Simposio “Córdoba, cien años después”.
20 y 21 de junio, 2018
Seccional de Profesores Jubilados – APULA
Universidad de Los Andes
Mérida – Venezuela
Jueves 21 de junio 2018
Presente y futuro de las universidades venezolanas
FORO
Relator:
Roberto Chacón (profesor ULA)
Moderador:
Pedro Velásquez (administrativo ULA)
A. Sobre
el claustro universitario
La conformación del claustro
universitario en las universidades autónomas venezolanas se ha convertido en un
polémico tema de discusión. Esta controversia tiene un origen jurídico, que
oculta orígenes políticos, debido a la existencia de tres instrumentos que
presentan formas distintas de constituir el claustro. Estos instrumentos
jurídicos son la Ley de Universidades (1958), vigente aún; la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela, que ratificó en el
artículo 109 al claustro universitario, conformado por profesores, estudiantes
y egresados; y la Ley Orgánica de Educación (2009) que contrariando a los dos
instrumentos legales anteriores, integra
al personal ATO al claustro.
En una revisión somera de
esta discusión encontramos algunos puntos sobre los cuales quisiéramos centrar
la discusión hoy:
1. ¿Cuál es la importancia
del claustro universitario como asiento de la soberanía universitaria en la
elección de las autoridades para la
conformación del autogobierno primero, y luego del cogobierno? Dicho
organismo está conformado por los representantes de profesores, estudiantes y
egresados en las universidades
autónomas
2.- Las funciones y eficacia
del claustro dependen de su composición y tamaño. ¿Qué se propone para mejorarlo?
3. En los procesos
electorales de los últimos diez años se observa una disminución significativa
de la participación, alcanzando cotas del 80 por ciento. ¿Puede ser este hecho
un motivo suficiente para revisar a fondo la conformación del claustro
universitario?
4.- El claustro debe tener en
la práctica solo la función electoral cada cinco años, o debe asumir
directamente o por delegación otras funciones en la universidad
B. Los procesos electorales internos de las
universidades
El congelamiento de los
procesos electorales en las universidades autónomas, se está manifestando en
una parálisis de la renovación del liderazgo universitario y en una pérdida de
legitimidad progresiva de la universidad,
si partimos del hecho que el gobierno universitario debe ser temporal,
representativo.
Esto acarrea múltiples
problemas como son: ausencia de nuevas iniciativas, rutinización del trabajo
directivo, vicios administrativos, muestras de cansancio y agotamiento
personal, ausencia de estímulo para los liderazgos emergentes, y como lo
señalara el líder de la emancipación colonial, no existe algo peor para una
institución pública cuándo unos se acostumbran a mandar y otros a obedecer.
Son muchos los interrogantes
que emergen a partir de las consideraciones anteriores. Pero quisiéramos
centrarnos en los siguientes puntos:
1. ¿El mayor obstáculo para buscar una salida al
congelamiento de los procesos electorales para la renovación de las autoridades
universitarias se debe a trabas jurídicas o a conductas políticas?
2. El ejercicio de la autoridad en las instituciones
modernas se fundamenta en la legitimidad: esta puede ser de origen o de
desempeño. La traba principal que vivimos ante el problema de la elección de
nuevas autoridades universitarias es el de su origen. Nos preguntamos al
respecto. Si definimos a la universidad como una comunidad de intereses
orientada a “derrotar las sombras”, nos preguntamos ¿qué factores la han
inmovilizado y le crean dificultades para buscar un acuerdo entre sus miembros,
privilegiando los intereses colectivos frente a los individuales?
3. ¿Es posible una salida al grave problema electoral,
en el marco jurídico existente, con proposiciones que pudiera ser sostenidas
por una sólida voluntad colectiva y nos permita renovar la dirigencia
gobernante en las universidades?
C.
