre la Ilustración y el Romanticismo, antes tendremos un sentido mucho más holístico de nuestro futuro como especie.

Francisco Mora. Gracias.
1:13:08
Eva Millet. Hola, señor Robinson. Mi nombre es Eva. Soy periodista, escritora y también tengo dos hijos. Le quería preguntar: Además de la creatividad, ¿qué habilidades necesitan nuestros jóvenes, nuestros niños, para el futuro que viene? ¿Cuáles serían para usted las tres habilidades clave para nuestros hijos?

1:13:59
Eva Millet. Se habla mucho sobre destrezas del siglo veintiuno. La cuestión es que algunos de los desafíos a los que nos enfrentamos ahora, sin duda, son exclusivos de nuestros tiempos. Ninguna generación en toda la historia ha crecido en una cultura digital como la que está viviendo esta generación. En fin, la gente de mi generación nos adaptamos al mundo digital. Empezamos viviendo en un mundo analógico de televisión y libros. Y la cultura digital lo ha cambiado todo, de eso no hay duda.O ha afectado a todo, debería decir. Cuando di la charla en TED en dos mil seis, recuerdo decir: “Nadie sabe cómo será el mundo dentro de cinco años”. Bueno, no hace falta ser vidente para decir eso. Pero es curioso que el smartphone, más concretamente el iPhone, no había salido aún, no salió hasta el año dos mil siete.Y cuando piensas en el impacto que el iPhone y similares han tenido en poco más de diez años sobre el trabajo, la socialización, los hábitos mentales, las relaciones… era imposible de imaginar. Ni siquiera la gente de Apple sabía, en dos mil siete, lo que iban a provocar. Sé que no, porque los conozco. Pero todo eso seguramente quede eclipsado por lo que está a punto de llegar con la inteligencia artificial en sus diversas formas. Eso parece, al menos. Así que hay cosas que tenemos que aprender ahora que son nuevas. Pero hay otras cosas que tenemos que aprender, que son las mismas que siempre hemos tenido que aprender: antiguos principios y prácticas que son comunes a toda la humanidad. Lo que sí parece probable es que la velocidad de los cambios sigue acelerando, y serán tan impredecibles como hasta ahora, si no más. Y el impacto de la inteligencia artificial afectará a todo tipo de trabajos que anteriormente creíamos que solo los seres humanos podían acometer: en el sector servicios, en derecho, en medicina, en profesiones asistenciales… En fin, muchas de esas cosas seguro que cambiarán, si es que no acaban desapareciendo. Digo que es impredecible porque todas estas cosas lo son. Es decir, las nuevas tecnologías generan todo tipo de efectos secundarios, y a menudo generan trabajos que nadie pensaba que podrían existir.

Así que es muy difícil decir cómo evolucionarán las cosas, pero yo creo que podemos afirmar que en el futuro deberíamos concentrarnos mucho más en: ¿Qué capacidades son características de los humanos? ¿Qué tenemos los seres humanos que debemos cultivar? Desde la época de la Revolución Industrial nos hemos estado concentrando en que la gente haga cosas que las máquinas pueden hacer perfectamente ahora. De hecho, deshumanizamos a la gente para encajarlos dentro de las economías industriales, y creo que ahora debemos rehumanizarnos de nuevo a través de la educación.

“Elegiría la creatividad, la compasión y la colaboración como destrezas para el siglo XXI”

