Considerado
como uno de los psicólogos más influyentes de los últimos tiempos, Daniel
Goleman irrumpió en el panorama internacional como autor del bestseller
“Inteligencia Emocional”, traducido hoy a casi 40 idiomas y con una amplia
repercusión en campos como la psicología educativa, la educación y el
desarrollo personal. Daniel Goleman fue profesor de psicología en la
Universidad de Harvard y editor de la revista Psychology Today. En su faceta
como periodista destacan su trabajos especializados en ciencia del
comportamiento para The New York Times y dos nominaciones al Premio Pulitzer.
Goleman señala que deberíamos enseñar a todos los niños y niñas a practicar y
desarrollar la inteligencia emocional. Apoyado en las últimas investigaciones
neurocientíficas, el psicólogo destaca la importancia fundamental que juega hoy
la capacidad de atención, ya sea como una forma de autocontrol, para mejorar la
empatía con los demás o la comprensión del mundo que nos rodea, así como los
beneficios de su entrenamiento: "La práctica de la atención es como un
músculo. Si no lo utilizamos se debilita; si lo ejercitamos, se
fortalece", afirma. “El control cognitivo y la concentración pueden ser
más decisivos para la vida de un niño que su coeficiente intelectual”,
concluye.
Creando oportunidades
00:00 Daniel
Goleman.
Me llamo Daniel Goleman, soy psicólogo y trabajo como periodista. Soy conocido
por mis trabajos sobre inteligencia emocional y otros temas relacionados. Llevo
muchas décadas escribiendo sobre esto. Y le he dedicado mi vida porque creo que
la habilidad, la capacidad de ser inteligente utilizando nuestras emociones,
entender lo que sentimos y por qué es importante cómo se sienten otros y usarlo
en nuestras relaciones, es totalmente necesaria para que funcione bien un
matrimonio, la vida en general, el trabajo… en definitiva es esencial para la
felicidad.
00:51
María
Luisa Moreno.
Hola, señor Goleman.
Daniel
Goleman.
Hola.
María
Luisa Moreno.
Me llamo María Luisa Moreno. Soy madre de una niña maravillosa de nueve años.
Es un honor estar hoy con usted. Es fantástico pasar un rato con usted, poder
hacerle unas preguntas, y que forme parte de este magnífico proyecto que es
Aprendemos juntos. Muchas gracias por estar aquí. Gracias. Muchas gracias.
Gracias.
Daniel
Goleman.
Es un placer. Una visita rápida.
01:18
María
Luisa Moreno.
¿Empezamos con lo fundamental?
Daniel
Goleman.
Sí.
María
Luisa Moreno.
Porque, probablemente, la mayoría de gente que nos ve son padres como yo. Y
puede que no estén muy familiarizados con lo que implica la inteligencia
emocional. Si nos pudiera dar una descripción… sería genial.
Daniel
Goleman.
Claro. La inteligencia emocional tiene que ver con las habilidades personales,
no es un aprendizaje académico. Se centra en cómo te manejas a ti mismo y tus
relaciones. Hay cuatro partes. La primera es la conciencia de uno mismo, es
decir saber lo que sientes, por qué lo sientes, lo que determina sus
consecuencias, lo que puedes hacer bien o mal. Después, gestionarse a uno
mismo. Ser capaz de cumplir tus metas, ser positivo ante los contratiempos,
controlar las emociones perturbadoras para que no te destrocen la vida o te
impidan hacer lo que quieras hacer. En tercer lugar, la empatía, entender cómo
se sienten los demás. Las personas no lo dicen todo con palabras, sino con el tono
de voz, con el lenguaje no verbal, etcétera. Así que ser capaz de entender eso,
de entender el punto de vista del otro, y, utilizando eso, saber qué le pasa a
la otra persona, por último manejar bien las relaciones, colaborar, ser bueno
en un equipo, resolver conflictos, influenciar a la gente, persuadir,
comunicarse, escuchar, todas esas habilidades. De eso trata la inteligencia
emocional.
02:43
María
Luisa Moreno.
¿Qué significa ser inteligente con relación a nuestras emociones?
