Resumen
Este grupo de trabajo se planteó como objetivo avanzar en
algunas propuestas e iniciativas para la universidad de América Latina y Caribe
(ALC) cuando se cumple el primer siglo de la Reforma Universitaria de Córdoba.
Se propusieron los ejes fundamentales de lo que se considera el papel que
deberían cumplir las universidades de la región de cara a los desafíos
presentes. Se avanzó también en diseñar los contenidos y alcances que las
universidades le dan a la educación superior y el papel que quieren cumplir en
un contexto en que el conocimiento es una dimensión fundamental para el bienestar
de los pueblos.
Para avanzar en los objetivos del trabajo, se buscó articular
los eventos y consecuencias político-sociales de la Reforma de Córdoba con los
resultados y el significado de las dos conferencias regionales de educación
superior para luego visualizar —en este presente interpelante— los principales
desafíos planteados. Esos desafíos atañen, en primer lugar, a los propios
avances y derechos que se han ido conquistando y que constituyen una plataforma
de partida que ha sido plasmada en las Declaraciones de las conferencias
regionales. Pero, además, en este presente la Universidad Pública de América
Latina y el Caribe se ubica como un actor central frente a las urticantes
necesidades señaladas en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
Esta metodología de trabajo posibilitó una necesaria
aproximación histórica para mirar el presente en el fluir de los
acontecimientos pasados y actuales. De esta manera, interpelar el pasado desde
el presente permite ubicar a la universidad y definir estratégicamente
prioridades en función de su misión. Esta conexión con el pasado constituye un
territorio de producción de lo político que permite a los protagonistas del
presente responder a situaciones nuevas tomando como referencia reglas,
símbolos y rituales que remiten a un acervo común, que tiene como guías la
ampliación de la democracia dentro y fuera de las universidades, el pluralismo
académico, las relaciones del campo intelectual con los sectores populares, un
vínculo creciente de la vida científica y tecnológica con la realidad
productiva local y con el mundo del trabajo y el desarrollo social de América
Latina y el Caribe. Recogiendo los principios de la Reforma de Córdoba de 1918,
la CRES 1996 fue la primera conferencia regional de la Unesco sobre educación
superior y tuvo lugar en América Latina y el Caribe.
En esa reunión se definió el conocimiento como un bien
social y se consideró a la educación superior como un instrumento fundamental
para enfrentar los desafíos del mundo moderno. Sus acuerdos se centraron en el
fortalecimiento de la equidad, la calidad, la pertinencia y la cooperación
internacional. Teniendo como referentes la Reforma de Córdoba de 1918 y la CRES
1996, la CRES 2008 tuvo una importancia estratégica como hoja de ruta para la educación
superior en América Latina y el Caribe. Como acuerdo de esta reunión se
estableció el concepto de educación como bien público social, derecho humano
universal y deber del Estado; y se ratificó la importancia de las dimensiones
de calidad y pertinencia.
A diez años de distancia, sus temas y propuestas deben ser
resignificados a la luz de los nuevos escenarios regionales e internacionales.
La reconstrucción de la identidad de la universidad latinoamericana a cien años
de la Reforma de Córdoba pasa hoy por la definición de nuevas líneas
estratégicas que recreen las tradiciones de autonomía, transformación social,
antiautoritarismo, democracia, co gobierno, laicidad, libertad de cátedra,
creación científica y, fundamentalmente, la incidencia política fundada en el
conocimiento y la razón a favor del bienestar de los pueblos. La Reforma de
Córdoba demandó el cultivo de la ciencia en nuestras universidades. Hoy, la
investigación en ciencias, ciencias sociales y humanidades en América Latina y
el Caribe radica fundamentalmente en las universidades públicas y autónomas de
la región.
Teniendo presente la fortaleza creciente de la actividad
científica en nuestras universidades, desde este punto de partida se trata de
impulsar la transformación avanzada – en términos sociales, tecnológicos y
socio ambientales - de los sistemas productivos de nuestros países. La
cooperación internacional en la educación superior se plantea en la segunda
década del siglo XXI en un contexto diferente al de pocas décadas atrás. Los condicionantes
sistémicos y sociales referidos al desarrollo del mundo han llevado a que las
Naciones Unidas en su conjunto aprueben una Agenda de Desarrollo 2030 con
diecisiete Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), entre los que se encuentra
la educación superior con los temas del acceso, la calidad y la formación como
metas. En conjunto, los diecisiete ODS reafirman el potencial articulador de la
universidad como institución social central en la apuesta
local-nacional-regional de la Agenda de Desarrollo 2030.
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