1:17:15
Ken Robinson. Pero si dudáis de mí, sé que no es el caso, pero es interesante volviendo a la cuestión de los sentimientos y las emociones, según la Organización Mundial de la Salud, la segunda causa de enfermedad de los seres humanos en dos mil veinte, y de mortalidad, será la depresión. La depresión. Estamos en una época en la que el mundo es más próspero que nunca. Sé que la brecha también ha aumentado, pero si pienso en las vidas que llevamos ahora, en comparación con las que vivían hace cien años, estamos viviendo en un mundo de fantasía y abundancia en comparación. Mis padres, cuando eran pequeños, no podrían ni haber soñado los lujos que ahora damos por sentados. Pero no hemos recogido los frutos en cuanto a bienestar, desarrollo espiritual o satisfacción. La gente está tan deprimida, enfadada y agresiva como lo ha estado siempre. Ahora estamos viendo en Europa y en Estados Unidos el surgimiento de un movimiento populista en el que la gente vuelve a lanzarse contra los demás, y ya sabemos cómo acabó eso la última vez. Y el hecho, en mi opinión, es que nos estamos desarrollando más rápido tecnológicamente que espiritualmente. Las tecnologías están sobrepasando nuestra capacidad de asumirlas. Aquí la educación tiene un papel que jugar, pienso yo, para anclarnos al suelo, en cierto modo. En mi libro dirigido a los padres, así como en mi libro Escuelas creativas, trato el tema de las competencias que deberíamos desarrollar. “Competencias” es una palabra que se usa mucho últimamente. Significa un conjunto de capacidades prácticas. Yo escribí ocho en el libro, es que me dejé llevar. Pero si tuviera que escoger las más importantes, yo creo que la creatividad es importante, por las razones que ya he dicho. Los niños tienen unas capacidades naturales tremendas, pero tienen que cultivarlas, tienen que cultivarlas para que no se cierren las puertas de su futuro, para que puedan utilizar esas capacidades para forjarse una vida que tenga sentido para ellos.

1:19:27
Ken Robinson. Pero, colectivamente, también necesitamos usar todo nuestro potencial. Tenemos grandes problemas que resolver local y globalmente. Y debemos ser capaces de pensar con rapidez y adaptarnos a ellos. La compasión por ejemplo es un conjunto de capacidades. No es solo tener buenos sentimientos hacia la gente.Hay una diferencia entre empatía y compasión. La empatía es importante. Pero ya sabéis cómo va esto. Desde hace mucho se habla de ello, si te enteras que un niño… De hecho, salió una noticia en Inglaterra, un suceso muy trágico: una madre y una hija, una niña de ocho años, iban dando un paseo por la playa al sur de Inglaterra, y una ola vino y las arrastró. Una ola de dos metros y medio. Y cuando la madre volvió en sí, su hija había desaparecido.Luego la encontraron, pero murió. Y, como padre, es difícil pensar en ello y que no te afecte. A todos nos afectaría. Pero luego vemos en las noticias que han muerto dos mil personas en un tsunami al otro lado del mundo. Sale en las noticias y no nos afecta tanto. Es un fenómeno que nos pasa a todos. Nuestra compasión tiene un alcance limitado. Alguien dijo una vez: “Un muerto es una tragedia, tres mil son una estadística”.Y para la gente es muy difícil sobrepasar cierto límite de empatía emocional. Pero sentirnos mal por algo o sentirnos bien no es suficiente, debe ser algo activo. Yo creo que la compasión es la parte práctica de la empatía. Es practicar la empatía. Y ahora hay muchas presiones que están impidiendo que las personas sientan ese tipo de cosas hacia otras personas en un momento en el que es necesario. Las redes sociales, por ejemplo, están teniendo un efecto tóxico, en mi opinión, sobre el desarrollo emocional de los niños. ¿No os parece?

1:21:25
Eva Millet. ¿Cuál es el impacto de Internet, de las redes sociales, del móvil, en la creatividad? Yo creo que eso es, bueno… Eso sí que la mata a la creatividad. ¿No lo cree usted?

1:21:38
Ken Robinson. Sí. Puede matarla, en cierto sentido. Yo siempre pienso que lo de “redes sociales” está mal dicho, es un nombre irónico. Porque no son para nada sociales. Son antisociales. Y hay muchas pruebas que demuestran que los niños se sienten ansiosos y torpes en entornos normales debido a toda la dinámica de las redes sociales. Es muy extraño. Así que la compasión… La colaboración es un importante conjunto de destrezas prácticas que la gente debe aprender. Me centro en las destrezas más que en el conocimiento teórico que deben adquirir. Porque la educación debería ser mucho más que sentarse en pupitres y estudiar proposiciones. Los filósofos harían una distinción, una que me parece importante, entre el “saber que”, el “saber cómo” y el “saber esto”. El “saber que” es lo que solemos enseñar en las escuelas. Es lo que los filósofos consideran conocimiento proposicional: “esto-es-así”. Es decir, fechas históricas, acontecimientos, circunstancias, la tabla periódica… Cosas fácilmente verificables como ciertas, o que son así independientemente de que una persona lo sepa.