Daniel
Goleman.
Ese es exactamente el objetivo de la inteligencia emocional. A eso se refiere
realmente. Primero, creo que es importante darse cuenta de que cada emoción
tiene su lugar, cada emoción es un mensaje importante. El problema empieza
cuando las emociones se vuelven muy fuertes o están muy fuera de lugar, son
inapropiadas, o duran demasiado tiempo. Por ejemplo, si una niña de ocho años
se enfada porque no la han invitado a una fiesta, es normal que esté enfadada,
¿cuánto le dura? ¿Sigue enfadada dos días después, dos semanas después? ¿Y su
madre? ¿Estará enfadada solo por eso, por esa única cosa? ¿Se despierta a las
dos de la mañana preocupada? Estaría fuera de lugar, es demasiado. Tener
inteligencia emocional es principalmente escuchar qué te dicen las emociones, y
asegurarse de que puedes manejarlo, si se está entrometiendo en otras cosas que
quieres hacer. En otras palabras, una emoción tiene su propósito, pero luego
termina y tienes que seguir adelante.
“La inteligencia emocional es esencial
para la felicidad en la vida” (Daniel Goleman)
03:59
María
Luisa Moreno.
Es muy importante que los padres sepan esto. Y la gran pregunta es: ¿Podemos
enseñar inteligencia emocional a nuestros hijos? ¿Podemos reforzar su propia
inteligencia emocional? ¿Cómo podemos hacerlo?
Daniel
Goleman.
Ya lo habéis hecho. Se hace desde que nacen. Desde que coges al bebé, le ayudas
a dejar de llorar y le calmas, estás enseñando a su cerebro a calmarse, a que
se le pase el enfado. En todo lo que haces con un niño le enseñas inteligencia
emocional. Y el cerebro de un niño está hecho para observar atentamente a las
personas, para aprender a ser un ser humano. Si eres padre, no puedes evitar
enseñar inteligencia emocional. Los padres son los primeros profesores.
04:43
María
Luisa Moreno.
Eso me lleva a algo importante que me pasa: no tengo el nivel de autocontrol
emocional que me gustaría tener. Estoy intentando enseñarle eso a mi hija, pero
es algo que yo tampoco tengo controlado. Eso crea un caos en casa. ¿Cómo
podemos manejar esto?
Daniel
Goleman.
No me rendiría. Porque, en cierto modo, eres un ejemplo para tu hija, y sientes
que no eres tan buen ejemplo como deberías ser, puede que seas mejor de lo que
piensas. Pero, por otra parte, puedes ayudar a tu hija a aprender a calmarse, a
manejar sus emociones hablando con ella: «¿Por qué estás tan enfadada?».
María
Luisa Moreno.
Vale.
Daniel
Goleman.
«¿Por qué no haces algo que te guste?». A cierta edad, eso la calmará.
María
Luisa Moreno.
Sí.
Daniel
Goleman.
Preguntarle por qué siente celos de sus amigos, si se siente dolida porque no
la han invitado. Son cosas que van a pasar, puedes ayudar a que aprenda de
ello. Ayudarla a que entienda más cosas sobre sus propias emociones. Y también
darle métodos. Quizás respirar profundamente…
María
Luisa Moreno.
Sí.
Daniel
Goleman.
Todo eso ayuda. Eso ayuda a los padres, porque los hijos quieren aprender de
los padres.
María
Luisa Moreno.
Es verdad.
Daniel
Goleman.
Cada vez que intentas ayudar a tu hijo a manejar mejor las emociones, a
empatizar mejor, lo que sea, los estás ayudando.
06:07
María
Luisa Moreno.
Genial. Esto me hace pensar en los colegios. Porque lo que dices, me hace
pensar que los colegios se benefician del aprendizaje social y emocional. ¿Qué
es el aprendizaje social y emocional? ¿Y qué beneficios tiene para las
escuelas?
Daniel
Goleman.