Diáspora universitaria venezolana
Durante el último lustro se observa en Venezuela una
acentuación de un fenómeno migratorio, en la misma medida en que se acentúa la
crisis económica. Las causas son múltiples pero sus efectos han sido
catastróficos para muchas instituciones del país. Las universidades
nacionales han sido las peores víctimas
de este proceso erosivo de sus recursos humanos.
Queremos discutir el cuadro actual de la diáspora
universitaria, tanto la referida a las personas que emigran cómo aquellas que
abandonan la universidad para ocuparse en actividades con mejor rendimiento
económico.
1. ¿Cómo podría diagnosticarse la gravedad de la
pérdida de recursos humanos que padecen las instituciones universitarias
venezolanas?
2. ¿Este fenómeno se debe a causas económicas o son
múltiples las determinaciones que están provocando esta devastadora fuga de
estudiantes y trabajadores universitarios?
3. ¿Existen políticas públicas orientadas a contener
este desangramiento de las universidades?
4. ¿Cuáles son las respuestas de las universidades
autónomas a este catastrófico fenómeno humano?
Relatoría
del Foro
Para el desarrollo del Foro Presente y futuro de las universidades venezolanas se invitaron a
los representantes de las organizaciones gremiales y estudiantiles que activan
en la Universidad de Los Andes.
A los dirigentes gremiales y estudiantes se les
presentó un grupo de preguntas, anteriormente referidas, con el fin de que seleccionaran
aquellas que fueran de su interés.
El resumen de las intervenciones de es el siguiente:
Representante
de SIPRULA: Ing. René Izarra.
Su intervención toca los tres grupos de preguntas y
señala al respecto que dado el desarrollo tanto en número como en
profesionalización del personal con grados universitarios, e necesario su
inclusión en la conformación del Claustro Universitario, aplicando un criterio
de representatividad que sea producto de consideraciones equitativas y racionales,
en un todo de acuerdo con los fines de la institución universitaria. Esto nos
obliga a elaborar un proyecto de ley de universidades que supere las contradicciones
jurídicas actuales y se respete los principios establecidos en la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela. En la redacción de esta ley deben
participar todos los sectores laborales de las universidades públicas y que sea
el resultado de una amplia consulta. Con respecto a la diáspora universitaria
señala que este es uno de los problemas más grave que padecen las universidades
venezolanas, provocado principalmente por los bajos salarios. El representante
de Siprula dice que entre los meses de enero y abril renunciaron 40 profesionales,
quienes formaban parte de esa organización gremial. Las respuestas de la
universidad son tímidas frente a tan grave problema de descapitalización
humana.
Representante
de AEULA: Lic. Isbelis Arizmendi.
Coincide con la intervención anterior respecto a la
especial importancia que tiene en una nueva ley de universidades la composición
del Claustro Universitario, especialmente por el papel que cumple en la
elección de las autoridades universitarias. Esto obliga a todos los sectores
laborales a presentar su opinión y llegar a acuerdos sobre los criterios que
deben predominar para la redacción del articulado de la ley. Dado que los
empleados universitarios tiene una permanencia prolongada en la institución
universitaria, y en la medida en que mejor se identifiquen con ella, su
rendimiento laboral será superior y por ello debe ser reconocido su
participación en la elección democrática de las autoridades universitarias.
Presidente
de la Seccional de Jubilados-APULA: Prof. David Díaz Miranda.
La intervención del profesor Díaz Miranda abordó cuatro
puntos de especial importancia para superar el limbo jurídico que padecen las
instituciones universitarias de Venezuela. Uno de los problemas más graves que
nos afecta como institución es la falta de renovación de las autoridades
universitarias. Para lo cual debemos convocar elecciones a la mayor brevedad
posible y afirmó que existen alternativas jurídicas para salir del atasco
electoral, lo que no existe es la voluntad política para resolver este
problema. Una de las alternativas que propone el profesor Díaz Miranda es la
creación de estatutos en cada universidad sobre la composición del Claustro.
Esto ayudaría a romper con la falta de iniciativa para convocar un proceso
electoral de renovación de las autoridades institucionales.