Pero también ideas teóricas, así como información objetiva. Saber que es así. No significa que sea verdad, pero es un tipo de conocimiento. Y los planes de estudios están llenos de eso. Y eso es importante, pero no lo es todo. También tenemos que “saber cómo” hacer las cosas. No es lo mismo saber analizar un cuadro en Historia del Arte que pintar un cuadro. No es lo mismo saber analizar música que producirla. No es lo mismo saber subirnos a un coche que saber desmontar el motor. El mundo depende del conocimiento práctico. El conocimiento de cómo producir cosas y hacer que ocurran. A las escuelas eso no se les da muy bien. Especialmente debido al énfasis que ponemos en llegar a la universidad. Tendemos a recortar la formación profesional de las escuelas, la consideramos de segunda categoría.
“Nos estamos desarrollando más rápido tecnológicamente que espiritualmente. La educación tiene que anclarnos al suelo.”

1:23:48
Ken Robinson. Así que, si te sacas una carrera en la universidad se te considera muy inteligente. Pero si eliges la formación profesional, serás percibido como menos inteligente que los que han ido a la universidad. Y el mundo depende de gente que puede hacer cosas. Y luego está el “saber esto”, que es en lo que se basa la empatía. Como ser humano, ¿qué es esto? Las artes trabajan mucho con este tipo de saber. No exclusivamente, pero también. Esta es la naturaleza de la experiencia y lo que significa, esta es nuestra experiencia de esto. Yo diría que la creatividad, la compasión, y la tercera sería la colaboración. El motivo por el que digo “colaboración” es porque las escuelas enfatizan la competición. Y la competición tiene su papel, pero nuestras comunidades, nuestras ciudades, nuestras familias, nuestros vecinos, dependen de que la gente colabore. Una gran ciudad como Madrid, vuelvo a lo que estábamos diciendo antes, es un sistema altamente complejo y cambiante. Cada vez que me subo a un avión, me acuerdo de la colaboración. Es decir, fijaos en todo lo que es necesario para construir ese avión, en primer lugar… Para despegar. No me refiero a las leyes de la física, sino a la coordinación masiva de actividades, horarios… para asegurarse de que la tripulación sube al avión, que no choca contra otros aviones durante el despegue, que ocupa su lugar en el espacio aéreo, el aterrizaje, la comida… En fin, llevamos a cabo todas estas cosas… y luego nos enfadamos si nuestra maleta tarda en salir. El milagro es que haya llegado. Los seres humanos son criaturas altamente colaborativas. Pero eso no lo enseñamos en las escuelas, lo que enseñamos es a competir. Y no es una idea abstracta, necesitamos más trabajo práctico en equipo en las escuelas que sirva para que la gente practique el trabajar juntos y aprender unos de otros. Así que, si tuviera que elegir tres, serían esos.

1:25:48
Alicia Banderas. Hola, señor Robinson, un placer. Mi nombre es Alicia Banderas, soy psicóloga y madre. Y me preocupa la excesiva sobreestimulación a la que estamos sometiendo ahora a nuestros niños y niñas para que quizás sean más inteligentes. Me gustaría saber si cree usted que cada vez más las personas son o somos más inteligentes, como dice el efecto Flynn, que cada generación, digamos que aumenta su cociente intelectual.

1:26:18
Ken Robinson. Tengo mis reparos respecto al cociente intelectual. El cociente intelectual tiene un origen curioso. Como psicóloga, tú lo sabes. Pero para quien no lo sepa, los orígenes del cociente intelectual se remontan a finales del siglo diecinueve. Fue un primo de Charles Darwin (Charls Dárgüin) quien se interesó originalmente en las investigaciones que darían lugar al test de inteligencia. Le interesaba la idea de la selección natural en el mundo animal. Y se preguntaba… -No hablamos de Charles Darwin, sino de su primo. – Se preguntaba si algo parecido ocurría en el mundo humano. Observó, por ejemplo, que el mundo humano estaba compuesto de personas muy exitosas y de personas menos exitosas, de ricos y pobres. Y se preguntaba si esto era debido a una predisposición genética.Yo creo que él obvió el hecho de que los ricos podían permitirse una educación y perpetuar así sus circunstancias de una forma que los pobres no podían. Pero el caso es que empezó a desarrollar estos test. Al final los elaboraría, en cierto modo, un psicólogo francés… No me acuerdo de su nombre ahora. Trabajaba en París, a principios del siglo veinte, con niños con necesidades especiales. Y, básicamente, eran una serie de preguntas para obtener una medida más o menos objetiva de la capacidad y el desarrollo intelectuales. El problema es que los test de inteligencia son bastante limitados. Son pruebas que miden cierto tipo de razonamiento deductivo, cierto tipo de razonamiento lógico. Pero los test de inteligencia, normalmente, no abarcan todo lo que se utiliza en las artes, por ejemplo. No prestan mucha atención a las cosas que asociamos con la creatividad. Pero coincidieron con el auge de la educación masiva, y se convirtieron en herramientas útiles para clasificar a las personas en distintas categorías en las escuelas. Además, en Estados Unidos, coincidió con el auge del ejército. Necesitaban seleccionar gente para el ejército.