Este aprendizaje usa los elementos de la inteligencia emocional: conciencia de
uno mismo, autogestión, empatía, habilidades sociales… Pero, además, añade la
toma de decisiones, sobre todo decisiones sociales. Las transforma en lecciones
para los niños apropiadas a su edad. Para los que tienen siete años la lección
de inteligencia emocional, de aprendizaje social y emocional – lo llamamos SEL
(Social & Emotional Learning)-, sería: «Imaginemos que piensas que alguien te
ha cogido el lápiz, ¿qué te ayudaría y qué no te ayudaría?».
María
Luisa Moreno.
Vale.
“Cada emoción tiene su lugar, cada
emoción nos da un mensaje importante” (Daniel Goleman)
Daniel
Goleman.
Pegarle a otro no ayudaría. Preguntar, sí ayudaría… Pedir al profesor que
intervenga. En otras palabras, los niños pasan por distintas situaciones y
deciden qué es lo mejor. Algunas de las cosas que practican en estas clases es
que en el aula hay un póster, un póster de un semáforo con la luz roja, la
amarilla y la verde. Dicen: «Cuando estés enfadado, acuérdate del semáforo. Con
la luz roja, para, cálmate y piensa antes de actuar». Es genial, porque enseña
a los niños que no puedes controlar qué sentirás, cuándo o cómo de fuerte será,
pero sí lo que haces después de sentirlo. Puedes parar, relajarte y pensar qué
pasaría si haces una cosa u otra. La luz amarilla significa pensar todo lo que
puedes hacer y cuáles serán las consecuencias. La verde: elige la mejor e
inténtalo. En las escuelas con él método SEL, lo utilizan con todas las edades,
incluso con chicos mayores, de dieciséis o diecisiete años. Piensan en cuáles
serán las consecuencias, porque les ayuda a tomar mejores decisiones en la
vida. Son muchos y muy determinantes los datos que respaldan esto. Demuestran…
08:10
Daniel
Goleman.
Hay un estudio hecho entre 750.000 estudiantes, la mitad tenían este tipo de
enseñanza y la mitad no. Demuestra que los niños que habían practicado con el
aprendizaje social y emocional, eran capaces de manejar mejor sus emociones, se
metían en menos peleas y discusiones, se comportaban mejor en clase, prestaban
más atención y tenían menos problemas. Estos indicadores, que llamamos
antisociales, todos han descendido. Y los indicadores prosociales han
aumentado. «Me encanta el colegio», «Creo que alguien en el colegio se interesa
por mí de verdad», «No quiero saltarme las clases, quiero ir a todas». Esos han
aumentado un diez por ciento. Los negativos bajaron un diez por ciento. Y bajó
más en los colegios en los que más se necesitaba, donde había más problemas.
Esto es interesante, las notas subieron un once por ciento. Ayuda a que los
niños aprendan mejor. ¿Por qué? Por cómo está estructurado el cerebro. La parte
que aprende es la corteza prefrontal y el neocórtex. Pero la parte del cerebro que
tiene emociones perturbadoras se encuentra entre las orejas, y el cerebro se
estructura para que esta parte domine a esta si estás enfadado.
“Son
cuatro elementos: la conciencia de uno mismo, la autogestión, la empatía y las
habilidades sociales” (Daniel Goleman)
María
Luisa Moreno.
De acuerdo.
Daniel
Goleman.
Para los niños, lo que más les desequilibra es lo que pasa en casa y lo que
pasa con otros niños. Pero si aprenden a gestionar esto mejor, no les altera
tanto. Toda emoción perturbadora es una distracción, no puedes prestar atención
ni al profesor ni al libro porque piensas en esa fiesta a la que no te han
invitado o cualquier otra cosa. Pero si enseñamos a los niños a gestionar esos
melodramas presentes en sus vidas, podrán aprender mejor. Eso es lo que
muestran los datos.
10:01
María
Luisa Moreno.
¿Y por qué no se hace en todos los colegios?
Daniel
Goleman.
Es un movimiento global a nivel mundial. Singapur fue el primer país en
asegurarse de que cada alumno tuviera SEL. ¿Sabes por qué? Singapur no tiene
recursos naturales, solo tiene lo que hay entre las orejas de sus habitantes.
