jueves, 7 de junio de 2018

¿Por qué los docentes, obreros y empleados de las instituciones educativas y los ministerios se van de Venezuela? - Luis Bravo



Realizamos lo dicho por intermedio de una síntesis razonada de uno de los rasgos más dramáticos de la depresión que se desarrolla en la Educación Nacional a partir del 2013, como es la aceleración de la salida masiva de quienes trabajan en el Sistema Educativo Escolar Venezolano. Porque los docentes, obreros y empleados de las instituciones y los ministerios se van del país buscando mejores condiciones de existencia o porque los estudiantes abandonan las instituciones produciendo el vaciamiento del tejido institucional, como nunca antes en la historia democrática del país. O porque aumenta la confusión respecto a lo que hay que hacer para que la Educación Nacional sea el instrumento de promoción social y cultural que se aspira desde 1830 cuando menos.


Esa revisión documentada del acontecer que define el vaciamiento institucional que se está produciendo, se visualiza en pleno desarrollo, y esta precedida por una colección de referencias y comentarios que suponemos enmarcan esa terrible e inesperada (hasta hace poco) fuga de capital humano. Que son a nuestro ver actual factores que intervienen en la expulsión de todo tipo de miembros de la comunidad que hace su vida a todo lo largo y ancho de la institucionalidad instalada. Definiciones que esperamos sirvan para orientar a una política pública de regeneración social y pedagógica, que ayude a minimizar la ocurrencia del fenómeno y propicie la vuelta de quienes se van hoy espantados por las condiciones de vida, trabajo y aprendizaje.

Es una idea fuerza para la construcción de este texto, que lo que estamos padeciendo forma parte de un proceso de desgaste de la cohesión social que se inició al crecer la desconfianza de las élites educadas en el tipo de Gobierno que se instaló en 1999. Y que luego se hizo carne existencial de todos los sectores que hacen vida en la institucionalidad del Sistema Educativo Venezolano en la medida misma en que las condiciones de trabajo y estudio se deterioraron hasta el nivel de hambre y desolación. Exponencialmente, cuando la inflación se tornó hiperinflación y la escasez de productos de primera necesidad se hizo endémica.

Un cambio cultural de insospechadas dimensiones se produjo al cancelarse muchas de las opciones nacionales para una vida mejor, sobre todo cuando se desplomó (al ritmo de la más despiadada hiperinflación) el ingreso familiar de quienes hacen en vida en la Educación y se niegan a depender de la limosna sectaria.
Metódicamente, se produce el seguimiento (follow up) del impacto público de un tema que hoy copa la atención de la academia. 

Realizado por intermedio del registro, agrupamiento, análisis y conclusión de lo que se estima es su mejor representación, al considerar el conjunto de variables que lo integran y le proporcionan sentido histórico dentro del tipo de trabajo que hacemos para construir la Memoria Educativa Venezolana. Labor académica (de matices políticos) concebida como una aproximación parcial al movimiento real de la escolaridad desde principios de 2017 hasta mayo de 2018, según se muestra en lo que hacemos para construir la formidable colección de referencias que se registran en nuestra base de datos y en la memoria histórica que producimos desde 1999 tal como pueden ser consultadas a placer en las siguientes direcciones:

https://app.box.com/s/78ampx7gya5rkrzaasfcga2z7pmpvk01 (Base de Datos), https://app.box.com/s/u9dwlqwpyjb25lhh2ik8lao1eai73tj4 (Cronología) y https://app.box.com/s/3uvqdp5ouglc8tn1kq0x3gpdrhq90o0i (Cronica histórica)

Materiales para una historia de la educación venezolana
Memoria Educativa  Venezolana, adscrita al Centro  de Investigaciones Educativas de  la Escuela de Educación y a los  postgrados de la Facultad de  Humanidades y Educación
Universidad Central de Venezuela
Caracas-Venezuela.  Ciudad Universitaria de la UCV.

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