“El juego es vital para el crecimiento y el desarrollo de los niños. Es importante socialmente, cognitivamente, emocionalmente y físicamente”

1:28:44
Ken Robinson. Así que tienen una curiosa historia económica y sociológica. Pero tendemos a pensar… O la gente tiende a pensar, creo que equivocadamente, que los test de inteligencia ofrecen algún tipo de medida objetiva, fiable y absoluta de lo lista que es la gente. Así que la gente dice: “Tengo un cociente intelectual de tanto”. Como si eso, de nuevo, te dijera todo lo que necesitas saber sobre él. Yo siempre he sido escéptico al respecto. Conozco a mucha gente muy lista a la que no se le da especialmente bien los tests de inteligencia. Tampoco se les dan bien los crucigramas. A la gente se le pueden dar bien muchas cosas y mal otras. Yo conozco a poetas brillantes que tienen dislexia, que les cuesta escribir, pero que tienen un don maravilloso para las palabras. Conozco a músicos brillantes que no saben leer partituras. La inteligencia humana es mucho más rica. ¿Verdad? Es compleja y tiene unos matices que no pueden captarse con una simple prueba de veinte minutos, da igual cuántos números genere. Y un ejemplo curioso es lo de que los resultados de los test de inteligencia van mejorando año a año. Bueno, yo no soy psicólogo, seguramente tendrías que ayudarnos a comprender por qué parece ocurrir esto. Pero los test de inteligencia han jugado un papel en la historia. Por ejemplo, cuando la gente llegaba a la isla de Ellis (Élis), en Estados Unidos, durante la guerra, en la primera parte del siglo veinte, se les daba un test de inteligencia. En época de guerra. Y se les asignaba un destino en el ejército de Estados Unidos. Algunos llegaban a la isla de Ellis, inmigrantes, y se les enviaba directamente al ejército. Ni siquiera llegaban a su destino. Se les daban estos test de inteligencia… Hace tiempo escribí sobre esto en un libro titulado “Out of our minds: the power of being creative”.

1:30:34
Ken Robinson. Lo que me llamaba la atención de esto era que, si sacabas más de cierta nota en el test de inteligencia, te enviaban a la escuela de oficiales del ejército estadounidense. Y si sacabas menos de cierta nota, te mandaban a infantería. Bueno, todos sabemos lo que le pasaba a la mayoría de soldados de infantería durante la Primera Guerra Mundial, por ejemplo. En el documento de evaluación había una categoría para el test de inteligencia militar. Si al recibir el resultado, estabas por debajo de cierto nivel… Era escalofriante, ponía: “De escaso valor militar”. “De escaso valor militar”. Ya sabías lo que significaba eso. Que no eras más que carne de ametralladora. Así que el test de inteligencia se convirtió, literalmente, en cuestión de vida o muerte para algunas personas. En Estados Unidos… Digo Estados Unidos porque allí están muy obsesionados con el cociente intelectual.

En Estados Unidos, si puntúas por debajo de cierto nivel en el test de inteligencia, no eres responsable de tus crímenes. Así que, si cometes un asesinato, en algunos estados no puedes ser ejecutado si tu cociente intelectual es muy bajo. Porque consideran que no eres bastante competente para ser responsable de tus actos. Bueno, pues ha habido varios casos, que cito en el libro, de presos… Hubo uno en especial, que fue condenado a cadena perpetua porque no era lo bastante listo para ser ejecutado. Así que se apuntó a programas educativos en la prisión. Y en el transcurso de diez años, su cociente intelectual aumentó. Hasta que, al final, sobrepasó el umbral y ya era lo suficientemente listo como para ser electrocutado. No era tan listo como creían, en retrospectiva, me parece a mí. Hubo un gran debate sobre este tema. ¿Qué significa esto? Significa que podemos proseguir con la ejecución porque ahora ya es apto. Como decía, es una cuestión de vida o muerte. Pero si la inteligencia fuera algo inamovible, como creen o creían algunas personas, entonces tu cociente intelectual es como tu grupo sanguíneo. Te dice lo listo que eres. Si fuera así, entonces no podría mejorar con el tiempo. No debería mejorar de generación en generación, ¿verdad? A menos que hubiera algo en el agua que contribuyera a ello.