Otros puntos
abordado en esta intervención fue la del necesario reconocimiento de la
calificación del personal ATO y la necesidad de abordar con seriedad el tema
del financiamiento de las universidades públicas, sin el prejuicio de buscar otras
fuentes de financiamiento diferentes al Estado.
Representantes
estudiantiles: Francisco “Pancho” Ramírez, dirigente del Movimiento 13 y
Humberto Araujo, representante de MIULA
El dirigente estudiantil Francisco “Pancho” Ramírez,
inicia su intervención con una reflexión oportuna: Cualquier consideración
sobre el futuro de las universidades nacionales debe pasar por una revisión
sobre lo que hemos sido y un claro diagnóstico de lo que somos. Esto nos obliga
a mirar con mucha atención los distintos hitos de las universidades latinoamericanas
como son el Manifiesto Liminar de Córdoba, la Renovación Académica, las huelgas
universitarias contra gobiernos autoritarios y democráticos, la masacre de
Tlatelolco y muchos hechos más. De igual manera, es obligatorio revisar las
políticas de los Estados aplicadas a las universidades públicas y las
legislaciones que le sirven de ordenamiento y reglamentación. Si no queremos
repetir los errores del pasado debemos identificarlos pero, más importante es,
examinar con detenimiento los logros, para recuperar los que haya lugar o para
rescatar ideas que nos ayuden a enfrentar los problemas del presente. Sin este
esfuerzo, no podemos hacer el mapa que nos oriente en la construcción del
futuro.
Con respecto al Claustro universitario coinciden los
dos representantes estudiantiles en revisar con especial atención las funciones
que debe cumplir este organismo. No existe un espacio institucional donde
concurran los distintos sectores universitarios a discutir los problemas que
aquejan a las universidades, cuyas decisiones tenga carácter vinculante. En
este momento lo que observamos son asambleas convocadas por el Consejo
Universitario, convertidas en “juego de sombras”. Lo bueno o lo malo de lo que
allí se discute no tiene implicaciones prácticas, de allí lo intrascendente de
estos eventos, sin restarle méritos a estas iniciativas. Si el Claustro tuviese
un papel más activo como organismo de elección y deliberación, tendríamos
resultados superiores y con ello se despertaría una mayor atención de la
llamada comunidad universitaria.
Los estudiantes manifiestan su compromiso con la
universidad, con su misión y con su condición autonómica. Nuestra lucha, dicen,
no es solamente reivindicativa (muy importante en tiempo de crisis para impedir
que se desmejoren o se eliminen los servicios a los que se tenemos acceso), es
una lucha que se inspira en los ideales que han guiado a la humanidad en la
búsqueda de una mayor justicia social y libertad ciudadana. Este compromiso nos
obliga a estudiar más y a movilizarnos cuando sea necesario, para mostrar
nuestro rechazo a cualquier acto de injusticia o nuestro apoyo a las acciones
que nos dignifican.
Discusión
general
Sobre las intervenciones del público asistente al foro
podemos destacar las siguientes:
Prof.
Tulio Ramírez. Universidad Central de Venezuela
“En la universidad de la que formo parte como personal
ordinario dedicado a la docencia y la investigación hemos tomado iniciativas
como la elaboración de un proyecto sobre la conformación del Consejo
universitario y de sus funciones. Este proyecto trata de superar la función
administrativista y juridicista que le resta el tiempo que debiera dedicar a
los problemas académicos de la institución.
Para lo cual se propone dualizar el CU para hacerlo más eficiente en su
funcionamiento, diferenciando claramente las funciones y estableciendo
criterios técnicos y políticos en la selección de sus representantes.
Dice el Dr. Ramírez que en las propuestas presentadas
en la UCV para la conformación del Claustro universitario, se parte del
principio de la participación universal de los miembros de la comunidad
universitaria en la escogencia de las autoridades, estableciendo porcentajes de
representatividad acordados entre los gremios y organizaciones políticas de la
institución.