Quiere que sus habitantes sean los mejor preparados para ser trabajadores,
buenos líderes y creadores, así que ven el valor del aprendizaje social y
emocional. De hecho, suelo hablar con grupos empresariales y compañías, y si le
preguntas a la gente de ese mundo si nuestra inteligencia emocional es
necesaria para triunfar, el 70% de la gente te respondería que sí. Si le
preguntas a los educadores, puede que no lo sepan. Porque les enseñan que las
habilidades como las matemáticas o el lenguaje, que desde luego son
importantes, es lo que te ayudará en la vida. Pero lo cierto es que los datos
del mundo empresarial demuestran que son habilidades básicas, todos las tienen,
claro que es necesario tener un buen nivel en matemáticas, pero lo que te hará
ser un buen miembro de un equipo, lo que hará que destaques, lo que hará que
seas un gran líder, no tiene que ver con lo que aprendes en el colegio. Las
habilidades que te distinguirán están en el campo de la inteligencia emocional.
¿Puedes persuadir, autogestionarte, empatizar? Esas son las habilidades
importantes en el mundo laboral. Creo que el currículum escolar debería
reflejar esto. Enseñar esas habilidades de liderazgo, de ser un trabajador
eficaz, buen ciudadano, buen esposo, buena esposa, buen padre… Hay que
enseñarlo en el colegio.
11:47
María
Luisa Moreno.
Según dices, hay una conexión directa entre tu inteligencia emocional y tu
éxito en la vida y en lo profesional, ¿no?
Daniel
Goleman.
Los datos son muy convincentes. Si observas los estudios que hacen las empresas
para identificar los mejores líderes, los mejores trabajadores, concluyen en
que lo que caracteriza a los grandes trabajadores es su inteligencia emocional.
Ni lo que aprenden en el colegio ni una habilidad técnica ni el coeficiente
intelectual. De hecho, hace poco vi un estudio sobre ingenieros, y se
calificaban entre ellos para ver cuál tenía más éxito. Resultó que la
correlación con el éxito, calificada por otros ingenieros, con el coeficiente
intelectual era cero. Con la inteligencia emocional era muy alta.
12:35
María
Luisa Moreno.
Así que estás diciendo que el coeficiente intelectual es menos importante que
la inteligencia emocional…
Daniel
Goleman.
Bueno, es importante, importa mucho, sobre todo en el colegio, tendrás mejores
notas, aprenderás mejor, y en los primeros años de una profesión. Pero más
adelante, en tu carrera profesional, cuando asciendes a gerente, por ejemplo, y
te conviertes en un alto ejecutivo, no importa tanto.
Para ser un alto
ejecutivo, tienes que tener coeficiente intelectual, lo que técnicamente se
llama una «desviación estándar» sobre lo normal. Lo normal son cien. Una
desviación estándar son ciento catorce o ciento quince, que resulta ser lo que
necesitas para sacarte un grado avanzado, un Máster en Administración de
Empresas. Así que ayuda mucho. Pero, una vez estás ahí, estás compitiendo con
gente tan inteligente como tú. Así que tu coeficiente no marca la diferencia.
Hay datos que dicen que después del ciento veinte no hay relación entre éxito
profesional y coeficiente intelectual. Cero. Un coeficiente de más de ciento
veinticuatro, para los líderes es negativo… Es interesante.
María
Luisa Moreno.
Muy interesante.
Daniel
Goleman.
Pero lo que no dice es que lo que importa está en el lado de la inteligencia
emocional. Eso marca la diferencia.
13:57
María
Luisa Moreno.
Volvamos a los niños y a cómo aprenden. Se dice mucho que los niños tienen que
cometer errores, que es muy importante que cometan errores. ¿Por qué los
errores y las frustraciones son tan importantes?
Daniel
Goleman.
Lo diría de otra forma, no diría que los errores y frustraciones son
oportunidades de aprender, diría que cómo manejan los errores y las
frustraciones es lo importante. Equivocarse si no aprendes de ello, no ayuda
tanto.
María
Luisa Moreno.
Es verdad, es cierto.
Daniel
Goleman.