1:33:04
Ken Robinson. Todo esto apunta a que en todo esto influyen las prácticas y prejuicios culturales, y las pruebas de la adaptabilidad y el potencial de crecimiento de las mentes humanas cuando se ejercitan y desarrollan adecuadamente. No sé lo suficiente para saber por qué la gente cree que, en el mundo de los test de inteligencia, el efecto Flynn continúa. Pero sé que continúa. Y mi respuesta es: ¿Podemos reconsiderarlo? Lo que a mí me ha interesado siempre no es que las personas saquen mejor nota en los test de inteligencia, sino que la gente tenga una concepción mucho más rica de la inteligencia.Porque si acabas con una visión limitada de la inteligencia, como decía antes, acabas con una gran visión de la discapacidad. Y conozco a todo tipo de personas cuyas vidas se han complicado por creer que no son suficientemente inteligentes porque eso es lo que les dijeron en la escuela, o quizá porque no daban la talla en comparación al concepto estándar de inteligencia que tiene la gente. Y fuera de la educación, hay todo tipo de indicios que apuntan a que la inteligencia es algo mucho más rico. Fue Francis Binet quien desarrolló estos test. Francis Binet desarrolló los test, y el primo de Charles Darwin era Sir Francis Galton. Él fue quien desarrolló estos test en Francia con la intención de ayudar a los niños con necesidades especiales. Quería medir el crecimiento y el desarrollo de los niños. El problema llegó cuando se convirtieron en un sistema masivo de clasificación y filtrado. Yo creo que, en cierto modo, está muy claro que aquí hay un escalón evolutivo. Somos mejores en las cosas que practicamos más. Eso puede ser parte del motivo. ¿Qué piensas tú, por cierto?

1:34:55
Alicia Banderas. Sobre todo, asociado al afán o a la obsesión que tenemos de estimular a nuestros hijos para que adquieran mejores habilidades, destrezas… Les exponemos a pantallas muy temprano para conseguir que sean brillantes… Todos esos esfuerzos que estamos haciendo para medir luego una inteligencia cognitiva, o incluso también les exponemos a aprendizajes mucho más complejos para los que, por edad, sus cerebros no están preparados. Entonces, me preocupa más este hecho de utilizar y medir la inteligencia para que tengamos ese objetivo de que nuestros hijos sean inteligentes, en vez de que sea personas con satisfacciones en la vida, o que haya, como ha dicho usted antes, otro tipo de capacidades como la creatividad, la colaboración, la empatía, el sentimiento de elevación… Es decir, cosas que quizá son mejores para la inteligencia emocional que este afán para que los niños sepan más cosas, o se les pongan tareas para que adquieran mejores conocimientos.

1:35:58
Ken Robinson. Sí. Estoy de acuerdo. Lo siento, no he respondido a la segunda parte de tu pregunta. He hablado solo del cociente intelectual porque me he emocionado. Pero en términos generales, sí creo que es cierto que… Bueno, en primer lugar, obviamente, haces mejor algo si lo practicas de forma adecuada. Y los niños tienen todo tipo de capacidades que a menudo descuidamos. Pero otra cosa interesante es… También creo que algunos padres han caído en la trampa de ejercer demasiada presión sobre sus hijos para que sean buenos en todo lo que hacen, y que abarquen demasiado. Y volvemos a lo que estábamos diciendo antes. Los padres deben alcanzar un equilibrio y ser juiciosos. Por ejemplo… ¿Os puedo hacer una pregunta? De niños, ¿cuánto tiempo pasabais jugando fuera? Solo jugando. Mucho, mucho. Igual que yo. Yo crecí en Liverpool, en los años cincuenta, y cuando volvíamos a casa de la escuela salíamos a la calle a jugar.O al parque del barrio. Durante horas y horas. No nos apetecía ir a casa, la verdad. Solo íbamos a casa para comer. ¿Vale? Éramos como gatos. Si había comida, volvíamos a casa. Si no, íbamos donde estaba la comida. A casa de alguien. Los niños de hoy en día no juegan tanto de ese modo.