Prof.
Roberto Rondón Morales, Universidad de Los Andes
El principio que debe sustentar una discusión sobre el
Claustro universitario es el de la soberanía universitaria, el cual debe
apoyarse en el principio constitucional de la soberanía popular, fundamento de
todo poder en una sociedad ordenada bajo un régimen republicano. Este principio
desarrollado por la democracia moderna, permea a toda la sociedad y en la medida
en que se crean y fortalezcan las instituciones, se crean normas regulatorias
sobre las funciones de los cargos de dirección, se respete el equilibrio de
poderes, se rindan cuentas sobre el uso de los recursos y las metas cumplidas,
y especialmente, se promueva una mayor participación de la población en la toma
de decisiones sobre los problemas colectivos, la democracia alcanzará una mayor
estabilidad y brindará un mayor bienestar a los ciudadanos.
El Claustro universitario debe ser el depositario de la
soberanía universitaria. Este organismo debe establecer los criterios para la
elección de los representantes del cogobierno, crear los organismos electorales
y establecer las normas regulatorias de los procesos electorales. La
composición del Claustro la debe decidir el propio Claustro, señala el Dr.
Rondón Morales. Así mismo, el problema del tamaño y de la participación de los
miembros de la comunidad universitaria no debe ser motivo para cuestionar el
organismo, en todo caso, hay que buscar en otras causas como podrían ser la
falta de motivación o los bajos niveles en la aplicación ética del principio de
responsabilidad.
Termina la intervención del Doctor Rondón señalando que
las funciones del Claustro no deben ser exclusivamente electoral, también debe
ser un organismo que delibere sobre los problemas axiales de la institución y
oriente las funciones ejecutivas que deben cumplir el CU y las autoridades
universitarias.
Prof.
Humberto Ruiz Calderón. Universidad de Los Andes
La discusión sobre el presente y el futuro de las
universidades venezolanas debe hacerse sin prejuicios sobre los nuevos retos
que nos plantea la globalización. Sobre estos cambios que se están produciendo
a nivel mundial podemos mencionar los siguientes: la integración de saberes, el
desplazamientos de profesiones tradicionales, la articulación de las
universidades con las corporaciones económicas públicas y privadas, la
generación de respuestas rápidas a los problemas puntuales que demanda la
sociedad, la generación de respuestas ante el impacto social y ambiental de las
nuevas tecnologías, los riesgos de una tecno-ciencia que se desarrolla
vertiginosamente sin una orientación y un control adecuado a los intereses de
la sociedad humana mundial.
Sobre el Claustro universitario, nos dice el Dr. Ruiz
Calderón, que debe ser revisada su vigencia, así como las funciones que debe
cumplir. El excesivo peso de lo administrativo en la dirección universitaria
está causando un grave trastorno en las universidades venezolanas. Esto debe
ser revisado en profundidad para adecuarnos a los nuevos tiempos y evitar que
estas instituciones vayan desapareciendo por muerte lenta.
Prof.
Pedro Rivas. Universidad de Los Andes
Siendo la universidad una institución autónoma cuya
función está establecida en la Constitución, la exigencia moral básica es hacer
que se cumpla esta condición, dado que ello surge de un pacto social y de una
deliberación colectiva, aprobada electoralmente por la mayoría de ciudadanos.
La autonomía es nuestra vida cotidiana y como tal debe permitirnos la
autocorrección, la adaptación y adelantar los cambios necesarios para su
actualización. La autonomía es para gobernarnos bien, dice el Dr. Rivas, si no
lo hacemos somos corresponsables de un país que se cae a pedazos.
No hay polis
universitaria, cada gremio o sindicato lo mueve exclusivamente sus intereses,
los problemas colectivos son traducidos
a los intereses individuales y grupales. Para salir de este marasmo que
amenaza la supervivencia de la institución, es necesario un nuevo pacto social.
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