Sin embargo, uno de los elementos del éxito profesional y del éxito en la vida
es ser capaz de recuperarse de un fracaso y un contratiempo. La vida está llena
de contratiempos y obstáculos. Pero si dejas que eso te pare y no sigues
intentándolo, no aprendes del error. Pero si eres capaz de ver la oportunidad
que hay en esa situación, aunque estés muy enfadado por algo, controla tus
emociones y sigue adelante. En otras palabras, la gente que cumple sus
objetivos no deja que les paren los obstáculos, contratiempos y frustraciones.
Aprenden a seguir adelante. Eso es valioso para los niños.
María
Luisa Moreno.
Totalmente.
15:11
María
Luisa Moreno.
Has mencionado algo. Es una habilidad específica que siempre has destacado y
dices que hay que reforzarla en los niños. Es muy interesante: la
concentración.
Daniel
Goleman.
Sí.
María
Luisa Moreno.
¿Cuál es su importancia y cómo podemos enseñarla?
Daniel
Goleman.
Primero: es la capacidad de prestar atención o ignorar las distracciones, poner
atención en lo que quieres. No sacar el teléfono y jugar a un juego, no
mandarle un mensaje a tu mejor amigo, no meterse en Facebook o lo que sea que
hagan los niños hoy en día. Eso es una tentación, una seducción.
Conversando un
día con un compañero que estuvo en el equipo que inventó el primer iPhone me
decía: «A los 20 años, todos los ingenieros estábamos solteros, lo intentamos
hacer lo más atractivo posible, ahora que tengo dos hijos, me arrepiento». Es
muy importante que los niños sean capaces, sobre todo en este mundo, lleno de
distracciones tecnológicas, de poner la atención donde quieran, porque la
atención es la base del aprendizaje. ¿Por qué no enseñamos atención en los
colegios? Los datos demuestran que cuanto más puedas concentrarte, mejor
aprenderás. Hay una forma de hacerlo.
16:26
Estuve
en una clase de niños de siete años en una zona muy pobre de Nueva York, que se
llama Spanish Harlem. Los niños de esa zona viven en viviendas de protección
social, hay mucha violencia, tienen una infancia muy difícil. Yo pensaba que la
clase iba a ser muy caótica, pero me equivoqué. Estaban muy tranquilos y
concentrados. Le pregunté a la profesora que qué pasaba. Me dijo: «Pasa esto.
Todos los días hacemos algo que se llama ‘amiguitos de peluche’.
Cada niño coge
su peluche preferido, se tumba en el suelo, se lo pone en la barriga, y lo ven
moverse al inspirar y espirar. Suben al inspirar y bajan al espirar». Eso es
básicamente un entrenamiento para la atención, gimnasia para la mente. Conforme
creces, trabajas con distracciones, porque la mente siempre se distrae. A veces
esto lo llamamos «Mindfulness». Es un gran avance tenerlo en los colegios.
Cuando tu atención se dispersa, te das cuenta y te vuelves a concentrar. Eso
ayuda a fortalecer los circuitos neuronales de la concentración.
Cada vez que
te das cuenta de que te has distraído y vuelves a concentrarte, fortaleces tu
sistema de concentración. Es como ir al gimnasio. Cada vez que levantas un
peso, cada repetición fortalece el músculo. Cada vez que un niño o un adulto
vuelve a concentrarse fortalece su sistema para hacerlo. Esto se puede enseñar.
El cerebro quiere aprender a prestar atención. Es lo primero para cualquier tipo
de aprendizaje. La atención se puede entrenar, es la base del aprendizaje. Por
eso en los colegios debería entrenarse la atención.
“Si
enseñamos a los niños a gestionar sus emociones, podrán aprender mejor” (Daniel Goleman)
18:15
María
Luisa Moreno.
¿Qué hay de la meditación? ¿Está relacionada; ayuda?
Daniel
Goleman.