Yo presido una iniciativa internacional llamada Ensuciarse es Bueno.
Su objetivo es promover la importancia del juego infantil. Hemos preguntado a doce mil familias de todo el mundo, para una encuesta que acabamos de hacer, cuánto tiempo pasan los niños jugando en el exterior. Y… De media, y esto es así en casi todo el mundo, los niños pasan mucho menos tiempo en el exterior que nosotros. Normalmente menos de una hora. A menudo, no llega ni a la hora. A veces nada, no juegan en el exterior. Al mismo tiempo, las escuelas de muchas partes del mundo están reduciendo el tiempo de juego. Y las escuelas lo hacen porque están dirigidas a la competición y los exámenes. Y porque consideran que el juego no importa, supuestamente, o alguien lo considera así.

1:38:21
Ken Robinson. Los niños de hoy en día no juegan tanto de ese modo. Yo presido una iniciativa internacional llamada Ensuciarse es Bueno. Su objetivo es promover la importancia del juego infantil. Hemos preguntado a doce mil familias de todo el mundo, para una encuesta que acabamos de hacer, cuánto tiempo pasan los niños jugando en el exterior. Y… De media, y esto es así en casi todo el mundo, los niños pasan mucho menos tiempo en el exterior que nosotros. Normalmente menos de una hora. A menudo, no llega ni a la hora. A veces nada, no juegan en el exterior. Al mismo tiempo, las escuelas de muchas partes del mundo están reduciendo el tiempo de juego. Y las escuelas lo hacen porque están dirigidas a la competición y los exámenes. Y porque consideran que el juego no importa, supuestamente, o alguien lo considera así. Pues el motivo por el que estamos haciendo esta campaña es porque el juego no es una tontería. El juego es vital para el crecimiento y el desarrollo de los niños. Es importante socialmente, cognitivamente, emocionalmente y físicamente. Los niños siempre han jugado y es de vital importancia que jueguen, por todas esas razones. Pero una de las razones por las que pasan menos tiempo jugando es que los padres programan demasiadas actividades a sus hijos. Y cuando salen fuera, a menudo es una actividad en equipo supervisada por los padres. Están ahí sujetándoles la chaqueta y gritándoles desde la banda. Porque quieren que sus hijos sean más competitivos. Y por todas esas razones, creo que es muy importante que reconozcamos que la infancia es una etapa muy importante y que debemos permitir que los niños sean niños. Los niños de ahora, a una edad muy temprana, sufren depresión. Al igual que los adultos, sufren todo tipo de trastornos emocionales que son generados por el sistema. En las escuelas se están diagnosticando a los niños con problemas de atención. Y se les medica por ello. De hecho, solo con dejarles salir a jugar, muchos de estos problemas desaparecen.

“Es importante que nos demos cuenta de que aprender es algo social y cultural además de personal”

1:40:03
Ken Robinson. Eso es una parte. Yo creo que tenemos que relajarnos un poco con los niños. Por ejemplo, nosotros hemos hecho eso hasta cierto punto con nuestros hijos. Intentas darles todas las oportunidades posibles. Pero nunca sabes si va a haber consecuencias negativas si les obligas a hacer demasiadas cosas. Yo creo que deberíamos animarlos a pasar menos tiempo con los aparatos. Digo “animarlos”, pero creo que a veces deberíamos simplemente no permitirles usarlos. Parte del papel como padre, es decir: “¡Basta! ¡Apaga eso!”. Pero sí, por todas esas razones, creo que ese es el equilibrio que hay que alcanzar.

1:40:41
Ángela. Hola, señor Robinson. Mi nombre es Ángela, soy profesora de secundaria y trabajo como asesora en una editorial. En los libros, analiza las escuelas de hoy, las aulas de hoy, y las del pasado. Y me gustaría preguntarle cómo imagina que son las aulas en veinte o treinta años. ¿Qué le gustaría encontrar allí?

1:41:00
Ken Robinson. Vale. Bueno, antes de nada, he de decir que estoy a favor de las escuelas. Hay gente que no lo está. Hay todo un movimiento para acabar con las escuelas y la escolarización. Pero yo creo que las escuelas son muy importantes. Hay una cosa que digo en Tú, tu hijo y la escuela, ese libro maravilloso que os decía antes. Que acaban de publicar. Es genial. Ese. Digo que hay una diferencia entre el aprendizaje, la educación y la escuela. Es decir, a los niños les encanta aprender. Los seres humanos somos las criaturas más curiosas que jamás encontraremos. Acabamos de tener una nieta, tiene cinco meses.

Y como todos los bebés, tiene un enorme interés por lo que pasa a su alrededor. No hay quien la pare. Cada vez es más curiosa. Ese es el gran impulsor de nuestros logros. Los niños adoran aprender. A todos no les gusta la educación, y algunos lo pasan mal en la escuela. La diferencia es que la educación, como yo la concibo, es un programa de aprendizaje más formal. Es un programa más deliberado, en el que se asume que hay cosas que queremos que los niños aprendan y que no queremos dejar a la suerte, por razones culturales o de otro tipo. O si hay cosas que nos parecen muy difíciles para que ellos las averigüen por sí solos. Así que tenemos que ayudarles. Por esas y otras razones, tenemos sistemas formales de educación. Y hay quienes lo adoran y hay quienes no lo soportan. Muchos lo pasan mal en la escuela. Y la razón es, en mi opinión, que a veces se les exige aprender cosas que no les parecen interesantes o que no se les enseña de manera interesante.

1:42:53
Ken Robinson. Y a veces porque las escuelas no contribuyen a las condiciones naturales del aprendizaje. Por ejemplo, haciendo que estén sentados todo el día. Dividiendo el día en trozos iguales de tiempo. Poniendo delante a alguien que te habla. Obligándote a hacer cosas cuando estás cansado. Obligándote a hacer cosas con gente que no te resulta estimulante. Todo tipo de cosas. Y muchas veces estás pasando un momento emocional muy difícil pero aun así tienes que hacerlo. Y luego está la amenaza del examen, que si suspendes estás en problemas. En las escuelas y los sistemas educativos hay todo tipo de cosas que son contraproducentes para las ganas de aprender. No siempre, no tiene por qué, pero a menudo sí. Así que yo creo que es importante tener escuelas porque… Como decía antes, lo que aprendemos, lo aprendemos los unos de los otros. No vivimos aislados, es importante que nos demos cuenta de que aprender es algo social y cultural además de personal. Así, mi objetivo es ayudar a redefinir las escuelas. Y quitar de las escuelas las cosas que impiden que la gente quiera aprender. E introducir más cosas en las escuelas que hagan que la gente quiera aprender. No solo por su cuenta, sino los unos de los otros. Así que, si te paras a pensarlo, si vuelves al concepto básico de escuela… Hoy en día, solemos considerar a las escuelas como una especie de instituciones. Pero si nos olvidamos de eso un momento, una escuela, en el fondo, es una comunidad de gente que aprende. De gente que se junta para aprender los unos de los otros. Se puede montar una escuela en cualquier sitio. Se puede montar una escuela en un parque, puedes montar una escuela en tu casa. Esto es una especie de escuela. Si tuviéramos todo el día podríamos reorganizar todo esto y hacerlo de otro modo. No lo hago ahora porque ya está montado así. Pero una escuela es gente que se junta para aprender los unos de los otros. Pueden ser dos personas, diez personas, pueden ser mil personas. Así que el desafío no es acabar con las escuelas, sino reimaginar cómo podrían ser. De modo que se fomente y se cultive el apetito por el aprendizaje, y saciarlo adecuadamente, en lugar de, como ocurre tan a menudo en la actualidad, reprimirlo y hacer no solo que la gente pierda el interés, sino al contrario, que se rebelen contra todo el proceso. Como hacen algunos, que abandonan la escuela. Simplemente no la acaban, la ven como algo que tienen que sufrir y con lo que tienen que terminar cuanto antes. ¿Y cómo se consigue eso? Si te paras a pensarlo, habría que mantener algunos elementos. Yo creo que las escuelas necesitan su plan de estudios. El plan de estudios es lo que queremos que se aprenda.

“El desafío no es acabar con las escuelas, sino reimaginar cómo podrían ser.”