La meditación es un término genérico. La atención plena es la adaptación de los
métodos clásicos de la meditación. Acabo de escribir un libro sobre la ciencia
de la meditación teniendo en cuenta los estudios académicos científicos, y
hemos encontrado que la atención plena o entrenamiento de la atención, prefiero
ese término al de meditación, fortalece la concentración. En la época de la
universidad, si practicas esto, resulta que obtienes mejores resultados en el
examen de acceso a la escuela de posgrado. Tienes mejores notas. Si te
preocupas por tus hijos, querrás que tengan esa capacidad.
María
Luisa Moreno.
Sí, esto es algo realmente importante que hay que enseñar a los niños, y es
algo que debería enseñarse en los colegios.
Daniel
Goleman.
Se enseña lo que se conoce en ciencias como el control cognitivo. Es la
habilidad de concentrarte en lo que quieres e ignorar las distracciones.
Resulta ser el mismo sistema de control que nos ayuda a manejar las emociones
desagradables, el cerebro usa el mismo sistema para esto. Que esos niños de
siete años se concentren en los peluches les enseña este tipo de control.
19:37
Una
de las pruebas más conocidas de control cognitivo es la prueba del «Marshmallow».
Si no la conoces, deberías. Se llevó a cabo en la universidad de Stanford. Uno
a uno, unos niños entran en una habitación y ven una golosina grande y
apetecible, un dulce, creo que decís en español.
“La
atención se debería entrenar en los colegios, es la base del aprendizaje” (Daniel Goleman)
María
Luisa Moreno.
Dulce, sí.
Daniel
Goleman.
Dulce. Lo dejan en la mesa delante del niño, y el examinador dice: «Te lo
puedes comer ya, pero si te esperas a que vuelva, te daré dos». Se va de la
habitación, y el niño se queda mirando, pensando qué hacer. Un tercio de ellos
se lo comen al momento, y el resto se esperan. Les siguen la pista, y cuando
están a punto de entrar en la universidad, catorce años más tarde, resulta que
los que se habían esperado, comparado con los que no y que fueron impulsivos,
retrasan la gratificación, para perseguir sus objetivos, que es de lo que va la
prueba, se llevan mejor con sus amigos, y en el examen de acceso, de
seiscientos puntos en total, obtienen una ventaja de doscientos diez puntos. En
otras palabras, aprenden mejor. Todos eran niños cuyos padres habían ido a
Stanford. Venían de familias con alto coeficiente intelectual. En Nueva Zelanda
se hizo un estudio sobre el control cognitivo. Participaron niños de cuatro a
ocho años. Evaluaron su control, los volvieron a evaluar a los treinta años, y
descubrieron que el control cognitivo pronosticaba mejor el éxito económico y
la salud a los treinta que el coeficiente intelectual en la infancia o la
riqueza de la familia en la que has crecido. Esto significa que es una forma de
ayudar a los niños más pobres a tener una vida más plena, porque pueden
autogestionarse mejor.
María
Luisa Moreno.
Está bien.
Daniel
Goleman.
¿Por qué no enseñarlo a todos los niños?
21:26
María
Luisa Moreno.
Claro. ¿Podemos hablar de la compasión? Porque vi tu charla de TED.
“El
control cognitivo pronosticaba mejor el éxito y la salud a los treinta que el
coeficiente intelectual en la infancia” (Daniel Goleman)
Daniel
Goleman.
Sí.
María
Luisa Moreno.
Me sorprendió mucho porque tiendo a vincular la compasión con la caridad o con
sentirse mal por otros. Pero lo enseñas de otra forma. ¿Cómo describirías la
compasión con tus palabras?
Daniel
Goleman.
Creo que la forma más básica de pensar en la compasión es el sentido de un
ejercicio que se encuentra en un estudio del Instituto Max Planck de Alemania
para aumentar el sistema de compasión del cerebro. Es uno de los tres tipos de
empatía. El primer tipo es la empatía cognitiva, entender lo que piensas, ver
tu punto de vista. Significa que puedo comunicarme eficazmente contigo. El
segundo es la empatía emocional. Sé cómo te sientes porque yo también lo
siento. Y el tercero es la preocupación empática. Cada tipo utiliza una parte
distinta del cerebro. La preocupación empática, que es la base de la compasión,
utiliza el sistema de preocupación de un padre, el amor de un padre por su
hijo. Yo creo que la compasión es tomar el sentimiento que tienes por tu propio
hijo y aplicarlo a cualquier otra persona. Hay un ejercicio, como he dicho, que
refuerza este sistema, en el que primero piensas en alguien a quien estás
agradecido, que ha sido amable y te ha ayudado, quizá tus padres u otra
persona, y les deseas que estés seguros, sanos y sean felices, y que tengan una
vida plena. Después, deseas eso para ti y para la gente que quieres, tus hijos,
tu familia, tus amigos. Después para la gente que conoces, del trabajo o de la
comunidad, y luego lo extiendes a todo el mundo. Y lo que compartes es el deseo
de que la gente tenga una vida feliz, segura y plena. Esa es la compasión, y se
expresa de muchas formas, dependiendo de la situación. Quizá solo prestando
atención a gente a la que puedes ayudar, dando dinero a alguien necesitado, o
haciendo obras de caridad. Son las formas más obvias, pero creo que hay un gran
espectro de compasión, que va desde lo que pensamos que es la caridad, hasta
solo prestarle atención a alguien. Eso es microcompasión. Estar absolutamente
presente.
María
Luisa Moreno.
Es algo que se puede enseñar.
Daniel
Goleman.
Se puede enseñar y es factible. Y creo que necesitamos más.
24:10
María
Luisa Moreno.
Vale. Como madre, claro que me interesa el éxito en la vida de mis hijas, pero
me interesa más su felicidad.
Daniel
Goleman.
Sí.
María
Luisa Moreno.
¿Cómo se vincula la inteligencia emocional con la felicidad? ¿La gente que
tiene más inteligencia emocional es más feliz?
Daniel
Goleman.
Por definición, de hecho, si lo piensas, la capacidad de controlar las
emociones negativas, desagradables: rabia, miedo, celos, es parte de la
inteligencia emocional. Diría que los que son más felices son más inteligentes,
y también que la inteligencia emocional hace más probable que alguien sea
feliz.
24:53
María
Luisa Moreno.
¿Cuál crees que ha sido el impacto de la inteligencia emocional en la educación
durante los últimos 30 años?
Daniel
Goleman.
Cuando escribí el libro ‘Inteligencia emocional’, hace tiempo, era una defensa
de la inteligencia emocional en las escuelas y para los padres. Ahora hay
manuales para padres sobre inteligencia emocional, seguro que están disponibles
en España.
María
Luisa Moreno.
Sí.
Daniel
Goleman.
Como he dicho, muchos colegios de todo el mundo están utilizando el aprendizaje
social y emocional, que es la nueva imagen de la inteligencia emocional para
niños. Para que sea apropiada a la edad, que cubra todo el espectro, esté bien
implementada, los profesores la adaptan, que también es importante. Cuando
escribí el libro, no tenía ni idea de que esto iba a pasar, pero así lo
esperaba. Así que estoy muy contento.
“El
aprendizaje social y emocional es la nueva imagen de la inteligencia emocional” (Daniel Goleman)
25:44
María
Luisa Moreno.
¿Hay alguna última sugerencia o idea que quieras dar a los colegios o los
padres?
Daniel
Goleman.
A los padres les diría que no se preocuparan sobre lo que le enseñáis a
vuestros hijos. Son muy buenos aprendices. Enseñad a los niños buenos modelos
en la vida. Incluso los niños con familias que no son muy brillantes pueden
tener muy buenos modelos. Y a los colegios, que si de verdad quieren preparar a
los niños para que aprendan bien, tienen que prestar atención a cómo funciona
el cerebro, la función de la emoción, y ayudar a los niños a que gestionen bien
sus emociones para que se lo pongan más fácil a quienes les ayudan a aprender.
26:30
María
Luisa Moreno.
Muchas gracias, señor Goleman, por este tiempo, muchas gracias por su
sabiduría. Muchas gracias por estar con nosotros.
Daniel
Goleman.
Ha sido todo un placer. Gracias, María Luisa.
María
Luisa Moreno.
Gracias.
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