1:45:33
Ken Robinson. Repito que me parece perfectamente razonable plantearnos de forma colaborativa qué es lo que queremos que los niños aprendan hoy en día. Y yo creo que mejor que dividir en grupos de asignaturas es coger la idea de las competencias y decir: ¿Qué cosas ayudarán a desarrollar esas competencias? Y entonces empezar a considerarlas no como asignaturas, sino como disciplinas. La música no es una asignatura en el sentido literal del término. No es solo un montón de contenido. La música es un conjunto de destrezas y sensibilidades intelectuales, emocionales, físicas, técnicas y culturales. Si escuchas música de una cultura ajena con la que no estás familiarizado, puede que no le encuentres ningún sentido. Recuerdo la primera vez que visité China, en Hong Kong, y fui a una ópera china.

No tenía ni idea de lo que estaban haciendo. Para un oído europeo, aquello sonaba como si estuviera desafinado. Era un sonido estridente y desagradable. Y no tienes ni idea de lo que están haciendo. Pero luego entras de lleno y… Esto era un estadio, era como un partido de fútbol, y a la gente le encantaba. Pero yo no entendía el código. A menudo con la música pasa eso. Del mismo modo, las matemáticas no es una asignatura en el sentido de ser un conjunto de proposiciones que hay que aprenderse. Las matemáticas es una hermosa disciplina altamente creativa, con argumentos muy polémicos en su núcleo sobre la naturaleza y la estructura de las matemáticas y su funcionamiento. Y abarca un conjunto de disciplinas y campos de estudio diferentes. Pero me gustaría ver a las matemáticas, las artes, las humanidades, la educación física y los idiomas interactuando en el plan de estudios.

1:47:22
Ken Robinson. Enseñar y aprender en parte es eso. Es un grupo que se junta para enseñar y aprender. Las mejores escuelas que conozco son altamente interactivas y dinámicas, y los profesores trabajan junto a los estudiantes para planificar lo que se aprende. Hay ritmos regulares. Por ejemplo, en las escuelas de Finlandia hay descansos regulares. Cada cuarenta y cinco minutos, los niños tienen un descanso de diez minutos. Se van a hacer otra cosa. Se van a correr por ahí, vuelven… No tienen ningún problema de atención. Porque saben que los niños necesitan levantarse y correr por ahí, necesitan estar activos. En cuanto a la cultura, han de ser altamente colaborativas. Por eso las escuelas democráticas son tan buenas. En una escuela hace falta un horario muy flexible. De modo que la gente pueda dejar algo y ponerse a hacer otra cosa que les interese más. En una escuela hace falta mucha autodeterminación. En vez de obligar a los niños a sentarse y hacer algo sin darles elección. Hay cosas que tienen que aprender, pero deberían tener mucha más libertad para elegir cuándo y con quién hacer las cosas. Y todo esto que estoy diciendo no son tonterías. Os puedo mostrar escuelas que lo están poniendo en práctica en la actualidad. Escuelas que están reinventando los ritmos de la vida institucional y obteniendo muchos mejores resultados por ello. Y hace falta una escuela en la que la evaluación no se perciba como un desafío, sino como un apoyo al aprendizaje, que es lo que debería ser. Y las nuevas tecnologías nos permiten hacer eso de forma mucho más eficiente. Ahora podemos tener portafolios y programas de aprendizaje mucho más individualizados. Conozco escuelas en las que los niños tienen su propio horario.

“Me gustaría ver las matemáticas, las artes, las humanidades, la educación física y los idiomas interactuando en el plan de estudios”

1:48:58
Ken Robinson. Y también edades mixtas en la enseñanza y el aprendizaje. No hay ninguna razón para separar y enseñar a los niños por edades. En las familias no lo hacemos, y en las escuelas no hace falta hacerlo. No es un principio educativo, es por comodidad en la gestión. En realidad, es bastante incómodo, pero por eso lo hacemos. Así que, si reinventamos el funcionamiento de la escuela, si encontramos las cosas que obstaculizan el aprendizaje y las sustituimos por las que lo faciliten, podremos mantener las escuelas, pero reimaginadas. Y no habrá una sola forma de hacerlo, del mismo modo que no hay una sola forma de hacer música, un solo grupo musical o un solo tipo de restaurante… Todo irá bien si cambiamos nuestra forma de pensar.
1:49:42
Ken Robinson. Muchas gracias.


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